EL
AGUIJÓN
La
vida de los seres humanos está plagada de complejidad. Hay quienes escogen
vivir para el bien, y quienes se van por el camino del mal.
Los
que seleccionan el camino del mal son aquellas personas desprovistas de
valores. Todo en la vida lo ven con envidia y engendran el rencor como modo de
vida. Se valen de la necesidad de los ciudadanos para hacerse notar, ganar
voluntades y llevar a cabo sus planes macabros. Los convierten en serviles y
luego conviven en la depravación e irradian odio.
El
poder es visto por el degenerado como vía para la venganza, y el servil aplaude
consciente o inconsciente su acto. En oportunidades busca salir de la
podredumbre en la que se encuentra, pero la amenaza se hace presente. Es el
estilo de los mafiosos que permiten el ingreso de la persona, pero luego cobran
cara su salida.
El
degenerado utiliza el concepto traidor para obligar la lealtad. Sataniza al contrario
para marcarlo como enemigo e incluso como objetivo político. Persigue y siembra
evidencia para dar forma legal a la arbitrariedad y abuso. El servil se presta
para el atropello.
El
degenerado se burla de la necesidad de los ciudadanos y emite opiniones fuera
de contexto para evadir la realidad. Un cuerpo mostrado al desnudo con la
intención de dejar ver el desgaste que presenta producto del hambre, es
utilizado para el sarcasmo, y como cosa rara en lo que centra su atención es en
el miembro masculino. El servil aplaude creyéndose robusto y bien estructurado.
El
degenerado planifica la destrucción de la sociedad. Viola los acuerdos de
convivencia y busca imponer el desorden. Hace uso de los cuerpos de seguridad
del Estado para reprimir manifestaciones pacificas, y posteriormente enviar
paramilitares a acribillarles, asesinarlos y sembrar terror en las comunidades.
El servil cumple cabalmente su función: calla y otorga. Se convierte en
cómplice.
El
degenerado en su condición mental y moral anormal, asume el poder bajo el
sistema de libertades y luego se auto-proclama dueño de las personas negando
sus libertades ciudadanas. El servil le apoya, ha perdido su dignidad.
Los
ciudadanos requieren ser educados en valores para asumir responsabilidades en
el ejercicio del poder en común respeto a los deberes y derechos como sociedad.
La
disidencia, alimentación, salud, libertad de expresión, propiedad privada, y de
elegir y ser elegido son derechos de los ciudadanos, y no se puede permitir
sean castrados por los propiciadores del odio y el terror.
Los
ciudadanos deben aprender a elegir a sus representantes para evitar megalómanos
en el ejercicio del poder, que posteriormente se transforman en degenerados y
serviles.
Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira - Venezuela
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