miércoles, 22 de diciembre de 2021

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: CHAVISMO, EL PODER SIN AUTORIDAD.

El poder se ejerce a la fuerza o con autoridad. Los regímenes totalitarios usan la fuerza como apalancamiento en el poder, destrozan toda institucionalidad, comenzando por las instituciones del Estado y las leyes, conculcando derechos y libertades para eternizarse en el poder. Es allí donde colectivos armados, los secuestros por organismos públicos, desapariciones, entre otros horrores persuasivas y disuasivas cobran vida.

Por otro lado, la autoridad emana de la ley, de lo moral. La primera transversal en las naciones que hoy ostentan la mejor calidad de vida es la institucionalidad, es decir, el apego a la ley. Se observan instituciones públicas ocupadas por un recurso humano cualificado, donde se privilegia el profesionalismo por encima de todo.

En Venezuela, desde el arribo del chavismo al poder, observamos como poco a poco (pero cada vez más a prisa) la revolución socialista comenzó apoderándose de las instituciones del Estado, hasta convertirlas en largos brazos, primero del ominoso MVR, hoy del no menos funesto Psuv. Por eso no es de extrañar entrar a cualquier ente público y sentirse invadido de los “ojitos de Chávez”, retratos de Fidel, simbología del Psuv y pare de contar.

Prácticamente, de nuestras instituciones públicas desaparecieron los licenciados, los ingenieros, los doctores, ahora solo existen capitanes, tenientes, coroneles y generales, la unión cívica militar quedó mocha, fue la absorción de lo civil por parte de lo castrense, pues usted no observa a ningún civil ejerciendo cargos de jerarquía en la estructura de las FANB. Nuestros militares en su inmensa mayoría no han sido preparados para conducir empresas ni organismos sino para hacer defender la Constitución de la república, el territorio y la soberanía, labores excelsas que requieren dedicación exclusiva, por eso así lo demanda nuestra carta magna en su artículo 330, mismo que el régimen viola al candidatear electoralmente a militares activos.

Pero, la cosa empeora, también se encuentran ocupando cargos en la administración los “formados por la revolución”, los del famoso Frente Francisco de Miranda, lo egresados de las “Misiones” cuya labor fue, sobre todas las cosas, adoctrinar a los participantes.

A esta anublada fórmula, sumamos una ausencia total de supervisión y auditorias, en líneas generales quien tiene el uniforme es la ley, el testigo, el jurado y el juez, día a día nos asombramos de los abusos cometidos por funcionarios de cuerpos de seguridad, lamentablemente.

En cuarto lugar, la crisis económica, inducida por el proyecto castrista, hace que las bajas pasiones humanas florezcan, el interés a lo nacional, a lo público, es deslastrado dejando solo un escenario de intereses personales/familiares. Renace el canibalismo, donde todo el mundo quiere extraer provecho de los demás, donde, y allí está el meollo del asunto, quienes portan uniformes u ocupan cargos públicos tienen todas las de ganar, dicho sea de paso, con instituciones públicas que dejaron de serlo y se convirtieron en sedes del “compa” infractor… Venezuela se ha convertido en el paraíso de los “enchufados”, como los llamara otra trágica figura de la política nacional, Henrique Capriles.

Así, Venezuela deambula en su oscurantismo, con el régimen con mayor poder en los últimos 100 años (o más) pero con los niveles más bajos de autoridad, porque el poder se puede ejercer por la violencia es verdad, pero la autoridad se ejerce por la virtud, por la razón, por la ley, por la justicia. Por eso estamos como estamos, lo triste es que esa “viveza criolla” dejó de ser exclusiva de los funcionarios públicos y el chavismo la permeó a la sociedad civil. Venezuela jamás cambiará hasta que llegue la autoridad a nuestras vidas.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

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