Javier Tarazona es un ciudadano ejemplar que lucha por un país en paz y democrático, y lo mantienen cruel e injustamente preso, violándole incluso hasta el derecho a la salud. Prueba de que el espacio cívico se reduce cada día.
Suma y sigue, hay más de 300 presos políticos. Continúan las ejecuciones, desapariciones, detenciones, torturas, represión y persecución a grupos políticos. Prevalece la impunidad por la sistemática violación de los derechos humanos.
Suma y sigue, no hay investigación de la cadena de mando en el caso de los asesinatos de Fernando Albán y el capitán Acosta Arévalo. Tres años de funcionamiento lleva la oficina de la señora Bachelet, y hasta el momento no ha servido para nada. Se despide del cargo de alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, sin pena ni gloria, con más pena opinamos nosotros. Suma y sigue, la monumental e ilegal interceptación de las comunicaciones privadas sin órdenes judiciales. Estamos ante un claro instrumento autoritario de vigilancia masiva con control social y político. Ha sido afectado el fundamental derecho a la privacidad y lo más cercano a ella: la integridad humana, que a su vez limita el ejercicio de otros derechos como son la libertad de expresión, opinión e información. Lesiona el derecho al trabajo entre abogados y representados. No hablemos del abierto bloqueo de páginas web. Telefónica ha dado la cara con su informe, y de esta manera evita el costo reputacional de ocultar actos expresos de violaciones de los derechos humanos.
El régimen impresentable ordena la vida y el poder y controla la verdad a través de la mentira que constituye su ser intrínseco. El camino del fracaso lleva 23 años. Son una cuadrilla inepta de demolición institucional de la república y la nación.
El galáctico y su heredero fragmentaron la sociedad y dejan una tierra arrasada. Utilizaron la democracia para desmontar el Estado y carcomer las bases republicanas de la nación para montar el parapeto comunal.
La política va y viene, pero la verdad siempre resplandece. La libertad se abre camino en los peores contextos enarbolando que la vida es un valor innegociable. La república es un principio y la democracia (mecanismo para escoger al gobernante) es un valor que potencia el principio que postula: la ley se aplica a todos, separación de poderes, justicia independiente con jueces capaces e íntegros, alternabilidad en el poder, respeto a la libertad individual y la formación y promoción de una conciencia institucional. La república es el nicho donde se desarrolla la democracia.
El destino de Venezuela está en nuestras manos. Nos toca resistir y nadar contra la corriente. Entendemos a la política como ejercicio y entrega para tocar y cambiar vidas mirando hacia el bien común. Los malos perdieron la calle. Nos corresponde elegir una dirigencia renovada que se conecte y apueste al ciudadano. La nueva estrategia es para ya, no para el 2024, como se empeñan quienes por su perdición y pudrición seguir jugando con las convencionalidades de la corporación criminal.
¡Libertad para Javier Tarazona! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
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