domingo, 28 de febrero de 2016

CRÓNICAS DESDE MIAMI ALEXIS ORTIZ, FRANCISCO (JORGE MARIO BERGOGLIO)

Que por cálculos electorales un comediante audaz, como Donald Trump, arremeta contra Francisco, es de honor para el Santo Padre; preocupante eso sí, es que gente valiosa y respetable no comprenda la compleja dualidad que el pontífice católico encarna.

          En su Argentina natal, Jorge Mario Bergoglio hizo una carrera de cura villero, sabio jesuita de austeridad franciscana. Hoy como Papa, ostenta la doble titularidad de líder religioso y jefe de estado, condiciones que, paradójicamente, son concurrentes y contradictorias al mismo tiempo.

          Como sacerdote y prelado su compromiso es trabajar para la salvación de las almas de los creyentes, e incluso de los descreídos, y para en virtud de las exigencias del amor al prójimo, bregar también para que los más desfavorecidos puedan mejorar su calidad de vida, encontrar aposento amable en este valle de lágrimas.

          Como jefe de estado debe ser cuidadoso en sus movimientos y refinado en su lenguaje. No saltarse los usos diplomáticos, ni siquiera cuando trate con dictadores deleznables. De esos que no pueden reprimir al Vaticano, pero si pueden tomar represalias contra la feligresía católica de su país, si Su Santidad cae en un resbalón amateur.

          Lo anterior nos debe conducir a leer en su complejidad, entre líneas, los mensajes del Papa que de un modo u otro rozan o penetran en los procelosos territorios de la política. Porque la infalibilidad papal no se expresa en las cosas temporales.

          Además Francisco, un sacerdote vanguardista, moderno y compasivo, es el jefe de una iglesia donde conviven los avanzados y los ultramontanos. El tiene que promover los cambios, adaptar el catolicismo al espíritu de la época, ser atrevido y moderado, evitar un cisma y más bien predicar sin tregua a favor de la unidad de los cristianos y los judíos, igualmente amenazados por el fundamentalismo musulmán, el comunismo residual y la agresiva moda de un ateísmo que simula modernidad negando a Dios.

          Nosotros preferimos confiar en la inspiración de Francisco.
Alexis Ortiz
jalexisortiz@gmail.com
@alexisortizb
Estados Unidos

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