A
Mari La Magdalena lo sublime. A Pedro por razones opuestas.
La Semana
Santa es el más breve de todos lo tiempos conocidos que reúne la conducta más
abominable del hombre, de la sociedad, de las masas y la más sublime de sus acciones singulares,
individuales. Sea cierto o no que Jesús fuese un ser de carne y hueso del vientre de María desposada con José, sea hijo de Dios, sea Dios él mismo, sea Dios
Hijo, sea un hecho de replicación tal como lo define la genética, “mecanismo”
mediante el cual el ácido nucleico se copia a sí mismo, originando un nuevo
ácido nucleico con la misma secuencia de
base. (Diccionario de genética). Sea un hecho
concreto del cual hay o hubiera pruebas fehacientes, con la bella
palabra de El Evangelio de Juan y la de los Sinópticos, sea la bella y severa disertación de
Ratzinger, La infancia de Jesús, Cristo es un hecho histórico- cultural, es la
concreción en un discurso cuyo proyecto esencial para la salvación del hombre,
a través del amor, de la fe, la verdad, el perdón y la superación del castigo impuesto por Dios
Padre, la muerte, con la resurrección, el único asidero del cristianismo de hoy
para no desaparecer como religión.
Pues bien, obsérvese la entrada a
Jerusalén, apoteósica. La semana cubierta con acciones únicas por su valor, su
sentido y significación. La expulsión de los mercaderes del templo, mediante la
razón y la fuerza. La Venta por Judas, cuyas causas aún permanecen en las nubes turbias, entre otros buenos
motivos por la menguada cantidad del pago y por asumir el suicidio como
exculpación. Su entrega al poder, al juico del imperio romano, que por esas bellas paradojas del tiempo, lo
declara inocente, pero cediendo la justicia a la injusticia de la multitud que
vocifera exigiendo su muerte. Todos estos actos son expresión de la conducta
humana, que se postra al poder y al ver que no cubre sus esperanzas, que no recibe pan, circo, ni agua, (mi reino no es de este mundo) termina
devorando a su líder. La negación de Pedro, tres veces, más que una
expresión de su cobardía, más que una excusa bajo el supuesto de preservar su
vida, que para el inmoral es moral tal
justificación, pero es mucho más, es la
miseria humana que rehúye el riesgo de asumir la verdad, defender sus principios…
Al lado de
esto, la conducta de Cristo. Maestro, asume todos los riesgos, a plenitud de
consciencia de cuanto hace para la realización de su proyecto, la superación de
la muerte, teniendo como armas su logos,
su discurso y su amor. La presencia de la Magdalena y de María su madre, María
la esposa de Cleofás, Verónica, son testimonio
de amor, de fe, e, igualmente de entrega. Entrega superior porque el
riesgo de asumir la verdad estaba delante como guía de su decisión. Pasase lo
que fuere allí estaban reafirmando a Jesús y reafirmándose a sí mismas. Compare
esta conducta con la de Pedro e inferirá la distancias de estas posturas.
¿Tuvo éxito
la apuesta de Cristo? Los hechos hablan. Hoy el templo, su iglesia, y todas las
religiones, tienen más mercaderes. El dogmatismo, el fundamentalismo, el
terrorismo son formas dominantes de “catequesis” y el cabildeo, el negocio, el
marketing son sus operadores para la cohabitación y compartir el Poder. La
idolatría sustituyó el conocimiento que sustenta la fe. La mentira tiene mucha
mas presencia y validez (perdónese esta
“contradicción”) hoy que en aquella era. Las masas y el pueblo llano son un
inmensa charca que se mueve bajo las reglas de la manipulación, que ve el
mundo, que siente, oye, según los modelos, los ídolos que le impone el Poder.
Los Herodes, Pilatos de esa era son muy menos crueles que muchos regímenes
autoritarios, como diversas dictaduras en Asia, África, Venezuela. La propia
tierra y aun el firmamento, el cielo, son victima de saqueo, de destrucción,
devastación, polución, deforestación, contaminación, muerte y para su
ocultamiento se ha creado una palabra nueva, ecocidio, que aún no cubre el
asesinato del cielo y me suena mal univercidio, cosmocidio.
A nivel íntimo, suele el delincuente,
predicador consejero, imponer sus reglas
y determinar el “destino” de cada quien, nada escapa al juego del poder. El
dinero, el capital, el mercado son la Tora, el Nuevo Testamento y El Corán. La
Probidad, la honestidad, la verdad, la fe, el amor, la amistad son una enfermedad enterrada en una fosa
común, cerrada a toda prueba, para evitar e impedir la posibilidad de
resurrección.
Ah me
gritó alguien, a ese HP (horse power),
lo mata la envidia, la frustración;
cierto que Pedro negó a Jesús, pero d él
mismo lo escogió para ser la piedra donde se fundaría la Iglesia. Su error se
superó con su reconciliación con dios y asumió
el riego de la predicación en el corazón del imperio, Roma. No todo es así, proseguirá, ha surgido un
movimiento mundial para evitar el asesinato de la naturaleza. La Conferencia de
Paris-15 sobre clima, y contaminación va
en dirección acertada para frenar la catástrofe. La ONU, los derechos humanos,
la democracia, el socialismo del XXI. Y,
seguía interrogándome sobre corrupción, moral, ética, justicia, y me recuerda,
¿acaso puede lazar la primera piedra? Usted, así me ha escrito un buen chavomadurista,
no puede estar en la primera de las siete palabras de Jesús, perdónalos que no
saben lo que hacen, porque usted sabe lo que hace, sabe qué es adueñarse de la
riqueza ajena asaltando herencias con argucias, sabe de plagios y otras cosas
que usted condena en sus escritos.
Pues bien,
puedo decir, amigo chavomadurista, que
es bueno preguntar, dudar. Es importante
y pueden trascender sus interrogantes y dudas por su significación y sentido
como fueron las de Jesús quien no pudo
superar sus miedos y ausencias, traducidas en dos de sus hermosas expresiones,
¿por qué me has abandonado? y tengo sed. Yo soy “protagonista” de desaciertos
inmensos, pero por reconocerlos alcanzo a prevenir a los demás del daño que
produce repetirlos. En este mundo, donde vivimos o desvivimos sea mejor
sentenciado, puedo asegurar, sin miedo al error y, menos, al miedo, que aquí la muerte ejerce un imperio
sin precedentes, el poder es incapaz en todo menos en calumniar, difamar,
destruir por su miedo a la libertad, de asumir la ley de amnistía para la
reconciliación, sea sencillo este ejemplo. El poder tiene horror a la verdad y
por eso la esconde en las cadenas de Maduro, llena de soledad y vacías de
razón; en el mazo de Diosdado, en la oscuridad del habla de Aristóbulo y en
gracejo del verbo de José Vicente Rangel, quien otrora intentó asaltar a
Cicerón para tapar a Catilina que es él.
La
resurrección de esta era, aquí y en todo el mundo, no está en la espera del
mesías, ni recurrir a un refugio, oasis para amamantarse, calmar la sed de
cuerpo y eros, ni mantenerse aferrado a la espera de que Dios no dé el pan
nuestro de cada día. Mucho menos en la espera inactiva de la destrucción
apocalíptica, de donde quedaran solo los escogidos. La respuesta está en acabar
con el fundamentalismo, con el terrorismo, el dogmatismo. ¿Como? No se, solo se
que no puede ser mediante el terrorismo,
el dogmatismo ni el fundamentalismo “nuevos”.
Americo Dario Gollo
Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
Zulia - Venezuela
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