viernes, 11 de febrero de 2022

EDUARDO FERNÁNDEZ: UNA POLITICA NUEVA I Y II

I

Año nuevo, vida nueva, política nueva. Veinte largos años de fracasos, del gobierno y de la posición, son tiempo suficiente para concluir en que necesitamos una nueva forma de hacer política.

La vieja política, o sea, la que ha prevalecido hasta la última consulta electoral en la elección del 21 de noviembre pasado, se convirtió en el campo de batalla entre dos bandos enfrentados por el poder. Dos bandos que no toman en cuenta el interés nacional, el interés de los ciudadanos. Lo único que interesa es la lucha por el poder: los que lo tienen, luchan por conservar el poder. Se aferran al poder sin reparar el enorme daño que su permanencia en el poder produce al país y por consiguiente a sus ciudadanos. Los que no lo tienen, luchan por alcanzarlo, sin explicar demasiado los propósitos que los animan.

Es una lucha por el poder con carácter agónico. Si prevalece un lado, su intención es perseguir y exterminar al otro. No hay espacio para una política de tolerancia, de convivencia, de servicio a los intereses superiores del país.

No hay propuestas, ni argumentos, ni doctrina, ni ideales más allá de la pugna por el poder. El interés de los ciudadanos, el sufrimiento de la gente, las esperanzas de progreso y de cambio no forman parte de la agenda en esa lucha agonal.

Los venezolanos requerimos sustituir esa forma de hacer política. La peor cara de la política es la que hemos visto en los últimos años. Es urgente estrenar, desde el inicio de ese nuevo año, una nueva manera de hacer política, que tome en cuenta el interés de la gente, sus sufrimientos, sus esperanzas y sus angustias.

Una Política Nueva que rompa con el viejo y desacreditado sistema de partidos, en el que prevalece el populismo, los gritos, las descalificaciones recíprocas, el odio y la división.

Esa política que puso de moda el comandante Chávez y a la cual buena parte de la oposición le ha hecho el juego. La Política basada en el odio, el resentimiento, la división y los insultos tiene que desaparecer para siempre.

Unión y Progreso es un movimiento político que insurge en la vida nacional justamente para abrir espacio a una Política Nueva que convoca a la unión y al progreso.

II

Todo comienza y termina en la política. La crisis política comenzó en Venezuela hace más de veinte años. Mientras no resolvamos la crisis política no podremos resolver la crisis económica, ni la crisis social, ni la crisis moral que afectan al país.

Veinte años de fracasos políticos, tanto del gobierno como de la oposición, son tiempo suficiente para entender que hace falta ensayar una nueva manera de hacer política. Ojalá lo ocurrido en Barinas el domingo pasado sea un punto de inflexión y los actores políticos entiendan la imperiosa necesidad de intentar esa nueva forma de hacer política.

Consecuencia de los errores políticos ha sido la catástrofe económica. El colapso del estado de derecho y de la arquitectura institucional de la república ha sido factor detonante de la crisis económica tipificada por la recesión y la hiperinflación y ha incidido en la crisis social, crecimiento escandaloso de la pobreza, del hambre, de la miseria, de la desnutrición. A esto podemos agregar el tema de la corrupción y del despilfarro de una increíble riqueza y la destrucción de los servicios públicos más fundamentales. Agua, electricidad, salud, educación, seguridad, transporte, vialidad, gas doméstico, gasolina y un largo etcétera que no es necesario detallar.

Lo primero que tenemos que preguntarnos es: “¿para qué es la política?” La política es para servir a la felicidad, al progreso y al bienestar de los ciudadanos. La política no es para satisfacer vanidades, ni para complacer apetitos de poder o de riqueza. La política es para servir al bien común. Es un apostolado. Es una manera de hacer realidad el mandamiento de amar al prójimo.

Por eso el Papa Pío XI pudo decir aquella frase tan citada: “la política es la forma más excelsa de la caridad después de la religión”. El día que tomemos conciencia de esa realidad habremos comenzado a resolver la crisis política venezolana y, en consecuencia, todas las otras crisis que afectan nuestra vida como país.

El poder político no es un fin en sí mismo. El poder es un instrumento para servir a los ciudadanos, a la comunidad. En el Movimiento Unión y Progreso se está trabajando en la dirección de rescatar la dignidad de la política, de elevar su prestigio y de demostrar que la política puede y debe ser útil para el progreso, el bienestar y la felicidad de los ciudadanos.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Twitter: @ifedecve
Instagram: @Ifedecvenezuela
Facebook: @ifedecVZLA
Venezuela

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