Detener el gasoducto Nord Stream 2, excluir a Rusia del sistema SWIFT o bloquearla de las importaciones estadounidenses son algunas posibles sanciones si Vladimir Putin invade Ucrania. Sin embargo, no hay que olvidar sus alianzas geopolíticas y económicas con China
La invasión que Rusia podría estar planeando hacia Ucrania sigue preocupando a gobiernos de Occidente. No es un tema que haya terminado luego de atravesar altas tensiones en enero de este año. Joe Biden, presidente de Estados Unidos, sigue reuniéndose con otros líderes y varios aliados siguen enviando armas, al punto que el país habría recibido hasta ahora unos 1500 millones de dólares en armamento, según el ministro de Exteriores ucraniano.
Mientras tanto, desde el Kremlin desestiman cualquier resultado de las conversaciones. La exigencia de Vladimir Putin es no expandir la OTAN con la incorporación de Ucrania. Hasta que consiga el «sí» a esta y otras exigencias, la amenaza va a continuar.
A falta de un desenlace, y con reuniones que parecen dilatar más el problema, surgen distintos análisis de qué podría pasar con Rusia si finalmente EE. UU. decide imponer las extremas sanciones que viene adelantando a nivel discursivo. En efecto, para que esto ocurra Moscú tendría primero que invadir a su vecino.
Washington ha advertido sobre la posibilidad de detener la apertura del gasoducto Nord Stream 2. Esta vía es clave para enviar mayor cantidad de gas ruso a Europa occidental. Ante esto, países de esa región sopesaban hace días alternativas en caso de perder el futuro suministro. Sin embargo, no es lo único, EE. UU. y sus aliados podrían dejar a Rusia fuera del sistema financiero SWIFT para transferir dinero entre bancos de todo el mundo. Así como bloquear al Kremlin del acceso al dólares estadounidenses o aplicar controles de las exportaciones.
¿Se quedaría Putin sin alternativas?
No del todo. Y para conocer los detalles basta mirar un poco más abajo en el mapa, a China. Ambos países son aliados importantes en cuanto a sus propósitos geopolíticos, sobre todo por sus planes en Occidente con Venezuela como ancla de sus proyecciones expansionistas. Precisamente sus líderes se reunieron cuando comenzaron los Juegos Olímpicos de Invierno. A esto se suma que ambos confluyen en sus necesidades comerciales. Es decir, mientras uno necesita hidrocarburos, otro se lo puede proveer.
Alfredo Toro Hardy, exembajador, académico y autor venezolano aseguró en un análisis reciente para el Observatorio de Política China que de concretarse las sanciones, Moscú podría reorientar sus exportaciones de hidrocarburos hacia su ya importante mercado asiático, incluyendo no solo a Pekín sino a naciones vecinas. «Rusia, primer productor mundial de petróleo y gas, estaría así en capacidad de volcar sus ventas hacia el mayor mercado de consumo energético del mundo. Tan solo la trilogía China-India-Sudeste Asiático representa el 75 % del crecimiento mundial de la demanda de petrolera».
Adicionalmente, mencionó un valor agregado: la posibilidad de transportar sus hidrocarburos por vía terrestre. Sería una ventaja, porque según el diplomático retirado ocho de cada 10 barriles crudos importados por China pasan por el Estrecho de Malaca y el Mar del Sur de China. Ambos canales se prestan para una posible obstrucción de la armada estadounidense.
Tanto Putin como Xi Jinping conocen estas posibilidades y no se han quedado de brazos cruzados. La muestra está en un tren que en noviembre de 2021 llegó desde Rusia a la provincia de Shaanxi, al noroeste de China con 2000 toneladas de petróleo. Aunque previamente el cargamento fue enviado en por barco, la agencia Xinhua reseñó que la importación marcó la apertura de la nueva ruta de transporte marítimo-ferroviario.
Ucrania sigue recibiendo armas
Entonces, es de esperar que si Rusia queda bloqueado y sancionado en caso de ejecutar la invasión a Ucrania, consiga en China una alternativa económica importante. De por sí, ambas naciones mantuvieron en 2021 un comercio bilateral que marcó los 147.000 millones de dólares.
La meta para 2024 es que alcance los 200.000 millones de dólares, según las proyecciones de Moscú. Rusia ya exporta al gigante asiático materiales como madera, materiales agrícolas, textiles, metales y maquinaria.
Mientras llega una solución, el gobierno ucraniano anunció que ha recibido armas y equipos por un valor de 1500 millones de dólares de distintos países. Estados Unidos y el Reino Unido han sido los más activos a la hora de armar al Ejército ucraniano, al igual que Canadá, Polonia y los países bálticos, apuntó EFE. Por su parte, Alemania ha prometido 5000 cascos y hospitales de campaña.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, llamó por teléfono a Putin para evitar la guerra en Europa. En paralelo, Biden acordó un encuentro con el canciller alemán, Olaf Scholz para discutir el «importante paquete» de sanciones que preparan contra Rusia.
El gobierno ucraniano ha insistido con que la invasión «no es inminente», pero sigue recibiendo armas con los brazos a abiertos. Sea como sea que termine esta crisis, es evidente que Rusia tiene su as bajo la manga para evitar un colapso económico.
Oriana Rivas
@PanAmPost_es
Venezuela - Argentina
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