En
escuelas, colegios, liceos y universidades se quiso que Dios fuera un
extraño.
Y
en los libros, y en los periódicos, y en los discursos, y en el teatro, no se
le dejaba a Dios ni una parte.
Se intentó que el entendimiento
y la voluntad del hombre no conocieran no conocieran ni amaran a Dios,
pretendiéndose edificar una vida individual y social sin necesidad de Dios.
Se
quiso que Dios no estuviera presente ni en la familia, ni allí donde se
elaboran las leyes, ni donde se administra la justicia, ni donde se gobierna y
se decide la suerte de los pueblos.
En
escuelas, colegios, liceos y universidades se quiso que Dios fuera un
extraño.
Y
en los libros, y en los periódicos, y en los discursos, y en el teatro, no se
le dejaba a Dios ni una parte.
Se
intentó que el entendimiento y la voluntad del hombre no conocieran no
conocieran ni amaran a Dios, pretendiéndose edificar una vida individual y
social sin necesidad de Dios.
Se
quiso que Dios no estuviera presente ni en la familia, ni allí donde se
elaboran las leyes, ni donde se administra la justicia, ni donde se gobierna y
se decide la suerte de los pueblos.
Se
prescindió de Dios y surgió el caos. Se prescindió de Dios y surgió
el caos.
A lo largo de cinco siglos, y después de
haber dicho sucesivamente:
"el hombre puede pensar como
quiera";
"el hombre puede actuar como
quiera";
"el hombre puede creer como
quiera";
"el hombre puede creer lo que
quiera";
"el
hombre puede vivir como quiera"...;
Occidente no se dio cuenta:
-de que, si el hombre puede vivir como
quiera, puede también matar cuando quiera y morir cuando quiera;
-de que se hablaba de vida, y era muerte;
de libertad, y era tiranización; de dominio, y era esclavitud;
-de que los hombres creían avanzar, cuando
retrocedían; progresar, cuando se degradaban; elevarse, cuando descendían.
Buscaban estabilidad, y encontraron mudanza;
buscaban el derecho, y encontraron arbitrariedad; buscaban orden, y encontraron
caos;
buscaban prudencia, y encontraron
enajenación; buscaban seguridad, y encontraron dudas; buscaban paz, y
encontraron guerras;
buscaban guía, y encontraron desconcierto;
buscaban tranquilidad, y encontraron desasosiego; buscaban la verdad, y fueron
engañados;
buscaban el amor, y fueron odiados.
Demandaron
una moral y no se respetó ninguna norma;
persiguieron
el respeto a la dignidad humana y ésta fue mancillada.
En
vez de una sociedad, se produjo una organización de fuerzas;
en
vez de trabajadores, instrumentos;
en
vez de electores, votos;
en vez de hombres, números; en vez de
pueblos, masas. Libertad. Igualdad. Fraternidad.
Se luchó por la libertad, y nunca el hombre
fue más oprimido.
Se
luchó por la igualdad y nunca las desigualdades fueron mayores.
Se luchó por la fraternidad y nunca los
hombres fueron tan arduamente enemigos.
Justicia:
Se
luchó por la Justicia, y nunca le fueron negados en igual forma sus derechos.
El
proceso de la historia que se inició en el Renacimiento está llegando a su fin.
El comunismo no representa el principio de un nuevo período histórico, sino el
final de una época ya envejecida.
"El
comunismo ha elegido la cruz en el sentido de que ya ha devuelto a un mundo
egoísta una idea de disciplina, de abnegación, de sumisión, de dura labor, de
estudio y de consagración a fines supraindividuales. Pero la cruz sin Cristo es
sacrificio sin amor. De ahí que el comunismo
haya producido una sociedad autoritaria, cruel, opresora de la libertad humana,
llena de campos de concentración, pelotones de fusilamiento y lavados de
cerebro."
"La civilización
occidental post cristiana ha elegido a Cristo sin la cruz. Pero un Cristo sin un sacrificio que reconcilia
al mundo con Dios es un predicador ambulante barato, afeminado, incoloro, que
merece llegar a ser popular por su gran sermón de la montaña, pero que merece
también la impopularidad por lo que dijo, por un lado, acerca de su divinidad y
lo que manifestó por otro, acerca del divorcio, el juicio, el infierno... Sin
su cruz, Cristo queda reducido a un insoportable precursor de la democracia o a
un humanitario que enseñó una fraternidad sin lágrimas".
La
cruz de Rusia está esperando a Cristo. El Cristo de occidente está buscando la
cruz. La humanidad está entrando en una nueva era. Y una vez más, Cristo
afirma: "No temáis" (Mateo 28, 10). "Yo
he vencido al mundo" (Juan 16, 33)…
Hay
evidencias más que suficientes para poder afirmar, sin lugar a dudas, que la humanidad
al igual que "el hijo pródigo" ha emprendido con paso firme el
regreso a la Casa del Padre…
2-Todo
lo anterior, fue copiado del libro Afirmación
Frente al Marxismo. Libro de Luis Alberto Machado, mi papá. Fue
copiado totalmente de la segunda parte, tercer capítulo, cuyo título es “El
Triunfo del Cristianismo”. El anterior texto tiene como bibliografía a Fulton Sheen, “Vida de Cristo”. Barcelona.
España. Editorial Herder, 1961. Páginas 10 y 11.
Afirmación Frente al Marxismo está dedicado “A mis hijos''. Algo que debemos decir para la posteridad y es que una vez
mi papá me dijo que para él su mejor libro, el más importante y más influyente,
fue Afirmación
Frente al Marxismo y no el más vendido y
más conocido como lo es “La Revolución de la Inteligencia”.
La primera edición de Afirmación
Frente al Marxismo fue publicada por Editorial Sígueme,
Salamanca, España, 1963; época en que las guerrillas estaban en su pleno apogeo
en Venezuela y en la plena agitada década
de los años sesenta; también en plena "guerra fría", cuando existía
la "Unión Soviética", cuando Alemania estaba dividida entre la
Alemania libre y la Alemania comunista, cuando existía el Muro de Berlín,
cuando existía la división entre la Europa comunista del lado oriental y la Europa
libre del lado occidental separadas por lo que Winston Churchill llamó "la
Cortina de acero", etc.
Afirmación frente al
Marxismo tuvo una reciente reedición en el año 2010. Fue reeditado por Ediciones
Trípode, editorial de los Cursillos de Cristiandad y prologado por Monseñor Ovidio Pérez Morales. Dicha editorial
expresa que el libro Afirmación frente al Marxismo fue publicado “en una época en que el marxismo estaba en
apogeo mundial. Es una serie de reflexiones sobre' marxismo, donde se enfatiza
que "en teoría y en la práctica el marxismo es falso. El autor certifica que este libro está vigente, hoy en el 201O, sin
cambiar un ápice. Ediciones Trípode lo reedita considerando trascendental
el conocimiento de este libro debido a la desorientación y confusión reinante
en nuestro país sobre este tema, actualmente en discusión”.
Afirmación Frente al Marxismo es un libro
que ataca frontal y claramente al marxismo, en un momento en que como acabamos
de decir, el marxismo estaba en un gran apogeo mundial, en que además, la
tercera parte de la humanidad habitaba en zonas dominadas y controladas por
marxistas, y en una época que como antes dijimos, había plena actividad de las
guerrillas en Venezuela, que estaban dirigidas, financiadas, estimuladas y
apoyadas por marxistas dentro y fuera de Venezuela. Hubo un hecho muy
sorpresivo y curioso:
A uno
de los guerrilleros venezolanos, que capturó las Fuerzas Armadas Venezolanas,
le encontraron en su morral, granadas y todo tipo de armas que cupieran dentro
del mismo, y además de todo eso, el libro Afirmación Frente
al Marxismo (las Fuerzas Armadas Venezolanas de
entonces, lucharon, combatieron y con el tiempo derrotaron al movimiento
insurreccional guerrillero venezolano, que como antes dijimos, estaba
marxistamente financiado e ideologizado).
Para 1963, el Presidente de la República, era Rómulo Betancourt.
Era su segundo gobierno (1959-1964). En este gobierno, mi papá fue vice Ministro de Agricultura y Cría, siendo Víctor Giménez Landinez el ministro. En 1961, Víctor Giménez Landinez,
como Ministro y en el Campo de Carabobo, firmó junto al presidente Betancourt, la Reforma Agraria en la que habían arduamente trabajado mi papá y el
Dr Giménez Landinez.
Varias veces mi
papá quedó como ministro encargado de dicho ministerio. Estamos hablando en el
marco político de lo que se llamó “el Pacto de Punto Fijo”, firmado en 1958,
entre Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, en la que los
firmantes se comprometieron a respaldar unánimemente al gobierno que ganara las
venideras elecciones de 1958. Se llamó “Punto Fijo”, no porque se hubiera firmado
en la cuidad de Punto Fijo, Estado Falcón, como algunos erróneamente creen, sino
que se firmó en las Delicias de Sabana Grande, en Caracas, en la que para ese
momento era la casa de habitación del que posteriormente fuera presidente, el
Dr Rafael Caldera.
A finales de 1963,
el Dr Víctor Giménez Landinez renuncia al ministerio y a mi papá le quedaron
dos opciones:
O continuar como ministro
titular hasta marzo de 1964 en la que finalizaba el periodo de gobierno del
presidente Rómulo Betancourt, o lanzarse como candidato a diputado en
las planchas de COPEI, por el estado Mérida, en diciembre de 1963, para el
periodo 1964-1969, que ganara el Dr Raúl Leoni. Mi papá optó por ser candidato
a diputado, quedando electo. Por haber optado a dicha candidatura, tuvo que
renunciar a ser ministro titular del ministerio de Agricultura y Cría.
3- Haremos unos comentarios
a lo que trascribimos del libro Afirmación Frente al Marxismo y lo haremos a
partir de un símil analógico entre Dios y la electricidad. Nadie ha visto la
electricidad pero todos podemos ver sus efectos tales como por ejemplo la luz
eléctrica. De Dios hay que decir que “A
Dios nadie lo ha visto Jamás” (Juan 1: 18) pero podemos ver sus efectos,
tales como el amor. “Dios es amor” (Primera
Epístola de San Juan. 4: 8).
Dios,
para los efectos de nuestros ojos, es invisible. Sin embargo, se hace visible a
través del amor. La electricidad es invisible pero que tiene efectos visibles,
como por ejemplo la luz eléctrica.
Ahora
bien, siguiendo con el símil analógico, el enchufe lo tenemos nosotros. No es
la electricidad la que se desconecta de nosotros, somos nosotros los que nos
quedamos sin luz eléctrica si desconectamos el enchufe. En este símil, la luz
eléctrica siempre la tendremos a nuestra disposición si no desconectamos el
enchufe. Si lo desconectamos, para
volver a tener luz eléctrica, hay que reconectar el enchufe. Partiendo de este
símil analógico, hay que decir que no es Dios el que nos abandona, somos
nosotros los que abandonamos a Dios. Fueron los marxistas y los no marxistas
los que abandonaron a Dios, no fue Dios el que abandonó a los marxistas y a los
no marxistas. La causa del fracaso por el abandono de Dios, no es imputable a
Dios, es imputable a los marxistas y a los no marxistas. Para pasar del fracaso
y volver al éxito, hay que reconectarse con Dios, volver a Dios.
Veamos
la parábola del “hijo pródigo” que explica muy bien lo que queremos decir (Lucas 15. 25: 32):
El
padre no bota al hijo menor de la casa, es el hijo menor el que decide irse (el
padre tenía dos hijos). El hijo menor es el que se desconecta del Padre, no es
el padre el que se desconecta de él. El hijo menor le pide al padre que le dé
la parte de la herencia que le corresponde y se va a un país lejano. Ahí se
dedica al bonche lujurioso, a la gozata sin límites, a la
“dolce vita” desenfrenada, etc.
El
“hijo pródigo” comenzó a pensar que tenía que volver a la casa de su padre cuando
se le acabó el dinero porque lo dilapidó en la mala vida y hubo una gran hambre
en aquella región. Cuando eso sucedió, empezó a pasar necesidad. Se vio en las
malas. Mientras el “hijo
pródigo” tuvo dinero, tuvo muchos “amigos”. Amigos que son
“amigos”, mientras haya dinero en abundancia porque es ley universal que cuando
se acaba el dinero, se acaban los “amigos”, y ahí es que se conocen quienes de
verdad son los verdaderos amigos, porque cuando se tiene dinero y/o poder, los
amigos sobran porque cuando lo anterior se pierde, por lo general los
verdaderos amigos desaparecen como cuando en un día caluroso el sol evapora el
agua, o como cuando se abre un frasco de acetona o de alcohol absoluto. Y de
los anteriores “amigos”, si es que alguno verdadero queda, se pueden contar con
los dedos de la mano y sobran dedos.
Y es en medio de aquella soledad en
la que ya no había falsos amigos, en medio de haber caído en lo más bajo, en
medio de aquella imperiosa necesidad, el “hijo pródigo” recapacita y decide emprender con pie firme
el regreso a la casa del padre.
La
canción “Te he perdido” de Henry Stephen, de
alguna manera, explica muy bien la parábola del “hijo
pródigo”:
“Te he perdido como por su andar perdió a
Dios el pecador”.
Es el pecador el que pierde a Dios, no es Dios el que pierde
al pecador. No es Dios el que nos abandona, somos nosotros los que abandonamos
a Dios. No es el padre el que bota al “hijo
pródigo” de la casa, es el “hijo
pródigo” el que se va de la casa. Al final, fue
el hijo pródigo el que volvió al padre. Cuando abandonamos a Dios, si volvemos
a Él, siempre nos recibirá con los brazos abiertos, pero, en respeto de la
libertad que nos dio, seremos nosotros usando nuestra propia libertad, los que
tendremos que volver a Dios. Dios no usará una legión de ángeles para
devolvernos a la fuerza a su presencia. Si nos alejamos de Dios y no volvemos,
lejos nos quedaremos, lo cual será nuestra propia responsabilidad, no podemos
culpar a Dios de esto como muchas veces hacemos.
Volviendo
al símil analógico de la comparación de Dios con la electricidad: el hijo
pródigo, en el mal uso de su libertad, desenchufó el enchufe y se quedó sin luz
eléctrica y demás beneficios que produce la electricidad. Esto es lo que sucede
si hay ausencia de Dios: el “hijo pródigo” se quedó en la oscuridad, en las
tinieblas, tal como sucedió con los marxistas y los no marxistas. En el
Catecismo de Monseñor Arias, por el que estudiamos en el colegio, cuando se nos
enseñó lo que les pasa a las almas de los condenados en el infierno, no es
solamente el fuego, sino que lo es también la ausencia de Dios. Muy bien define
el infierno Dante Alighieri
en la Divina Comedia: en las puertas del infierno pone un cartel que dice “el que entre aquí que pierda toda esperanza
de salir”.
La
diferencia entre el infierno de la otra vida y la del infierno en esta vida, es
como muy bien dice Dante Alighieri: en el infierno de la otra vida, no hay salida. En cambio,
en el infierno de esta vida, sí la hay tal cual nos los explica Nuestro Señor
Jesucristo en la parábola del “hijo pródigo” y que recoge muy bien el libro
Afirmación Frente al Marxismo:
“Hay
evidencias más que suficientes para poder afirmar, sin lugar a dudas, que la
humanidad al igual que "el hijo pródigo" ha emprendido con paso firme
el regreso a la Casa del Padre”.
Hace
poco leí lo siguiente en un cartel en el portal del twitter de Reporte Católico
Laico (@conexionRCL) que dice lo siguiente:
“No
importa el panorama, el tiempo, las circunstancias que te rodeen, los
comentarios de las personas cercanas a ti, ni lo que tu misma mente te quiera
hacer creer. Lo que realmente importa es que Dios no falla y Él hará en tu vida
lo que ha prometido hacer. Pase lo que
pase, Dios cumplirá”.
Dios
nunca nos falla. Los que le podemos fallar somos nosotros pero si le fallamos y
por lo tanto nos alejamos de Él, sus puertas siempre estarán abiertas para recibirnos
de vuelta tal cual hizo el padre con el “hijo pródigo”.
Volviendo al símil
analógico antes mencionado:
Marxistas
y no marxistas están en camino de volver de la oscuridad a la luz, para esto
deben re-enchufar el enchufe, valga la redundancia y por lo tanto, restablecer
la luz eléctrica que nadie se las había cortado sino que ellos mismos se las
habían cortado a sí mismos. Dios no nos corta la luz. Él es Luz Todopoderosa,
Infinita e Omnipresente. La Luz nos las cortamos nosotros mismos y está en
nosotros mismos el volver a tenerla de vuelta.
4-En el tema de la
parábola de Hijo Pródigo se toca el tema de la misericordia. La palabra “misericordia”, viene
de “cordia”: raíz latina de la palabra “corazón”, y de “miser”, raíz latina de
la palabra miserable. Cuando imploramos
la misericordia de Dios, sabiéndolo o no, le estamos haciendo a Dios, una
oración como esta:
Señor, a
mí que soy miserable, trátame y mírame a través de tu corazón.
A veces, hemos entendido
mal la misericordia. La misericordia no es una patente de corso, una panacea,
una papayita y una palabra mágica para hacer impunemente lo que nos dé la gana,
hacerle daño a los demás y pecar desaforadamente como pecó “el hijo pródigo”.
La misericordia no es para abusar y pretender salirse impunemente con la suya
sin necesidad de arrepentirse, convertirse, enmendarse, rectificar, y cambiar de vida. La
misericordia tiene que conllevar una redención y un cambio de vida. El padre perdonó al “hijo pródigo” pero para
que fuera perdonado, se tuvo previamente que arrepentir:
“18. Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre,
pequé contra el cielo y ante ti.
19. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a
uno de tus jornaleros."
20. Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él
todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le
besó efusivamente.
21. El hijo le dijo:
"Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo
tuyo."
22. Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed
aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas
sandalias en los pies.
23. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y
celebremos una fiesta,
24. Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la
vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta”.
Lucas 15. 18-24.
Si
el “el hijo pródigo” no se hubiera
arrepentido, no hubiera comenzado ninguna fiesta.
El tema de la misericordia y el arrepentimiento como requisito
indispensable para obtener misericordia, lo vemos también en el caso de San
Dimas. En el Calvario había tres cruces,
la Cruz de Jesús, la Cruz de San Dimas y la cruz de Gestas. Son varios los evangelistas que se ocupan de
este asunto. Aclaramos esto porque por ejemplo
de la parábola del Hijo Pródigo solo se ocupa San Lucas en el capítulo
15.
San Dimas es el llamado
“buen ladrón” y Gestas es el otro ladrón que murió junto a Jesús. Los evangelios
los llaman “ladrones” pero también los llama “malhechores”. Veamos:
"Y con Él
crucificaron dos ladrones, uno a la
derecha y otro a la izquierda de Él. Y fue cumplida la Escritura que dice: Y
fue contado entre los inicuos.
"Uno de los malhechores le insultaba diciendo: ¿No
eres Tú el Mesías? Sálvate a Ti mismo y a nosotros.
"Más el otro,
respondiendo, le reconvenía diciendo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en
el mismo suplicio? Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues recibimos
el justo pago de lo que hicimos; mas Éste nada ha hecho; y decía: Jesús,
Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. Jesús le respondió: En verdad te
digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Marcos 17, 27s. y Lucas 23,
39-43).
Ahora
bien, San Dimas fue canonizado por el mismo Jesucristo. Su fiesta litúrgica se
celebra el 25 de marzo. Antes de recibir las palabras de Jesús en las que les
dice que “hoy
estarás conmigo en el Paraíso”, reconoce su pecado:
“pues recibimos el justo pago de lo que
hicimos”. También proclama que Jesús es inocente: “Éste nada ha hecho”. De la misma manera lo reconoce como rey: “cuando llegues a tu reino” e implora su misericordia: “acuérdate de mí”.
Si
hay arrepentimiento, Dios derrama su infinita misericordia tal cual el padre la
derramó con “el hijo pródigo” arrepentido que volvió a la casa y como Dios la
derramó con San Dimas.
La
Misericordia de Dios es infinita. Lo infinito no conoce lo finito, no conoce
límites. Santo Tomás de Aquino lo expresa muy bien en un himno que le compuso a
Jesús Sacramentado, titulado “Adoro te devote” “Te adoro con devoción”:
“Señor Jesús, Pelícano
bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo
entero”.
Y mire que San Dimas había cometido crímenes. El
mismo lo reconoció:
“Pues
recibimos el justo pago de lo que hicimos”.
San
Dimas al igual que Gestas y que Jesús, estaba padeciendo el suplicio de la
cruz. Los romanos les habían quitado a los judíos el poder condenar a muerte.
Por eso los judíos fueron a Poncio Pilatos para que éste le impusiere a Jesús
la pena de muerte que a los judíos les estaba prohibido imponer. El suplicio de
la cruz era tan fuerte que estaba prohibido que un ciudadano romano, hubiera hecho lo que hubiera hecho,
sufriera dicho castigo inhumano y atroz. Y es el propio San Dimas el que reconoce
que era “justo” el castigo que Gestas
y él mismo San Dimas estaba recibiendo, pero no que lo sufriera Jesús que era
inocente. Y a pesar de haber cometido
crímenes atroces, San Dimas es perdonado y posteriormente, el mismo día que se
arrepintió, es llevado al Paraíso por Jesús que es Dios, pero no hubiera sido
llevado Jesús que es Dios al Paraíso, si Dimas no se hubiera arrepentido porque
de no haberse arrepentido no sería San Dimas, como Gestas que no es San Gestas.
Bien dicen los salmos:
“Oh Dios, qué precioso es tu amor. Los hombres se
cobijan a la sombra de tus alas… cuando te invoqué, me escuchaste… Señor, tu
misericordia es eterna” (salmos 36 y 137).
Si
hubiera misericordia sin previo arrepentimiento, fuera lo mismo arrepentirse
que el no arrepentirse. Si así fuere, obtendría misericordia, tanto el que se arrepiente como el que no se arrepiente.
Si hubiera misericordia sin previo arrepentimiento, ¿qué merito, valor y
sentido tendría el enmendarse, rectificar, redimir, corregir, reparar el daño
causado y cambiar de vida, pasando de una mala vida a una buena vida? Sería lo
mismo que el “el hijo pródigo” haya vuelto a que no haya vuelto a la casa del
padre; que se hubiera arrepentido a que no se hubiera arrepentido.
Si
hubiera misericordia sin previo arrepentimiento, ¿qué merito, valor y sentido
tendría el enmendarse, rectificar, redimir, corregir, reparar el daño causado y
cambiar de vida, pasando de una mala vida a una buena vida? Sería lo mismo que
el “el hijo pródigo” haya vuelto a que no haya vuelto a la casa del padre; que
se hubiera arrepentido a que no se hubiera arrepentido. Y así fuere, Dios sería
un idiota, un gafo y un imbécil que permitiría que se rieran de Él en su cara.
Y si así fuere, Dios no sería Dios, y si Dios no fuera Dios, no existiría
porque en Dios por definición, no puede haber imperfección o impureza posible. Pero
Dios existe y no permite que se rían de Él:
“No os engañéis; de Dios nadie se
burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará”. Gálatas 6: 7.
Si
hubiera misericordia sin previo arrepentimiento, cosecharía lo mismo tanto el que se
arrepiente como el que no se arrepiente. Sería lo mismo ser un San Dimas que
ser un Gestas.
5- En el tema de la parábola de Hijo Pródigo también se
toca el tema de la libertad. El “hijo
pródigo” volvió a la casa del padre. No volvió porque el padre lo hubiera
forzado a volver. El padre no mandó a buscar al hijo menor que se había
ido de la casa al igual que respetó la libertad del hijo mayor que se había
quedado.
El Papa Julio II le pidió
a Miguel Angel Buonarroti que pintara la Capilla
Sixtina. Miguel Angel no aceptó y además se le
escondió al papa porque sabía que lo iba a obligar. El papa que en aquel
momento tenía soldados a sus órdenes, lo mandó a buscar, lo encontraron y se lo
llevaron a Julio II. Éste, prácticamente lo que le hizo fue un secuestro ya que
le participó que no saldría de la Capilla Sixtina hasta que terminara de pintar
la bóveda de dicha capilla. Y en efecto, así fue. Varias veces, el Papa mirando
a Miguel Angel subido a los andamios, le preguntaba:
“Miguel Angel, ¿cuándo vas a terminar?”
A
lo que éste le contestaba:
“Cuando lo termine”
Cuatro años estuvo Miguel
Angel secuestrado pintado la bóveda de la Capilla Sixtina (1508-1512). El mismo
Miguel Angel decía de sí mismo que no era pintor sino que era escultor. Dios no
actúa así. Dios no nos secuestra, no nos manda a sus ángeles a buscarnos cuando
nos escondemos de Él como hizo Miguel Angel con Julio II.
El
padre no mandó a soldados, espías, mercenarios o afines, a que le trajeran de
vuelta del país lejano al “hijo prodigo” gozón, bonchón desenfrenado y
disoluto.
Ahora
bien, aquí nos topamos con el misterio de la libertad, que
es un regalo de Dios. La libertad es junto con
la capacidad crear, uno de los regalos que nos dio Dios y que nos hace ser “a
su imagen y semejanza” tal cual fuimos creados, como nos dice el Génesis. La libertad es algo sagrado. Es
un derecho que adquirimos por el mero hecho de haber
nacido. No es una concesión graciosa del estado, es un derecho divino/ humano
que nos viene directamente de Dios. La libertad es algo tan sagrado que Dios
prefirió crearnos libres aun sabiendo de antemano que por el mal uso que hiciéramos
de la libertad, íbamos a pecar y que también nos íbamos a equivocar.
Dios
nos ha podido haber creado robots obedientes y autómatas, incapaces de pecar o
de equivocarnos; pero Dios en su infinita sabiduría y amor hacia nosotros,
prefirió darnos el libre albedrío. Por eso mismo, toda dictadura, a la larga o
la corta fracasará, sea de las que llaman de “derecha” (no marxistas), o sea de
las que llaman de “izquierda” (marxistas) porque sea una u otra, atenta contra
la libertad del ser humano.
En
el símil analógico que estamos usando, la libertad se traduce en que Dios nos
entregó el enchufe y al crearnos nos hubiera dicho algo así como lo siguiente:
“En
esta vida terrenal que te entrego, el enchufe queda a tu cargo. Eres libre de
conectarlo o desconectarlo. Mientras lo tengas conectado, tendrás luz eléctrica
y todos los demás beneficios que te puede dar la electricidad, tales como
calefacción en el invierno, aire acondicionado en el verano, etc. Si lo desconectes, quedarás en la oscuridad y
en las tinieblas, pasarás mucho frío en el invierno y mucho calor en el verano,
no verás por donde caminas y en consecuencia, tendrás muchos tropiezos.
Ahora bien, si lo desconectas, tienes la posibilidad de
reconectarlo, pero eso sí: si bien yo no lo voy a desconectar por ti, tampoco
lo voy a reconectar por ti. Siempre respetaré la libertad que te regalo y que
te hace semejante a mí, ya que te creé a mi imagen y semejanza, y la vida, la
propiedad y la libertad son tres derechos inalienables que te vienen dados al
nacer y que nadie en la tierra tiene derecho a quitarte.Ahora bien, mientras
estés en la tierra, podrás hacer uso libremente del enchufe pero cuando te
llame a mi presencia, tendrás que darme cuenta del uso que le diste al enchufe
que te regalé al nacer por el mero hecho de haber nacido”. olviendo
al “hijo pródigo”, volvió libremente a la casa del padre. No llegó arrastrado
por los soldados, tal cual llegó Miguel Angel a la presencia de Julio II. El
arrepentimiento y la vuelta a casa del padre por parte del “hijo pródigo” fue
un acto libre. Lo mismo sucedió con San Dimas. San Dimas se ganó el Paraíso
porque libremente le pidió perdón a Dios. Jesús, que es Dios, no lo coaccionó
para que pidiera perdón. Jesús, que es Dios, no le suplió el perdón que a San
Dimas le tocaba pedir. Como antes constatamos, si San Dimas no hubiera pedido libremente
perdón, no estaría en el Paraíso, como tenemos la certeza que lo está ya que el
mismo Jesús se lo dijo, que “hoy” estaría con Él en el Paraíso; no mañana, ni
pasado mañana, sino “hoy”.
Lo
de la libertad y la misericordia, lo resume muy bien San Agustín:
Lo
anterior refleja que si no hay un
arrepentimiento, no puede haber misericordia. Para obtener misericordia, tiene
que haber arrepentimiento previo. Y esto vale lo mismo, tanto para los
marxistas como para los no marxistas, porque si se supone que los marxistas son
los malos y por lo tanto necesitan arrepentimiento, y los no marxistas se
supone que son los buenos; no por dicha suposición los no marxistas están
exentos de arrepentimiento, conversión y cambio de vida.
Pecadores
somos todos, tanto marxistas como no marxistas y el fracaso del que habla mi
papá en Afirmación Frente al Marxismo, es imputable tanto a marxistas como a no
marxistas. En el “hijo pródigo” están representados tanto marxistas como no
marxistas. Para volver al éxito, la
vuelta a la Casa del Padre debe ser hecha tanto por marxistas como por no
marxistas.
6- Estoy escribiendo una
serie de artículos sobre Luis Alberto Machado Martínez, mi papá, de quien
me siento muy orgulloso de ser su hijo. Estas líneas las estoy escribiendo en
su memoria, a pocos días del venidero 23 de febrero de 2017, fecha que
conmemora el primer año de su partida a
la Casa del Padre. Este es el hasta ahora el artículo número VIII. Abajo están los hasta ahora VII artículos
previos:
Abajo
está el recuento de la biografía de mi papá publicada en el Republicano
Liberal, tanto en el bloque A como en el bloque B.
Luis Alberto Machado (I): ”Quiero morir joven lo más
tarde posible''
Luis Alberto Machado (II): La Revolución de la Inteligencia.
Luis Alberto Machado (III): La inteligencia y el humor
Luis Alberto Machado (IV): Apóstol de la inteligencia
https://www.dropbox.com/s/l0eydikykn4sgwm/57.%20II.%20%20Luis%20Alberto%20Machado%20%28IV%29.%20Ap%C3%B3stol%20de%20la%20inteligencia.docx?dl=0
Luis Alberto Machado (V): la inteligencia derrota populismos y derrota
dictaduras.
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Luis Alberto Machado (VI): SI DIOS NO EXISTE...
Luis Alberto Machado Sanz (VII) ''El buen amigo''
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Luis Alberto Machado Sanz
machadosanz@gmail.com
@caballitonoble
Caracas - Venezuela
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