jueves, 2 de marzo de 2017

JUAN JOSE MONSANT ARISTIMUÑO, VIDAS EJEMPLARES

BOLÍVAR Y SAN MARTÍN

José de San Martín corrió con mejor suerte en su país, a pesar de los contratiempos que se le presentaron una vez finalizada la campaña que condujo a la independencia de Argentina Chile y Perú; y de la célebre entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar en 1822, para luego retirarse a la vida civil y del continente americano, y morir en Francia con dignidad y reconocimiento universal. Tuvo más suerte, porque después de su muerte su nombre y legado no fue instrumentalizado por dictadores, populistas, autócratas y pilluelos de cualquier cuño, en medio de dignos gobernantes visionarios y paternales que ha tenido Argentina, como Domingo Faustino Sarmiento.

Claro, tuvieron a Juan Domingo Perón quien junto a su segunda esposa Eva Duarte, lograron crear una corriente política argentina y latinoamericana, conocida como el peronismo, mezcla de populismo, militarismo y social democracia. Quizá no llegó a enraizarse con más fuerza continental por sus no ocultas simpatías fascistas, pero es obvio que en Argentina es casi mitológico su nombre, que ha dado para todo, hasta para el kirchnerismo, que resultó una simbiosis entre el peronismo y el chavismo, con resultados fatales para ambos pueblos. Cristina intentó con mucha vehemencia crear un nuevo mito, con su fallecido esposo Ernesto, a través de la inducción por monumentos, nombres de avenidas, museos, estampillas y literatura; pero todo sucumbió ante la tentación de los oropeles de la ostentación, el dinero mal habido y alguno que otro crimen, aún sin aclarar.

Sin embargo, tres verdaderos héroes latinoamericanos no corrieron la misma suerte de San Martín. Sus impecables vidas cargadas de honestidad, persistencia, idearios liberales y generosidad culminaron en lo panfletario, amarillentos manuales de historia y en la indolencia generacional. Como referencias de sistemas de opresión, ambición o ideologías fallidas, cuyos verdaderos talantes quedó solo para el disfrute de intelectuales, historiadores y políticos decentes. Me refiero a Simón Bolívar, José Martí y a Augusto C. Sandino.

Martí fue un prolijo poeta, escritor y político cuya existencia la dedicó a escribir, la libertad, los principios democráticos y la lucha por la independencia de Cuba. Su vida, por su pensamiento y acciones fue itinerante: España, Francia, Guatemala, México, Nueva York, República Dominicana, Venezuela (de donde fue deportado en 1881 por el autócrata Guzmán Blanco por sus escritos cargados de valores democráticos), para finalmente morir en su Cuba amada comandando una batalla, sin portar uniforme militar, porque no lo fue. Hoy, su busto se encuentra en casi todas las capitales de América, y la dictadura castrista lo elevó a mito nacional vaciado de contenido, como la santería que venera la imagen, pero no lo que representa.

Augusto Sandino fue un liberal total nacido en 1895, el mismo año en que murió Martí, en Niquinohomo, Nicaragua, quién a raíz de una componenda conocida como el Pacto del Espino Negro entre el Partido Conservador, el Liberal y los EE.UU, la contienda civil la elevó a lucha nacionalista contra el ejército ocupante. Guerra que perdió una vez alcanzada la paz, cuando fue asesinado en 1932 por Anastasio Somoza, comandante de la recién fundada Guardia Nacional, luego de asistir una cena con el presidente Juan Bautista Sacasa. Décadas después, su nombre y legado fue utilizado por los guerrilleros alzados contra la dictadura de los Somoza al bautizar su movimiento Frente Sandinista de Liberación Nacional. Lo contradictorio es que Sandino no fue marxista, fue un liberal nacionalista, que se enfrentó al salvadoreño Farabundo Martí cuando éste quiso atraerlo a su proyecto comunista.

De Bolívar poco hay que agregar, un mantuano caraqueño, hacendado, conocedor de vinos, buen bailarín, hijo legítimo de la Ilustración, del romanticismo y Rousseau, luego de liberar cinco naciones murió perseguido, expatriado, pobre y con la camisa donada por un comerciante español, en la caribeña villa de Santa Marta, Colombia. Nada que ver con estos delincuentes que hoy tiranizan a Venezuela bajo la dirección del gobierno cubano, los capos del narcotráfico, el terrorismo islámico y un ejército de ocupación de su propio territorio.


Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant
Internacionalista
Miranda - Venezuela

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