En 1931 aparece el Plan de Barranquilla como un
documento definidor de las posibilidades de realización de las ideas social
demócratas en una Venezuela aletargada por las condiciones impuestas por la
oprobiosa dictadura de Juan Vicente Gómez. El documento se inserta dos años
después dentro de la gran coyuntura internacional determinada por la gran
crisis del sistema capitalista internacional creada por la quiebra de la bolsa
de Nueva York que favorece el surgimiento en 1933 de un nuevo tipo de Estado
keynesiano un “estado de bienestar” acarreando el desplome del modelo de estado
liberal clásico del laissef faire.
Esto le permite a la administración de Franklin D,
Roosevelt un “new deal” e intentar que el Estado tomara el control económico, y
reformula las relaciones internacionales que en el caso de América Latina se
traducen en la política del buen vecino al tiempo, que mantenía sin
posibilidades la amenaza del comunismo internacional que actuaba manera
distante como modelo para un solo país en el mundo, la URRS. El hecho histórico
creado por el Plan de Barranquilla ocurre hace noventa años cuando un grupo de
doce jóvenes exilados de la dictadura venezolana se concentran en la
estratégica ciudad de Barranquilla, en la región Atlántica de Colombia
organizados en una Asociación Revolucionaria de Izquierda (ARDI).
En su actividad política deciden lanzan un plan de
acción de recuperación democrática de su país cuestión que redacta Rómulo
Betancourt a modo de un documento de análisis estructural de la sociedad
venezolana y de su proceso histórico desde el origen de la república e 1830.
Betancourt califica al periodo introductorio al momento del cual redacción el
documento de semifeudal cuando el país vivía en una relación de dependencia
neocolonial. Para salir de esta situación de atraso propone un programa mínimo
para que los venezolanos puedan alcanzar sus derechos políticos conculcados y
tener acceso a plena ciudadanía que le garantice salud pública, educación,
autonomía universitaria. Lo cual, significaba el logro de la modernización de
país mediante el procedimiento de la vía democrática.
Consecuentemente, en 1931 los jóvenes políticos
venezolanos aprovechan la coyuntura vigente en Colombia creada con la llegada
al poder en 1930 del partido liberal en la figura de Enrique Olaya Herrera
quien en su gestión de gobierno le da importancia a la región de la costa y
beneficiando a la ciudad en Barranquilla en particular con la construcción del
punto de desembocadura del rio Magdalena, el más importante del país, el mar
caribe mediante una importante obra, conocida como de Bocas de Cenizas que le confiere
a al puerto de Barranquilla una singular importancia de conexión con el
ordenado económico con el resto del país. En 1931 la tendencia política liberal
era mayoritaria en las principales ciudades de la región, cuestión que
había ganado dicha manifestación a partir de 1928
cuando después de trágica huelga de los trabajadores de la compañía
norteamericana United Fruit Company su impacto llega a las altas esferas
políticas nacionales y en el Congreso de la República el diputado liberal Jorge
Eleícer Gaitán asume la causa de los huelguistas y logra reivindicar sus
pedimentos, consiguiendo sacarlos de la cárcel.
Poco tiempo después Gaitán es nombrado ministro del
Trabajo y entre sus actividades visita las ciudades de la costa y en su estadía
en Barraquilla se presume pudo conocer a Rómulo Betancourt. En el fragor de la
praxis política empieza el deslindamiento entre el pensamiento socialdemócrata
y el marxismo ortodoxo cuestión que se acentúa a partir de 1936, después de la
muerte de Gómez, terminado por convertirse en el aglutinante ideológico de la
generación de 28 el antecedente esclarecedor para entender el Pan de
Barranquilla. La primera cristalización del Plan de Barranquilla como
plataforma ideológica a escala de un partido nacional, revolucionario,
policlasista y democrático aparece en 1941 con la fundación de Acción
Democrática y al terminar la Segunda Guerra Mundial en el marco mundial
democratizador dominante el partido participa en connivencia con una facción
del ejército en la revolución del 18 de octubre para terminar con los
remanentes autoritarios gomecistas.
En el nuevo régimen aparece Rómulo Betancourt como el
Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno y en su gestión se logra el
voto popular universal que lleva a la presidencia constitucional al novelista
Rómulo Gallegos quien es derrocado por un golpe de estado en 1948 e impone una
dictadura militar. Una década después el 23 de enero de 1958 las masas actuado
como centro del escenario político determinaron la huida del general Marcos
Pérez Jiménez y para la normalización de la actividad política democrática del
país los principales partidos políticos firman el Pacto de Punto Fijo. En los
inicios del nuevo Pacto durante la década de 1960 el ideario de la social
democracia, sin todavía calificarse como tal, alcanza gran notoriedad durante
las administraciones sucesivas de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni dos de los
protagonistas del Plan de Barranquilla.
En este período se busca apoyar las intervenciones
estatales tanto en lo económico como en lo social para promover la justica
social en el marco de una economía capitalista atípica como lo era el
petroestado venezolano en la cual el gobierno se mantenía sin necesidad de
tener que apelar al trabajo de sus ciudadanos. Esta situación se produce el
nuevo realismo de las relaciones hemisféricas creadas en el continente por el
viraje de la guerra fría en la región cuando se concreta la presencia comunista
en Cuba y los Estados Unidos en la administración de John F. Kennedy en 1961
adoptan una política de “Alianza para el Progreso” con América Latina. Las
posibilidades de la social democracia se prolongan sin contratiempo hasta el 18
de febrero de 1983 cuando en un “viernes negro” el bolívar sufre una abrupta
devaluación frente al dólar. Esta cuestión le va quitando el piso de
sustentación al modelo social demócrata establecido en 1960 e introduce al país
en un prolongado y tortuoso proceso de desestabilización institucional. Después
de cuarenta años de avatares y de pérdida del rumbo democrático
se opera un colapso y postración del Estado petrolero
y de la debacle restante que pugna por la normalización del país todavía se
mantiene la propuesta social demócrata como una orientación a seguir
Alejandro Mendible
mendiblealejandro@gmail.com
Caracas – Venezuela
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Jesús Enrique Matheus Linares
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@UranioMomoy
Venezuela
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