sábado, 31 de octubre de 2015

FERNANDO OCHOA ANTICH, EL RESCATE DE LA INSTITUCIONALIDAD MILITAR, LA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Venezuela enfrenta una de las crisis más grave de su historia. En mi anterior artículo señalé, con verdadera angustia, la total ruptura de la moral ciudadana que ha significado el saqueo del erario público por una camarilla de civiles y militares. Esta gran verdad debe ser conocida por los integrantes de la Fuerza Armada Nacional. Justamente, ese es uno de los puntos más trascendentes del artículo: ¿Y los militares qué? publicado por Luis Ugalde, un ciudadano de excepción, que reconoce, con certeza, que sólo “unos centenares de altos oficiales son los que disfrutan de modo privilegiado y escandaloso de la apropiación privada del bien público de todos los venezolanos”. Los mayoritarios cuadros militares, que viven modestamente de su sueldo, deben reflexionar sobre la  causa por la cual pudieron ocurrir esos hechos y, otros de igual gravedad, sin que se tomaran las medidas disciplinarias del caso. No tengo la menor  duda en afirmar que la causa de esos vicios ha sido el debilitamiento institucional  y moral de Venezuela y en particular el de la Fuerza Armada Nacional.

En la constitución de 1999 se amplió, de una manera muy importante, el contenido del capítulo referente a la Fuerza Armada, aunque mantuvo la misma orientación doctrinaria que la constitución de 1961 pautaba en su artículo 132, al establecer “que la Fuerza Armada Nacional constituye una institución profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación  y asegurar la integridad  del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta constitución y la ley . En el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación.  La Fuerza Armada  Nacional está integrada  por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral  dentro del marco de su competencia  para el cumplimiento  de su misión”…
He querido transcribir el contenido de este artículo para que mis compañeros de armas puedan evaluar las grandes violaciones a la constitución nacional que se han cometido en las diferentes reformas de la ley orgánica de la Fuerza Armada aprobadas durante estos dieciséis años de gobierno y el permanente irrespeto a sus principios fundamentales  que realizan algunos jefes militares al declarar públicamente su compromiso ideológico con el chavismo y el Partido Socialista Unido de Venezuela, ignorando que el pluralismo político es uno de los principios fundamentales del sistema democrático, como lo establecen los artículos 2 y 6 de nuestra constitución y que la Fuerza Armada está al servicio del Estado y no de un gobierno en particular. Tampoco parecen entender que estas inaceptables declaraciones comprometen seriamente el respeto, la fe y la confianza de los venezolanos  en nuestra  Institución al vincularla con una posición ideológica determinada que la enfrenta con importantes sectores sociales.
El momento crucial que vive nuestra Patria exige de cada uno de los miembros de la Fuerza Armada un claro sentido de sus deberes militares y el necesario espíritu de cohesión interna para  evitar desviarse del cumplimiento de su misión institucional establecida constitucionalmente. Venezuela vive la más grave crisis económica de su historia, sin que el gobierno nacional  haya sido capaz, por temor a las consecuencias políticas, de tomar las  medidas requeridas para enfrentar tan graves circunstancias. Al mismo tiempo que nuestro pueblo enfrenta el inicio de un proceso de hiperinflación, que alcanzará  más de 200% al final de este año, con una caída del PIB de cerca del 10 %., en medio de una situación de absoluta escasez de medicinas y productos de primera necesidad, surge un proceso de violencia y anarquía que se expresa a través de la actuación de bandas criminales, que ideologizadas inicialmente  por el chavismo, ahora delinquen y enfrentan con todo tipo de armas a los cuerpos de seguridad del Estado causando temor y zozobra en la ciudadanía.
Los venezolanos se preguntan, como lo hace con gran tino el padre Ugalde en su artículo. ¿Qué pueden hacer los militares? Mis compañeros de armas deben conocer que esa pregunta no es difícil de responder: atenerse a la orientación democrática de nuestra constitución establecida en su artículo 6 que afirma: “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”  y rechazar con gran fuerza y cohesión interna  su utilización para irrespetar la voluntad popular expresada durante las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Los militares deben conocer que es absolutamente falsa la campaña, mantenida ilegalmente por Nicolás Maduro, que busca crear en los venezolanos la imagen de una oposición democrática dedicada a conspirar en contra de los intereses nacionales. La verdad, la única verdad es que son millones de venezolanos los que aspiran una solución pacifica, electoral  y democrática a la inmensa crisis nacional. Así ocurrirá…
Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich.

Caracas - Venezuela

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