En cualquier lugar, a toda hora, matan a quien sea. No se
salvan ni policías. Los asesinos son criminales experimentados o imberbes
quienes al amparo de supuestas leyes de protección a adolescentes han sido
reclutados por mafias que así burlan penas
y ganan trato indulgente en caso de ser capturado alguno de sus
miembros.
La muerte puede ser a balazos o atropellado por un
autobús que encapuchados embisten. O puede ser una masacre a cargo de bandas
con fusiles AR15 y granadas. Lo que falta es que exterminen a la gente a bordo
de un tanque de guerra.
El atentado puede ser conducido por traficantes de
drogas, pandillas de robo de vehículos, por policías o soldados uniformados,
por robaquintas o por colectivos que trabajan por encargo al igual que los sicarios.
Los delincuentes la tienen fácil. Usted puede pasar días
en un vecindario sin ver una patrulla. Ni se diga por callejones o escaleras
barrio adentro. Ninguno de los sopotocientos cuerpos policiales a los que
llegan puntualmente sus quincenas y partidas secretas, disponen de policías de
punto ni de rondas por las cuadras. Se dejaron de eso hace años.
Si pone la denuncia en alguna comisaría le dicen
secamente que ellos están muy ocupados y que debería darle gracias a Dios que
no le pasó nada. Para ellos, su problema es nada.
Si por casualidad un policía que no está en la pomada
captura a los delincuentes, sufrirá tremenda frustración porque para los
fiscales, quienes están siempre ocupados acusando a algún estudiante o a algún
político, esos casos pueden esperar. Tampoco para ellos tienen importancia.
Y si aparece uno de esos fiscales nuevecitos, llenos de
buenas intenciones, de los que cumplen su deber, también se dará su tortazo
porque se encontrará con uno de esos muchos jueces que no mueve un dedo sin que
le mojen la mano.
El gobierno se ha encargado de decretar zonas de paz
donde la policía tiene prohibido operar. Por si fuese poca cosa, ha creado un
ministerio para que permita que las cárceles sean regentadas por pranes y se
usen de depósitos de vehículos robados.
El diseño de protección del delito que este gobierno ha
puesto en marcha es de las pocas cosas, si acaso la única, que funciona desde
hace diecisiete años..
Claudio Fermin
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin
@claudiocontigo
Caracas, Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario