viernes, 18 de marzo de 2022

CARLOS E. AGUILERA A. : UN CHAVISMO ALIENADO

En el año 2012, las redes sociales se inundaron con especulaciones sobre lo que podría suceder si Hugo Chávez no lograba llegar a su siguiente toma de posesión. Los cálculos apuntaban hacia las disposiciones legales que podrían aplicarse y, derivadas de ellas, a los inciertos resultados de una nueva elección. Incluso, comentaban algunos analistas políticos, que las consecuencias variarían significativamente si su ausencia fuera temporal –mientras dure su convalecencia posoperatoria, o si fuera definitiva. En el primer caso, seguramente se hubiese encontrado algún artilugio legal para permitir una posesión virtual que, a su vez, daría lugar a la sucesión forzada e inconstitucional del vicepresidente y así asegurar la continuación de la revolución bolivariana. En cambio, en el segundo caso hubiese sido prácticamente inevitable la nueva elección, con toda la incertidumbre que ella conllevaba para el partido PSUV, fundado por Chávez.

Pero, las especulaciones se quedaron en el horizonte, pues la gravedad del hijo de….Sabaneta echó por tierra ambas probabilidades y todos sabemos el desarrollo a posteriori de la llamada revolución socialista, marxista y mal llamada bolivariana, hoy día con un chavismo en franco deterioro tras la políticas públicas puestas en práctica por su hijo putativo y heredero de la corona, Nicolás Maduro, que ya asomaba señales inequívocas de lo que podía esperarse de él, por su escasa formación e impronta llegada a la alta política.

Frente a ello, era el futuro de la revolución mal llamada bolivariana y de la posibilidad de un chavismo sin Chávez, tema político que era cuidadosamente analizado. Internamente, pues sin el factor Chávez suponían sería muy difícil mantener unida y enrumbada a la militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que estuvo presente a lo largo de catorce años, hasta el fallecimiento de Chávez, por cuanto ni Maduro ni Cabello, mucho menos otros dirigentes que pasaron a segundo plano, parecían contar con las condiciones mínimas necesarias para cumplir con ese cometido. Craso error, pues el desarrollo de los acontecimientos mostraron que el primero de los mencionados, sería el elegido por el padre de la tragedia que vivimos los venezolanos. El factor Chávez mostró las espuelas con las que de allí en adelante comenzaría a padecer el país, hoy en manos de un omnipresente individuo que se cree dueño de una nación.

Y es que la visión alienada de Nicolás Maduro, hijo y heredero de Hugo Chávez por confesión propia, sorprende “urbi et orbe” - frase latina en boga tras la elección del nuevo Papa, Francisco I- al referir que un pajarito chiquito le transmitió mensajes por medio de áulicos silbidos que él respondió con otros soplidos, de que le endosaba su legado histórico para que la revolución del socialismo del siglo XXi no desmayara en su empeño y lograra la mayor felicidad de su pueblo.

Pero el asunto, me refiero a lo del pajarito, no para allí, pues a sus fantásticas e increíbles afirmaciones debe sumarse otras más sorprendentes como la posible influencia de su difunto padre político en el espíritu de los Cardenales para elegir a un Papa latinoamericano, al mismo tiempo que le otorgaba a su mentor el título de “Cristo redentor de los pobres americanos”, y por si fuera poco, al señalar que caería una maldición ancestral sobre aquellas personas que no votasen por Maduro.

¿Surrealismo puro? Bueno, lo cierto es que Maduro se expuso a voluntad y conciencia a la burla de las mayorías del país y del mundo. Las causas de sus exabruptos pueden ser dos, una u otra, o ambas a la vez: su carencia de formación académica, su falta de preparación que le hace creer y decir cualquier majadería. Desde la parte legal - existen varios impedimentos - que le impíden encarar y solucionar los problemas que agobian al país, a corto, mediano, y largo plazo.

Si pretende, como parece, creer que al pueblo es fácil de engañar, y hacerlo comulgar con ruedas de molino o como coloquialmente suele expresar el vulgo: a punta e’ muela, se equivoca de polo a polo, pues las lecciones impartidas por sus maestros cubanos, no calan en “la ignorancia del pueblo” como lo señala la cartilla de la revolución cubana, ahora venezolana.

Venezuela padece hoy en día de enormes carencias sociales, políticas y económicas que la mantienen inimaginablemente en la más difícil e impensable situación, jamás vista en los anales de la historia, desde el nacimiento republicano. Un país en un estado de pobreza extrema, en el que más del 75% de su población padece de hambre, con un alto nivel de desempleo, inseguridad, ineficiencia de los servicios públicos, lo cual generó que los venezolanos dieran comienzo a una impensada diáspora, que en los actuales momentos sobrepasa de los 6 millones, regada por todo el mundo, en su mayoría en países latinoamericanos.

Carlos E. Aguilera A
careduagui@gmail.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122) 
Venezuela

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