miércoles, 23 de junio de 2021

JOISE MORILLO: MATERIALISMO DIALÉCTICO (AMBIGÜEDAD)

Antes de un análisis de la etimología y semántica del concepto materialismo, les voy a obsequiar un Tip al dogma: “yo soy el que soy”. Concepto asignado por la voluntad del hombre y en contra de la idea hegeliana y sus discípulos, a lo que crea, (Dios).

Análisis consensual y/o análisis de consciencia.

Autonomía, único y primer motor, creador de entes o seres que tienen pretensiones como: pienso, luego existo, no obstante esta creación, que codifica tal argumento, muere, lo que crea no. Sin embargo, la virtud del hombre es creer que es.

Materia, cosa, sustancia sin autonomía. Los seres vivos son cosas en potencia, la diferencia respecto a cosa en si es que poseen materia estando vivos, luego al perder la vida pasan a  ser materia inerte, muerta. También, hay cosas producto de la naturaleza, creadas, tanto física como químicamente, ahí radica la transformación de la materia, ejemplo: un árbol es un ser viviente, es talado y, extraída su raíz, en un proceso de deshidratación muere completamente, se convierte en madera, la madera no es un ser, empero estando constituida de elementos ponderables existe como sustancia. Es, sustancia material, es una cosa, su sesgo es nulo, “potencialmente”, es otra cosa en la medida de aplicar con ella un proceso productivo, ej: un cabo de hacha o de espada, una mesa.

Por otro lado, la terminación o sufijo “ismo” compete a la gramática en el sentido de darle a la cosa un significado que no tiene el objeto en sí, en el caso de materia como entidad humana, contempla el sesgo de un proceso donde se le da mérito a la voluntad de hacer lo material productivo, un orden ecológico de economía eficiente y versátil. El materialismo representa darle un uso efectivo a la cosa, a la materia. Ejemplo, a la sal, en la prehistoria se descubrió que aplicándola a productos alimentarios perecederos ej: la carne, la misma serviría como elemento de conservación. Luego, ese "prístino" materialismo, se fue convirtiendo en un medio de manejar la inteligencia, los supuestos dueños de las salinas, vieron en este material un modo de producir bienes; mediante el trueque por especies y, como pago por mano de obra. Más tarde trasciende, sea, se fue transformando en una idea, donde el hombre pretende ubicar su especie en una esfera brillante cuyo lumen nace del mismo, ahí primeramente, a una sociedad supuestamente alienada, a una superior, equitativa, ecuánime de una homología paradisiaca, tratando el adelanto científico transforma, produce, cambia el estado natural de la cosa, incluyendo estructuras de la naturaleza, a su voluntad y, después, ese materialismo abstracto fue materia de metafísica.

Comulgando con  ello, Ricardo y Smith con el análisis y el manejo de la economía le dan un sesgo sublime, se convierte, mediante el uso de la mente y la mano,  el manejo de la materia en producir riqueza, para ello, la emancipación de la inteligencia en las ciencias sociales.

Sin embargo, ese sesgo metafísico, profundo y viable, se concibe en otros, ponzoñoso, en la mente de los resentidos, de los anárquicos, cristaliza en el hervor del siglo XVIII, quizá como inspiración de la tragedia y la Utopía de Tomás Moro. Para entonces, la musa de las democracias y la concepción períclea, no parece sucumbir, ha muerto desde siglos atrás y con ella las repúblicas, ya no se piensa en una sociedad con Justicia racional y menos divina, sino, en la de un hombre nuevo, en la idea del trasnocho de resentidos sociales, tales como el revolucionario de la desesperación, Marx, y su mecenas iluminado Engels quien le rinde culto incondicional al lumen pernicioso del renano. Posteriormente, nace en la mente del superhombre Nietzscheano la abstracción de lo dionisiaco “Así hablaba Zaratustra”, el deseo de poder, el despotismo la dictadura del proletariado, con ello el acoso a Platón, tildado de destructor de la filosofía. Empero, claro, ese materialismo dialéctico de Alharaca perorata, debe solapar con el eufemismo y el sofisma de un discurso proletario a la denuncia que 1800 años atrás había hecho nuestro amado padre de la filosofía Eleática occidental, por lo que, toda la tendencia de improvisaciones que elabora el axioma del socialismo queda proscrito con la ambigüedad del devenir del  materialismo  dialéctico. Para validar esto anterior, está lo establecido como objeto del saber, ejemplo: “Las ciencias sociales en función del mercado y la inversión privada “la mano invisible que enriquece a las naciones”. De este modo podemos plantear, desde el ángulo del conocimiento, que el ser inmovil -la mano invisible creadora de riquezas- es objeto del saber en sí, en tanto que el devenir, lo que se intenta transformar con la improvisación es objeto de la opinión, Por ello, empero, no se contempla como idea.

Para  apoyar esta contraposición del saber, por inmovil -siempre es y evoluciona como motor cierto, y que trasciende en progreso- tenemos del Timeo, ¿Que es lo que es siempre y jamás deviene y, que es lo que siempre deviene y no es? Pues bien, primero: el saber y segundo la improvisación. Por ello, todos los fracasos de las “CINCO TESIS FILOSÓFICAS, Sobre la práctica, Sobre la contradicción” de Mao, derogadas por los planteamientos de Deng Xiao Ping,  los postulados del proletariado internacionalista de W. Ulianov, derogados por Gorvachov con Glasnost y Perestroika, etc. La idea se mueve porque es real, el devenir es incierto. La idea es, el tiempo de Agustín de Hipona, palpable, no aflora de la nada, sino, se hace presente en la medida de axiomas con eficiencias, es, el ser en sí. Para la idea, el tiempo pasado se contempla como historia, de lo cual solo sirve lo que funcionó en su presente, su propio espíritu en la época. El futuro es incierto, si no hay un presente productivo, el azar es un devenir nefasto, que, ni siquiera se sabe. Compete a la dialéctica, una contradicción entre lo que es y lo que debería ser y, no es.  Que podría ser empero a la causalidad por determinarse. 

Joise Morillo

kaojoise@gmail.com

@kao_joi_lin

Venezuela- EEUU

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