sábado, 2 de enero de 2016

ANGÉLICA MORA, 2015: EL AÑO DE VIVIR PELIGROSAMENTE, APUNTES DE UNA PERIODISTA, NUEVA YORK

El peligro ahora no solo se concentra en las multitudes, sino que está al lado nuestro, descargando el golpe

El peligro está en todas partes y 2015 fue el año en que el terrorismo cruzó todos los límites y nos cambió para siempre nuestras vidas.

Los ataques del 11 de septiembre del 2001 echaron las bases del terrorismo, pero fue el 2015  el año en que los enemigos de la civilización, especialmente los del Estado Islámico, cimentaron el terror y el caos en el mundo.

Los sitios de aglomeración de masas como son los estadios, centros comerciales, metros, salas de conciertos y otros lugares públicos, fueron blancos de los ataques. Las masacres en París mostraron  dolorosamente, lo que los terroristas podían llegar a hacer...
Las barbaridades  y crueldad del Estado Islámico  han horrorizado al mundo y los países aliados de Occidente llevan a cabo una ofensiva unida contra los sitios centro de la organización.
La amenaza del terrorismo ha hecho suspender muchos festejos navideños y de fin de año, ante el temor de los gobiernos de que ocurran nuevos ataques.
Pero, el enemigo que hoy nos amenaza no solo está en el terrorismo que proyecta ISIS, sino que ataca dentro de nuestro mismo pueblo, asaltando a sus propios conciudadanos.
Venezuela, ha sido calificada como el país más peligroso de América Latina y el mundo, debido a los ataques del hampa, que no solo roba  sino que también se apodera de las vidas de los que asalta.
Con el aumento de la criminalidad ha surgido también con mayor fuerza el delincuente de barrio, que ya no tima a los ancianos solamente, sino que ha avanzado para atacar, mediante el timo, nuestros más profundos sentimientos, a través de nuestros seres queridos.
El cruel engaño se hace a través de llamadas telefónicas, "alertando que ha ocurrido un accidente" y se debe enviar una gruesa suma de dinero o el familiar es asesinado.
Puede ser un hombre o una mujer, que se hace pasar por el secuestrado y que grita auxilio... y se hace imposible reconocerlo entre los sollozos...
La escena ocurre en Miami, Los Angeles, Nueva York y Santiago de Chile.
Estos actos son conocidos por parte de los agentes del orden, que nada puede hacer porque el delito no está "tipificado" en las planillas de sus cuarteles policiales.
Los delincuentes ya no arrebatan carteras o asaltan vehículos en los semáforos, ahora han ideado golpear donde más duele y se pueden aprovechar hábilmente del amor que sentimos por nuestros seres queridos.
Por todo esto, el mal sigue ganando espacio y  hace que el mundo sea cada vez más peligroso.
Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco

Nueva York - Estado Unidos

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