domingo, 28 de febrero de 2016

GLORIA CUENCA, SORDOCEGUERA PERMANENTE

 “No hay peor sordo que el que no quiere oír”, se aplica hoy, ante el grupo de enchufados gubernamentales que no oyen ni escuchan. ¿Sordos o tercos? ¿Una combinación de ambos? Tampoco ven. No toman consciencia de la terrible situación que nos envuelve y nos hacen padecer cada minuto de la existencia. Pudiera tratarse de gente sádica que disfruta al ver los sufrimientos de los otros. Es la realidad que afrontamos a diario. 

Al observar la conducta de los gobernantes, se nota: Dios nos ha dotado, a los venezolanos, de fuerte carácter. No nos damos cuenta. En ese afán descalificador y bromista en que, nos encontramos con frecuencia, hemos creído todo lo malo que han dicho sobre nosotros. ¡Hemos resultado “duros de roer”! Tenemos un país maravilloso, con un clima incomparable. Por actuar sin pensar, caímos en el desastre, del que, durante muchos años escapamos: el militarismo, el comunismo, el autoritarismo y el totalitarismo. Sí, durante la democracia representativa, con fallas y defectos, conocimos bastante bien, cuales eran las mentiras y la maléfica propaganda del llamado “socialismo real”.

Embaucó al país un “encantador de serpientes”. Se fingió demócrata. Dijo ser anticomunista y, para que sus palabras resultaran reales, visitó al ex dictador Pérez Jiménez en su exilio dorado en España. Quien defectos tenía, pero jamás fue comunista. Este, ya sin interés por gobernar y hastiado del poder casi absoluto que tuvo, le dejó bien claro que no volvería al país por nada ni por nadie. Mientras el “comandante eterno” aseguraba -juraba y perjuraba- que no era comunista. Bastantes testimonios de ello, hay en grabaciones y entrevistas. Al ir a Cuba, fue recibido como Jefe de Estado, (Fidel Castro había iniciado la seducción del golpista) expresando que Venezuela bajo su dirección “navegaría hacia el mar de la felicidad” como Cuba. Eso lo dijo en la Universidad de La Habana. Quedó muy claro para muchos de nosotros cuáles eran las verdaderas intenciones del teniente coronel. Imitó a Castro, que ocultó bastante tiempo que era una ficha del comunismo internacional. ¿Por qué si es tan bueno el régimen ocultan lo que son? ¿Por qué la gente sale de allí corriendo o nadando?

PD: Aparentemente, fui hackeada. Hay un mensaje sobre la renuncia del Presidente que no es de mi autoría. No escribo anónimos. Lo que pienso y digo siempre lo rubrico. Vale.

Gloria Cuenca
cuencag1511@gmail.com
@EditorialGloria
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Caracas - Venezuela

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