En el argot coloquial del castellano y español reside una palabra que define a cierto tipo de persona quienes, muestran ante los otros, una conducta de apariencia recatada y suspicaz, lo cual, en vez, puede ser, en términos de sinceridad, timidez. Luego, esta palabra antes descrita como comportamiento es: mojigato o mojigata. Estos últimos, tienen en su haber dos tipos de reacciones
1) Una solapada, donde simula humildad o cobardía, para lograr un fin y, 2) Que se escandaliza con facilidad.
Para nuestro insigne “notable” Arturo Uslar Pietri, una forma de escandalizar –no solo a este tipo de personas solamente, sino a otras más selectas y supuestamente educadas también– es, con la pronunciación de obscenidades (palabrotas) que emiten un tipo determinado de gente, de modo que afirma lo siguiente, cito:
“la palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán terminará por pensar como un patán, hay una indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez lo que se expresa en los peores términos soeces.”
Platón (Sócrates) afirma, en su obra filosófica, parafraseando: “en la belleza del discurso se identifica
el alma de quien lo emite”
el alma de quien lo emite”
Pues bien, recientemente se recordó entre los eruditos de la literatura y el buen leer, el nacimiento de una virtuosa poetisa, quien en su vida logró ser aclamada y honrada con el título de Juana de América, Juana Ibarbourou (8 de marzo de 1892 –15 de julio de 1979) Melo Uruguay, parte de su obra se interpretó como erótica, pues letra desnudaba su alma insatisfecha y libertaria a la vez, estilo que, para mí, fue interpretado de forma errada por esa clase de gente que muy ilustre se pasa de mojigato. Se interpretó como un lenguaje erótico, etiqueta que la perseguiría siempre.
En consecuencia, María Eugenia Vaz Ferreira, poetisa también uruguaya (13 de Julio de 1875 - 20 de mayo de 1924, Montevideo) en respuesta al obsequio de un libro que le envió Ibarburu, la tildó de indecente, diciendo que ella no leía indecencias. Mientras la gran escritora Gabriela Mistral la calificó como un modelo de feminidad. Al observar detenidamente podemos notar que siendo tres beldades de la literatura sus conductas se muestran muy diferentes. El caso de la Vaz Ferreira es un modelo de mezquindad gratuita. Aun siendo catalogada como una buena escritora y pedagoga, el alcance de su crítica no tiene la virtud de desapasionarse para acertar, lo cual podría ser de muy mala imagen. No obstante, la Ibarburu la calificó -certeramente- de sensible y apasionada.
En este marco de apreciaciones yo, pregunto, ¿qué pensaría Vaz Ferreira de la lírica insolente, obscena y procaz del cantautor Reguetonero Bad Bunny?. Pienso, diría que es discípulo del marqués de Sade, que, dicho sea de paso, pienso que no leería de este, Los 120 días de Sodoma, pues se hubiera horrorizado y, no se hubiera muerto de los constantes desequilibrios nerviosos que tenía, sino de trauma cerebral –por el impacto de la lectura- como Nietzsche.
Sin embargo, tanta procacidad, digamos, indecencia en el arte; no es tan dañina -relativamente- como cuando un emisor de un gobierno se dirige a su pueblo de forma cínica y sarcásticamente, como lo ha hecho Nicolas Maduro (14 de octubre 2017) en sus absurdas y embusteras apariciones mediáticas, haciendo alarde de su genio escénico bufón, como el caso del 2017 cuando dijo: el pueblo venezolano está “Jodido” pero feliz, Cito: “Venezuela es Venezuela Jodidos pero felices”
La Hora (Juana Ibarburu)
Tómame ahora que aún es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.
Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida aprisa.
Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso más tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.
¡Tómame ahora que aún es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?
¿Dónde está la indecencia?
Joise Morillo
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela EEUU
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