domingo, 2 de enero de 2022

DOMINGO A. RANGEL: SANTANDER CABALGA DE NUEVO

Una vez aposté, gané y nunca cobré… para mí era “disparar al piso”. La perdedora es una amiga seguidora del comandante Chávez, quien se alegró cuando supo que había arribado a Caracas una delegación del “Grupo de Boston”, integrada por expertos en negociaciones y periodistas… y diputados estadounidenses.

Estos personajes se reunirían con políticos y periodistas venezolanos a fin de establecer bases para desescalar el conflicto que lleva todo el siglo en desarrollo. Mi amiga pensaba que en pocos meses desaparecerían lo que luego llamarían “sanciones”… impuestas por el gobierno yanqui.

Cuando años más tarde mi amiga aceptó su derrota, preguntó por la información que me hizo ganar: no hay tal, le dije… solo extrapolé datos.

A Cuba la siguen sancionando seis décadas después de Bahía de Cochinos, no por aquella derrota, sino porque ser imperio implica que el elefante, aunque viejo y decadente, no tolerará que lo moleste una pulguita. Cuba cambió de alianzas y nosotros también… eso cuesta, le dije.

Hay ,sin embargo ,diferencias: el presidente Maduro, por ejemplo, tiene razón cuando llama a la unidad para enfrentar

los abusos del imperio. Pero, sin discutir la importancia que tiene la unidad de los ilegalmente sancionados, digo que debemos unirnos nosotros antes de hacerlo con paises distantes y extraños.

Esa posición correcta tiene problemas: el principal, que la unidad nacional que el Presidente pide no debe ser circunscrita a sus seguidores… el país es más amplio.

Y a ese respecto hay dos pensadores latinoamericanos que, desde distintas trincheras, llaman a la unidad, en contra de la cizaña, dice uno que es ecuatoriano, y los abusos de los anglos, recuerda el nuestro.

Uno es de derecha y el otro de izquierda. Pero coinciden en que desde el siglo XVII ya conspiraban Gran Bretaña y sus colonias para hacer explotar el imperio español.

Vladimir Acosta desde la izquierda y Francisco Núñez de Arco desde la derecha conservadora ecuatoriana, que no arma guarimbas ni pide sanciones contra su país, coinciden desde sus libros El Monstruo y sus Entrañas y Quito fue España. Excelentes ambos en acusar al imperio británico y sus colonias de cizañar las provincias españolas de América, buscando desmembrarlas para aprovecharlas… sin echar un tiro.

Domingo Alberto Rangel
doalra@yahoo.com
@UNoticias
@DomingoAlbertoR
Venezuela

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