A propósito de la invasión cruel, y abusiva de Putin a Ucrania, y la resistencia casi agónica de un país que tiene derecho a la autodeterminación, y la libertad, luchando contra una fuerza militar que le supera en proporciones inimaginables, vale la pena recordar a ese luchador insigne por la paz como fue Nelson Mandela; Madiba para su gente:
¨La paz no es simplemente la ausencia de conflicto; la paz es la creación de un entorno en el que todos podamos prosperar, independientemente de la raza, el color, el credo, la religión, el sexo, la clase, casta, o cualquier otra característica social que nos distinga¨.
También dijo, Mandela: ¨Si nos sacamos los ojos los unos a los otros, pronto todos seremos ciegos¨.
¨Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que se respete y mejore la libertad de los demás¨!
Que nos sirva de inspiración el pensamiento de Mandela para expresar la necesidad de procurar la paz. Lo que hemos visto en imágenes de esta secuencia de ataques ampliamente destructivos, hablan del interés expansionista y claramente imperialista del gobernante ruso, que el mundo occidental debe parar ya.
Los ataques indiscriminados contra la población civil, universidades, iglesias, y en general contra todo el territorio ucraniano, describen a un gobernante cruel y sangriento; dispuesto a todo para lograr la humillación del adversario, que por cierto, dicho por el Presidente Macron, no ha provocado de ninguna manera a su agresor, porque no existen ningunas bases militares de la OTAN en territorio ucraniano.
Las acusaciones de Rusia contra Ucrania en el seno de las Naciones Unidas, y especialmente en el Consejo de Seguridad, según las cuales, estos ataques responden a la necesidad de ¨desnazificar¨ a Ucrania, cuyo Presidente es judío, y su familia víctima de la persecución nazi, son cuando menos ridículas.
Visto lo visto, el problema ahora es como parar lo que a todas luces terminaría siendo una derrota militar humillante para los ucranianos, quienes aunque han ofrecido una dura resistencia patriótica, probablemente no aguantarían la arremetida del adversario en el mediano y largo plazo, por la ventaja militar evidente de Rusia sobre Ucrania.
Hay que detener ya la muerte de civiles, y la destrucción física de Ucrania, mediante el recurso de las negociaciones. No obstante, si el mundo occidental está interesado en contribuir sinceramente, tiene el deber de ayudar a Ucrania, no para terminar de convertir esto en el escenario de una probable tercera guerra mundial, sino al contrario, en una fuerza de disuasión real que ayude a detener todo vestigio de guerra, ordene un cese al fuego respetado y supervisado, para dar paso de inmediato a una mesa de negociación y acuerdos. Las sanciones per se no son suficientes.
Sin una fuerza político-militar disuasiva real, hoy es Ucrania, pero mañana será cualquier otro vecino de Europa o del mundo. No se trata de triunfos políticos, o comunicacionales, porque eso ya lo ha ganado Zelensky con la votación abrumadora contra la invasión de Putin en la ONU, y la opinión mundial a favor de Ucrania. Se trata de frenar la guerra real, la que cuesta vidas, y genera destrucción.
Esta multipolaridad del poder mundial dividido entre Estados Unidos, y Europa, por una parte, y por la otra Rusia y China, necesita equilibrio y respeto mutuo. Frenar la guerra es un imperativo y también sus consecuencias en cuanto a pérdida de vidas humanas, y las distorsiones económicas subsecuentes que marcarían la vida de los países más pobres especialmente.
Es hora de proponer mecanismos de negociación urgentes, encabezados por personalidades de amplio reconocimiento y mutua aceptación. Angela Merkel; el Papa Francisco; el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, entre otros, y poner fin a la guerra. El mundo necesita Paz!
Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela
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