jueves, 29 de octubre de 2015

LUIS ALFREDO RAPOZO, ENTRE CIELO Y TIERRA

Ustedes saben, queridos lectores que entre cielo y tierra no hay nada oculto y que tarde o temprano la verdad siempre florece. A veces, los gobernantes se olvidan de ese refrán y creen que con la mentira; la trampa, los entuertos, pueden gobernar y torcer la realidad, cuando se les presenta adversidades y contrariedades propias de la vida en sociedad, que de alguna manera afecta su gestión.

En época de los gobiernos de los hermanos Monagas-hace más de 160 años-, se vivió en Venezuela momentos revueltos, y esos dos hermanos se turnaban con el poder en medio de un sin fin de triquiñuelas y haciendo valer aquello “…que el papel aguanta todo”, según expresaba el mismísimo José Tadeo Monagas. Sin embargo, las contrariedades no resueltas desembocaron en la Guerra Federal: Triste final, lleno de sangre por todos lados.

Actualmente, vivimos –valga la comparación forzada-, un momento muy similar, en el cual, el dúo Diosdado-Maduro quiere manejar el país haciendo reinar el autoritarismo, las inhabilitaciones de candidatos; la persecución al sector político y económico, espionaje barato escuchando conversaciones, carcelazos, tortura y prisión como la que se hizo a los ciudadanos que abuchearon a la mujer de Diosdado; montaje de expedientes judiciales como el caso de Leopoldo López, que le quieren tener preso a juro; desconocimiento e irrespeto de diputaciones como el despojo a María Corina; la corrupción y pillaje más grande de nuestra historia que ha hecho fluir por el sistema financiero mundial grandes fortunas, incluida  las cuentas de la hija del ex presidente Chávez; en fin, la lista de asuntos que describe la acción que ejecuta este gobierno es bochornosa y muy larga, pero cada día se ve más clara bajo la luz del sol.

Cada día nos quedamos con “la quijada en el piso” al observar el “compinchismo” que avala al poder Ejecutivo con el comportamiento del TSJ, la Fiscalía, el CNE, la Defensoría del Pueblo, que están en manos de aduladores; que unificadamente limpian el piso con la Constitución y los valores democráticos. Realmente da pena ajena, esto que nos ha tocado vivir y que en otra parte del mundo, no dudo que hubiese desencadenado un conflicto social de profundos enfrentamientos.

Entonces, no solo vivimos escasez de alimentos, falta de producción de alimentos, alta inflación-que por cierto es desvirtuada-, desempleo, etc., sino que además estamos en presencia de un gobierno perverso, que viola los derechos humanos, de expresión, de pensamiento y fomentan una especie de apartheid.

Pero, como decía mi abuela Pía, entre cielo y tierra no hay nada oculto y yo sinceramente ruego a los cielos, porque nuestro pueblo piense, descifre lo que vivimos y democráticamente vote por el cambio de régimen para sacar a Venezuela del foso y la oscuridad. No estoy hablando con un slogan electorero. No queridos amigos…yo espero que el populismo vulgar ejecutado, dando bolsitas de comidas, pensiones apuradas, casas construidas a golpe y porrazo no compre conciencias.

Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo

Anzoategui

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