EL AGUIJÓN
Los esfuerzos realizados por los ciudadanos venezolanos durante su
trayectoria laboral en la administración pública, llegan a feliz término (así
lo creen ellos), al obtener la jubilación. Es el momento de reconocer su
desempeño y premiar la labor realizada durante 30 o más años de servicio.
Algunos incluso, salen con problemas de salud, y deben ser incorporados a la
lista de pensionados.
La situación cambia, al encontrarse los ciudadanos con la realidad. El
pago de sus prestaciones sociales no alcanzan ni para hacer el mercado. El
salario les queda totalmente deteriorado, es insuficiente para adquirir la
cesta básica alimentaria, menos aún para vestirse, pagar transporte y atender
su salud.
La política social de la que tanto alardea el gobierno, son simples
paños de agua tibia, y al final son trazos pensados para el control social de
los ciudadanos. Las pensiones, son salarios mínimos, que escasamente sirven
para comprar queso, huevos y pan. El deterioro en la calidad de vida de las
familias venezolanas es aberrante, y el desprecio del Presidente Nicolás Maduro
a los jubilados y pensionados no se disimula, al contrario, se hace con fuerza
y nitidez.
La actual Asamblea Nacional aprobó el pago del Cesta Ticket para los
jubilados y pensionados desde el año 2016, el Tribunal Supremo de Justicia se
hizo eco del mismo y emitió opinión a favor del pago de dicho beneficio, siendo
desconocida tal decisión por el Poder Ejecutivo Nacional.
Los jubilados y pensionados cansados del desprecio gubernamental y de la
mano de sus dirigentes gremiales han decidido salir a la calle a protestar. La
administración pública debe cambiar su trato para con quienes fueron sus
trabajadores. Ellos son grandes impulsadores del crecimiento de esas
instituciones. El respeto al jubilado y pensionado debe estar por encima de
cualquier tozudez gubernamental.
El Cesta Ticket no es un regalo para los trabajadores, es el complemento
del ingreso para nivelar deficiencias del salario, pero en suelo venezolano es
dado el beneficio de forma circunstancial, porque no forma parte del salario
integral del trabajador activo, y este al ser jubilado, entra en el grupo de
los nuevos desamparados sociales del ente gubernamental.
Las protestas de los jubilados y pensionados van a arreciar en los
próximos días. Allí van personas mayores, caminan con bastones, en sillas de
ruedas, con problemas de la columna y para usted de contar. Esperan que el
gobierno no les llame apátridas, golpistas, genocidas y demás improperios que
son usados por ellos para intentar tapar la incapacidad gubernamental.
Es hora de reivindicar la jubilación y la pensión como un derecho humano
por el esfuerzo realizado, y que sea compensado adecuadamente para vivir con
dignidad. No más desprecio, basta de ser desechos para el gobierno.
Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira - Venezuela
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