BOLÍVAR Y SAN MARTÍN
José de San Martín corrió
con mejor suerte en su país, a pesar de los contratiempos que se le presentaron
una vez finalizada la campaña que condujo a la independencia de Argentina Chile
y Perú; y de la célebre entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar en 1822, para
luego retirarse a la vida civil y del continente americano, y morir en Francia
con dignidad y reconocimiento universal. Tuvo más suerte, porque después de su
muerte su nombre y legado no fue instrumentalizado por dictadores, populistas,
autócratas y pilluelos de cualquier cuño, en medio de dignos gobernantes
visionarios y paternales que ha tenido Argentina, como Domingo Faustino
Sarmiento.
Claro, tuvieron a Juan Domingo Perón quien junto a su segunda esposa Eva
Duarte, lograron crear una corriente política argentina y latinoamericana,
conocida como el peronismo, mezcla de populismo, militarismo y social
democracia. Quizá no llegó a enraizarse con más fuerza continental por sus no
ocultas simpatías fascistas, pero es obvio que en Argentina es casi mitológico
su nombre, que ha dado para todo, hasta para el kirchnerismo, que resultó una
simbiosis entre el peronismo y el chavismo, con resultados fatales para ambos
pueblos. Cristina intentó con mucha vehemencia crear un nuevo mito, con su
fallecido esposo Ernesto, a través de la inducción por monumentos, nombres de
avenidas, museos, estampillas y literatura; pero todo sucumbió ante la
tentación de los oropeles de la ostentación, el dinero mal habido y alguno que
otro crimen, aún sin aclarar.
Sin embargo, tres verdaderos héroes latinoamericanos no corrieron la
misma suerte de San Martín. Sus impecables vidas cargadas de honestidad,
persistencia, idearios liberales y generosidad culminaron en lo panfletario,
amarillentos manuales de historia y en la indolencia generacional. Como
referencias de sistemas de opresión, ambición o ideologías fallidas, cuyos
verdaderos talantes quedó solo para el disfrute de intelectuales, historiadores
y políticos decentes. Me refiero a Simón Bolívar, José Martí y a Augusto C.
Sandino.
Martí fue un prolijo poeta, escritor y político cuya existencia la
dedicó a escribir, la libertad, los principios democráticos y la lucha por la
independencia de Cuba. Su vida, por su pensamiento y acciones fue itinerante:
España, Francia, Guatemala, México, Nueva York, República Dominicana, Venezuela
(de donde fue deportado en 1881 por el autócrata Guzmán Blanco por sus escritos
cargados de valores democráticos), para finalmente morir en su Cuba amada
comandando una batalla, sin portar uniforme militar, porque no lo fue. Hoy, su
busto se encuentra en casi todas las capitales de América, y la dictadura
castrista lo elevó a mito nacional vaciado de contenido, como la santería que
venera la imagen, pero no lo que representa.
Augusto Sandino fue un liberal total nacido en 1895, el mismo año en que
murió Martí, en Niquinohomo, Nicaragua, quién a raíz de una componenda conocida
como el Pacto del Espino Negro entre el Partido Conservador, el Liberal y los
EE.UU, la contienda civil la elevó a lucha nacionalista contra el ejército
ocupante. Guerra que perdió una vez alcanzada la paz, cuando fue asesinado en
1932 por Anastasio Somoza, comandante de la recién fundada Guardia Nacional,
luego de asistir una cena con el presidente Juan Bautista Sacasa. Décadas
después, su nombre y legado fue utilizado por los guerrilleros alzados contra
la dictadura de los Somoza al bautizar su movimiento Frente Sandinista de
Liberación Nacional. Lo contradictorio es que Sandino no fue marxista, fue un
liberal nacionalista, que se enfrentó al salvadoreño Farabundo Martí cuando
éste quiso atraerlo a su proyecto comunista.
De Bolívar poco hay que agregar, un mantuano caraqueño, hacendado,
conocedor de vinos, buen bailarín, hijo legítimo de la Ilustración, del
romanticismo y Rousseau, luego de liberar cinco naciones murió perseguido,
expatriado, pobre y con la camisa donada por un comerciante español, en la
caribeña villa de Santa Marta, Colombia. Nada que ver con estos delincuentes
que hoy tiranizan a Venezuela bajo la dirección del gobierno cubano, los capos
del narcotráfico, el terrorismo islámico y un ejército de ocupación de su
propio territorio.
Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant
Internacionalista
Miranda - Venezuela
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