La imagen que pretende proyectar Vladimir Putin ante el mundo especulando patriotismo no es más que el ejemplo de una escena de chauvinismo jacobino. Es una supuesta paranoia producto de una supuesta sensación de miedo a un inmenso peligro que representa la presencia de un resurgimiento del fascismo nazi -según él- latente en la cúpula de poder Ucraniano.
Su declaración reciente ante las cámaras de comunicación masiva se enfocan en estos términos: "desnazificar y desmilitarizar Ucrania", cito:
"He tomado la decisión de llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo será defender al pueblo que durante ocho años ha sufrido persecución y genocidio por parte del régimen de Kiev. Para ello, apuntaremos a la desmilitarización y desnazificación de Ucrania".
La conducta de Putin no emula ni es el espiritu de la conducta nacionalista de William Wallace, el rebelde escocése que lucha por la independencia de su nacion contra el poder de Inglaterra; es mas bien el espiritu megalomano de Ricardo III quien instigado por su influencia y su magalomania conspira contra su propia familia para haberse del poder de Inglaterra. Rusia y Ucrania son de etnias afines.
Por otro lado, es como un estigma heredado, un patrón genético, el espíritu cosaco. La Rusia igual que la China nunca han tenido en lo que esta registrado en la historia, libertad política, sus pueblos siempre han estado bajo el yugo de regímenes totalitarios, en la antigüedad la monarquía y más recientemente las dictadura camufladas como despotismo del proletariado y como democracias populares comunistas. Las cuales, no son mas que teatros de miseria padecidos por pueblos sometidos por elites de poder despiadadas.
La intención de Putin no es proteger al pueblo ruso de ninguna amenaza invasiva como la que padeció Moscú en el siglo XX devenida de la pretensión imperialista napoleónica criticada en la "guerra y la paz" de Leon Tolstoy. Es, la exteriorización del espíritu sanguinario de Stalin y Trotsky quienes en otrora diezmaron con su ejército a millones ucranianos con hambre, balas y prisión. Y, el ansia de poder y gloria narcisista que lleva en su alma hegemónica.
Primero arguye que invadió Ucrania porque su posible alianza con la OTAN representaba la posibilidad de emplazar bases militares norteamericanas cercanas a sus fronteras. Ahora que Ucrania desiste a la OTAN, arguyó cínicamente, que su acto fue para erradicar el nazismo que subyuga al pueblo ucraniano. Un pueblo que ha sido constantemente maltratado por la influencia rusa. Un argumento que ofende a la politología para justificar lo injustificable no importando que sea con algo absurdo. Total poco le importa las criticas, sanciones etc. Con el gas cree tener la cabra -Europa- por los cachos, ese es su espíritu cosaco.
Joise MORILLO
Kaojoise@gmail.com
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Venezuela-USA
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