Siguiendo las tesis bolcheviques “De la Huelga a la
Toma del Poder”, libro escrito por Dridzo Losovsky, en el paro que se realiza
desde el 28 de abril en Colombia, quedó demostrado que a las facciones
marxistas no les interesa encontrar soluciones al pliego de peticiones de
emergencia que se le presentó al gobierno nacional, sino que lo que les importa
es lograr resultados en los próximos comicios electorales de 2022, utilizando
la protesta social de manera oportunista para intereses políticos partidistas, con
lo que queda en evidencia que las fuerzas totalitarias comunistas, desprecian a
las personas que se movilizan esperando respuestas a sus necesidades, de tal
suerte que se tiene que insistir en la matriz hegeliana que históricamente une
al comunismo con el fascismo y el nazismo.
La confusión ideológica que ha sido constante en la
vida nacional, lleva a que el comunismo totalitario, muestre el repudio que se
le hace a la dogmática marxista, como si eso fuera fascismo; comenzando por la
academia en donde a los jóvenes se les enseña la especie de que el
anticomunismo y el fascismo son la misma cosa, lo que conduce a un verdadero
galimatías, pues al no haber plena claridad para interpretar estos dos
conceptos, la situación es aprovechada por la mamerteria para enredar a la
ciudadanía desinformada.
Cuando por ignorancia o mala fe se echa en un mismo
costal al anticomunismo y al fascismo, se pretende moldear el odio, para eludir
el debate, pretextando que se está persiguiendo al pensamiento crítico y a la
libertad individual, advirtiendo que el comunismo totalitario en la historia ha
sido el principal predador de las libertades individuales, debido a que por
principio el marxismo es anti-democrático, y estratégicamente usa lo que llama
“democracia burguesa” para sus fines dictatoriales.
Causa asombro que los marxistas equiparan el
anticomunismo con el fascismo, ubicándolos en el espectro político como la
ultraderecha, desconociendo que tanto el fascismo en sus comienzos en Italia
igual que el nazismo en Alemania se les consideraba de izquierda, porque
manejaban un discurso miserabilista, análogamente a como lo hace el comunismo
para engañar a los pueblos.
También es curioso que el jefe de un cartel de las
Farc, Iván Márquez, respaldado por la dictadura comunista de Venezuela que
dirige Nicolás Maduro, trate de fascistas a sus enemigos políticos,
taxativamente revolviendo el anticomunismo con el fascismo, sin olvidar que una
de las primeras exigencias de las Farc en la mesa de negociaciones en La Habana
fue la de proscribir el anticomunismo, lo que sería un exabrupto, dado que el
repudio al comunismo totalitario, prácticamente es patrimonio de la humanidad,
que comenzó en el siglo XlX con el rechazo de los trabajadores en las dos
internacionales, una de tendencia anarquista y la otra social demócrata, a lo
cual se debe agregar el liberalismo clásico y todas las organizaciones
políticas auténticamente democráticas, que indudablemente tienen que repudiar
al marxismo que es la negación de la libertad; además las religiones
trascendentales y tradicionales como: el Hinduismo, el Cristianismo, el Budismo
y el Islam en su esencia son anticomunista.
Dicho esto, el fascismo es hijo del marxismo, visto
que su fundador el italiano Benito Mussolini, fue a principio del siglo XX
militante del partido socialista Italiano, marxista acérrimo que hizo expulsar
de ese partido a los social demócratas por blandos, también era amiguísimo del
sátrapa ruso Lenin, quien no ahorraba elogios a favor del Duce. Hay que
precisar que las dictaduras han utilizado prácticas fascistas para oprimir
naciones, sin importar el signo ideológico llámese de derecha o de izquierda.
El marxismo o comunismo totalitario, el fascismo y el
nazismo tienen el mismo útero, pues los tres consideran al Estado como su dios,
y así los ciudadanos se convierten en objetos para satisfacer a un líder como
fue el caso de Hitler en Alemania o al partido como ha sucedido en los
regímenes comunistas, por ello en estas tres aberraciones cuando han asumido el
gobierno, el Estado posee todos los poderes sobre las personas quitándoles los
derechos individuales.
El triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial
en 1945 del que también hizo parte la URSS, heredó la guerra fría que le
permitió al comunismo internacional proyectarse en diferentes países del mundo,
a pesar de ser una doctrina inhumana y dictatorial, que crea nuevas monarquías
y camarillas que después de conquistar el poder busca perpetuarse para siempre
en la dirección del Estado, mediante la represión y el crimen, a lo anterior se
agrega que el dictador cubano Fidel Castro fue desde 1959 hasta el derrumbe de
la Unión Soviética 1991 peón de brega del Kremlin, para buscar que los países
latinoamericanos cayeran en las fauces del imperio soviético.
Fidel castro con la caída del muro de Berlín,
aprovechándose del atraso de algunos pueblos de la región, uso al líder
sindical brasileño Lula da Silva para montar el foro de Sao Pablo en 1990, y
así reciclar los desechos del marxismo leninismo repudiados en el viejo continente,
pero además contó con la ignorancia de Hugo Chávez en Venezuela quien se creía
la encarnación de Simón Bolívar y un nuevo mesías para llevar a estas naciones
al paraíso terrenal.
Un común denominador tanto del fascismo como del
nazismo y el comunismo es el terrorismo, que utiliza métodos violentos
indiscriminadamente en contra de la población para amedrentarla, buscando fines
políticos y económicos especialmente, por ello Hitler decía: “Las masas
necesitan eso. Necesitan algo que les cause pavor” y para el caso colombiano no se puede olvidar que las
narcoguerrillas marxistas de las Farc y el Eln han sido responsables de los
peores actos terroristas que han ocurrido en el país durante los últimos 57
años, en donde todo ese salvajismo ha sido practicado para tomarse el poder.
Basándose en el humanismo, moral y éticamente se debe
de ser antifascista, antinazista y anticomunista, pues ello es inherente a la
civilización, porque las tres doctrinas abyectas que hemos denunciado deben de
estar en el basurero de la historia para que no le causen más daño a las
naciones. Subrayando que para el caso latinoamericano el comunismo totalitario
es la principal amenaza de la libertad y la democracia (como el caso reciente
del Perú en donde Pedro Castillo un comunista lunático, ganó las elecciones)
porque tanto el fascismo y el nazismo están reducidos a una mínima expresión,
pero el marxismo con sus diferentes caretas sigue timando a los pueblos,
ocultándose en una falsa sensibilidad social, para que los ingenuos caigan en
su trampa.
El comunismo totalitario o marxismo, es diferente al
comunismo libertario que surgió en la Primera Internacional de los trabajadores
en el siglo XlX, cuando los dogmas de Karl Marx fueron abominados por los
obreros, porque dicho señor quería conducir a las masas a una esclavitud
política mediante el Estado, apoyándose en métodos burocráticos y violentos.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
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Colombia
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