NO
HAY NADA OCULTO
Supongamos que su victoria fue lícita sin la
menor duda y que el CNE no
hizo una marramuncia. Pues bien, el período de gobierno de Maduro debió
ser marcado, caracterizado por la mayor concordia posible, intercambio,
tolerancia y entendimiento con todas las instituciones, partidos
afines o contrarios. Nunca debió profundizar el camino que tomó
de aplanadora, intensificación de su proyecto y “revolución” como si
hubiese arrollado a la oposición. Debió ser todo lo contrario.
Ya la
revolución con esa derrota se había ido para la porra. Pero, resulta,
que siguieron desconociendo a la oposición y en los medios hablaban
a sus seguidores directamente, obviando; marginando, “invisibilizando”
al resto del país, que ya no les tenía el cariño de antes.
Hasta los partidos del polo patriótico se sentían convidados de piedra,
que valían nada a la hora del té.
Lo
hacían con el abuso de transmitir por VTV-por ejemplo- y hasta en cadena
nacional cuestiones internas de su partido, cuestiones ajenas al
interés nacional usando las herramientas del estado para uso del PSUV
y hasta programas de televisión donde su partido se dirigía al país
como si viviéramos una dictadura mono política, uni-partido como la
dictadura cubana. Para cualquier cristiano que nos visitara y observara…
el panorama era demasiado claro ver que Maduro controlaba todos
los poderes y que violaba la democracia; que cada día su gobierno
se vestía de autocracia y hasta quitaba y ponía gobernadores a
dedo.
Una cosa loca, anormal, indebida, abusiva y…Cuando pierden la asamblea
–como dije- la cosa se pone peor. Un rencor terrible y sus diputados
perdieron la compostura al verse impotentes ante el predominio
de los nuevos dueños del patio. Parece que no se habían dado
cuenta de la cosa y Ramos Allup, les puso en su sitio. Sin embargo,
la actitud antidemocrática de los comunistas fue creciendo y entonces
comenzaron con una campaña destructiva hacia la Asamblea, creándole
todos los obstáculos imaginables para
evitar su funcionamiento.
Hasta las turbas de malandrines liderizados por el “enfermo”
de Jorge Rodríguez pasó por encima de la Guardia Nacional y se
metió dentro del hemiciclo perturbando una sesión extraordinaria: Increíble.
Es
decir, este gobierno de Maduro no tenía la fuerza necesaria para sentirse
mayoría y eso quedó evidenciado en las elecciones parlamentarias
donde recibieron una paliza electoral; perdieron el parlamento
y quedaba evidenciado que debían entenderse con la nueva disposición
de diputados que el país elector había decidido.
Ustedes
saben, que el gobierno hizo lo contrario. Mantuvo su quinta columna
en los Estados dónde gobernaba la oposición con organismos paralelos-que
si protector de esto, que si padrino de aquello, que si madrina
del estado tal – con presupuestos y proyectos destinados a competir
con la institución legal a quién además se le hizo la guerra y
se le menguaban los recursos con serios visos de corrupción.
Lo
cierto, es que llegamos a un momento difícil donde la pobreza crece aceleradamente,
la inflación se eleva como un elevado al jardín central
sin que descienda, el desabastecimiento, la escasez y las políticas
erradas del gobierno comienzan a crear un desencanto terrible,
que se acentúa y se profundiza con un tren gubernamental incapaz;
ineficiente y más perdido que el hijo de Lindbergh, que pareciera
no saber cómo sale del lío.
En
este momento los seguidores del populismo rojo comienzan a descubrir
el desencanto, a padecer la pobreza, sin ver en el futuro empleo;
progreso, tranquilidad, seguridad y avance social. Y digan lo que
digan los seguidores habladores de gamelote del gobierno… no tienen
nada que ofrecerle al pueblo, más que chácharas, clichés y expresiones
de manual, que no llegan al corazón.
Lo cierto, así José Vicente
Rángel lo niegue con estudios de opinión política que saca del sombrero
de un mago, que Maduro tiene el camino "culebrero" y se ve difícil
que se le pueda tolerar dos años más de mal gobierno, descalabro
del país, hambre, desempleo, diáspora de nuestra hermosa juventud,
corrupción y desmadre.
NOTA:
Si yo fuera Maduro y quisiera terminar mi gobierno lo mejor posible,
reconozco que la revolución dio lo que se daba; libero todos los
presos políticos sin excepción vistiéndome de gloria; colaboro en el
nombramiento de un nuevo TSJ, Defensoría y CNE, sin prurito; se le devuelve
a la AN sus facultades; se eligen los diputados de Amazonas con
urgencia; se crea un equipo económico abierto, amplio para que implemente
nuevas ideas; se requiere la ayuda humanitaria para superar el
mal momento en salud y alimentos…pero, ustedes saben y yo también,que
no lo va a hacer; que prefiere seguir pegando gritos en cadena nacional,
amenazando a todo el mundo, como un machote de barrio y
saliendo
del closet proclamándose mariposón.
“¡Qué
broma tan seria, tenemos encima, parece una maldición china!”
Sin
embargo, la mayoría del pueblo ha
llegado a la conclusión que
ya no hay revolución; que
esos sueños se los llevó el Río Guaire y,
que entre cielo y tierra
siempre
se termina de ver la verdad.
Luis
Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui
- Venezuela
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