POPULISMO ROJO
La costumbre de los políticos de hacer
promesas de cualquier tipo a fin de lograr simpatías y votos ha sido tan
repetida que ya pocos les creen. De cualquier forma, muchas personas gustan de
recibir la visita y el abrazo del político, pues una de las cosas que
disfrutamos los latinos es la de presumir de nuestra cercanía con el poder.
Una vez que el político ocupa el cargo
usualmente se debe enfrentar a la realidad de que sus promesas requieren mucho
dinero para realizarse y este siempre es escaso. Así que las bonitas ilusiones
empiezan a modificarse o a posponerse.
Curiosamente cada año, los ministros y
el presidente presenten grandes libros con cubiertas y cintas de lujo donde
muestran los “resultados de su amplia y vigorosa actuación”. En realidad, se
trata de las modificaciones a las promesas,el reporte de los asuntos rutinarios
y la inclusión de nuevas promesas que tampoco se realizarán. Por ejemplo, si
durante la campaña se prometió un nuevo puente,pero no hay dinero pues se fue
hacia otros menesteres o hacia otros bolsillos, entonces se reacomoda la
promesa, se anuncia que ya comenzó el proyecto y que se están haciendo los
primeros estudios y los planos, que todo marcha bien y que solo hay que esperar
un poco, así parece que la cosa avanza, aunque sea mentira.
En nuestra opinión la poca presión
pública sobre el cumplimiento de compromisos tiene mucho que ver con la
costumbre de aceptar el uso de las ruidosas palabras, que adornan y disfrazan
todo,en lugar de los números que muestren en su frio silencio los verdaderos
resultados. Evidentemente el que mide no puede ser el mismo que ejecuta las
cosas, sería como si el que presenta el examen se pone él mismo la nota, por
tanto, debe existir alguien independiente que mida el progreso y muestre la
realidad.
Una empresa especializada, privada y
contratada por la Asamblea Nacional posiblemente sería el mejor mecanismo para
medir los avances de las actividades de cada organismo y evitar que las
elegantes “memorias y cuentas” sean solo una recopilación de tonterías con papelillo de relleno.
La falta de información fiable es
enorme y si los números son malos tienden a no publicarse o a modificar el
método de medición. Por esto, todos los ministerios, direcciones y empresas de
Estado deben ser medidas, en sus índices principales de funcionamiento y en el
cumplimiento de las promesas, por un organismo independiente. Allí se verá con
claridad cuál es la “nota” que saca el gobierno sin posibilidad maquillarla.
No en vano un científico apodado Lord
Kelvin escribió “Si puedes medir aquello de lo que hablas y si puedes
expresarlo en números puedes pensar que conoces algo del tema”.
Nuestra mala experiencia con el
populismo rojo, donde el presidente gasta decenas de horas en cadenas
nacionales tratando de mostrar con palabras las“verdades”, deberemos usarla
para desarrollar un sistema “anti-paja” que mida en forma imparcial y sin
piedad los resultados que al fin y al cabo son los únicos que, al ser buenos,
mejoran nuestro País y nuestra calidad de vida.
Eugenio
Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
Zulia
- Venezuela
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