Emilio Archila, vocero oficial del gobierno en los
diálogos con el comité de paro, anuncio que habrá participación de las regiones
con más de 200 mesas y la intervención de las autoridades locales; ante esa
posición surge la pregunta: ¿en qué quedan las negociaciones del pliego de
emergencia, presentado hace un año al gobierno por el CNP?, porque pareciera
que el ejecutivo central con ocasión del paro utilizó como táctica, cambiar
espacio por tiempo, visto que no arremetió de manera decidida desde el primer momento
en contra de las barricadas y los bloqueos, sino que fue parsimonioso evitando
la confrontación con los vándalos, salvo algunas excepciones, lo que ha
conducido al desgaste de la protesta, demostrándose que el gobierno ganó
tiempo.
En la segunda Guerra Mundial, la famosa Operación
Barba Roja que realizaron las tropas nazis en contra de la Unión Soviética,
cuyo inicio fue hace 80 años el 22 de junio de 1941, demostró como el dictador
comunista Stalin, le cambio espacio por tiempo a Hitler, quien pensó que
ocupando territorios de Rusia y de otros países soviéticos, tendría una
victoria rápida, pero tuvo el efecto contrario, debido a que los nazis
sufrieron una humillante derrota casi 4 años más tarde; guardadas las
proporciones en Colombia con el paro que se inició el 28 de abril, no obstante
las pérdidas económicas sufridas, el gobierno supo enfrentar la arremetida y de
esa manera erosionar la protesta, que tendrá una importante incidencia política
electoral en el 2022.
Como es de público conocimiento a la gruperia marxista
en su aventurerismo, poco le importan las movilizaciones que buscan las
reivindicaciones económicas y sociales de la población, porque lo que le
interesa es la “huelga política” para la toma del poder, de ahí que los actos
terroristas violentos son “la chispa que enciende la pradera”, por eso en las
movilizaciones sociales hay que repudiar a los vándalos encapuchados y otra hierbas que responden a los
intereses del comunismo totalitario; pero miembros de lo que llaman izquierda
han dicho con todo descaro en varias ocasiones que los encapuchados son
policías infiltrados o miembros del gobierno, lo cual es un sofisma, porque si
eso fuera cierto, los primeros que deberían defender el desarrollo pacífico de
las movilizaciones tendrían que ser los que hacen semejantes afirmaciones, pero
por el contrario a los mamertos les interesa el caos, y ahí hemos visto a la
llamada “primera línea” que mediante el terror amedranta a la ciudadanía,
debido a que en la cartilla comunista los sufrimientos de las personas importan
un comino.
El marxismo leninismo con sus diferentes remoquetes,
lo que ha buscado es desestabilizar al Gobierno Nacional; subrayando que para
el comunismo totalitario de acuerdo a las orientaciones leninistas hay que
agravar el sufrimiento de las masas, para que pueda haber “una situación
revolucionaria” siendo el caos el fundamento para ese objetivo, observando que
en algunas oportunidades cuando en las movilizaciones hay actos de violencia,
los sectores democráticos comprometidos en las manifestaciones, no deberían
permitir que los mamertos manejen la agenda de la protesta ciudadana.
La lucha social es humanista y dialéctica, pero de
ninguna manera el totalitarismo comunista puede guiarla, debido a que los
intereses mamertos son diametralmente opuestos a los del pueblo colombiano,
resaltando que al marxismo por su doctrina absolutista poco le importa las
aflicciones de las masas, pues lo que le interesa es utilizarlas para alcanzar
el poder político y así montar una dictadura que conducirá a la nación a una
esclavitud vitalicia.
Hay partidos y grupos que pertenecen a la extrema
izquierda marxista, que por haber perdido influencia en los sectores sociales
tradicionales organizados, especialmente en el sindical, acuden a crear
aparatos coyunturales, que aparecen y desaparecen de acuerdo a las
circunstancias, pero que de ninguna manera representan significativamente la
protesta social, y mucho menos el querer de las masas, en vista de que de forma
supersticiosa por seguir los dogmas marxistas, como por arte de magia los
miembros de esos bandos se creen voceros de los trabajadores y de los sectores
populares, sin serlo.
La movilización social debe de ser un elemento
aglutinador de las grandes mayorías nacionales, y no es patrimonio exclusivo de
un grupo político en particular, sino que como columna vertebral de la unidad
de acción mediante el pluralismo y la solidaridad, debe conducir a las
reivindicaciones inmediatas de la población con democracia y libertad.
El socialismo fundamentado en el marxismo, es un
fracaso total sin discusión en la tierra, como lo demuestran más de 160 años de
historia, y sabiendo de su falta de vigencia los mamertos tercamente siguen
insistiendo en ese sistema para imponérselo a Colombia, por ello hay que
incrementar la batalla ideológica como la mejor forma de contrarrestar las
enseñanzas inescrupulosas del comunismo totalitario, que no se basan en la
razón, sino en la bestialidad, creando dicotomías maquiavélicas entre el
socialismo y el capitalismo.
La protesta ciudadana por las vías pacificas, es la
mejor forma de demostrar la capacidad de movilización que tienen las
organizaciones sindicales y sociales, que sin presiones de ninguna naturaleza
libre y conscientemente realizan manifestaciones en donde las personas que
participan no son sometidas a coacción, como ocurre cuando la narcoguerrilla ha
hecho los llamados “paros armados”, que mediante la fuerza bruta obliga con las
armas a que participe la población, lo que demuestra que las gentes paralizan sus actividades por
miedo, o sea que las bandas armadas comunistas intimidan, pero no convencen.
El mamertismo se caracteriza por el oportunismo, de
ahí que la protesta social en el país, no debe de ser direccionada por ese
adefesio, puesto que es ajeno a las autenticas aspiraciones reivindicativas de
la ciudadanía, que debe estar en la calle no solamente en busca de solucionar
los problemas apremiantes de cada sector, sino también defendiendo la
institucionalidad con la movilización pacífica, democrática y pluralista, que
de ninguna manera está en concordancia con la estafa comunista del marxismo
leninismo.
Cuando los sectores extremistas convocan a un “paro
nacional”, los dirigentes sindicales prudentes deben de saber qué capacidad
organizativa existe, y el porqué los grupos marxistas hacen mención de ese
lance, sabiendo que el peso especifico no se da por la conciencia participativa
de la ciudadanía, sino por los actos violentos que desencadena la convocatoria,
lo que demuestra que a las pandillas comunistas no les importa si la mayoría de
la ciudadanía no está de acuerdo con el paro, debido a que al totalitarismo
marxista no le incumbe ni la tranquilidad ni la vida de las personas,
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