No hay muchos, la verdad. El avance general, en
aquellos países donde la modernidad se impulsa sin complejos castrochavistas ni
robaderas que arruinan a una nación entera, el asunto de la bola ha
evolucionado a otras cotas de visión a futuro. En estos tiempos hay de todos
los tipos y de todas las categorías.
Los hay tradicionales y de nivel superior. En este
último estadio se encuentran visionarios cibernéticos dotados de apoyo
tecnológico y las más modernas aplicaciones, pero tienen un gran problema: son
infalibles. No se equivocan y eso le quita emoción al asunto. Por el contrario,
en la categoría de los tradicionales, los expertos cuentan con brujos,
santeros, cubanos, nigromantes, encantadores de serpientes, lectores de cartas,
indagadores en semillas y cenizas. La variedad es muchísima y son típicos de
países hundidos en la miseria y en la más ruda pobreza, como la Venezuela
socialista de estos tiempos. En efecto sobran los brujos y brujas en la comarca
de Maduro y el grupito. Pero, para este ejercicio nos quedaremos con el hombre
de la bola de cristal, que pudiera transmitir ciertas debilidades, no obstante,
hay pruebas de que es todo lo contrario. Veamos por dónde anda y qué nos dice.
-¿Qué hay de economía?
-Esa está fácil. Mientras Maduro y el grupito no hagan
nada, todo lo que viene está muy claro. El dólar paralelo llegará a 1.500
bolívares soberanos antes de Carnaval. O más. La inflación se puede montar en
términos en que los cambios de precios se produzcan cada cinco horas. Es decir,
arrancan con un precio y a eso del mediodía viene el otro y ya terminando el
día, el último cambio de la jornada. Maduro seguirá aumentando salarios y
regalando bonos y peroles hasta que caiga la última de las empresas que todavía
quedan medio paradas. La escasez de productos se agravará y, cosa rara, solo
los militares y la patica roja estarán cómodos en materia de comida, medicinas,
casa o vehículos.
-¿Qué se nos viene encima en lo social?
-También está muy fácil. Por la misma razón, la gente
dependerá de unas cajas de comida insuficientes, pero que dejan muy buenos
beneficios para los operadores. Las medicinas seguirán desaparecidas, al
igual que muchos productos de higiene personal. Caminar por ahí ni valdrá la
pena, como ahora. No hay nada qué ver, todo cerrado, oscuro y un montón de
choros en la calle listos para quitar ese teléfono viejito que le regaló un tío
hace tres años. También observo largas colas para agarrar un camión que será el
nuevo sistema oficial de transporte de los súbditos del chavismo. El metro de
Caracas será un largo túnel lleno de gente. No da para más. La atracadera,
secuestradera y asaltadera no para ni parará. No hay quien lo haga. Los
malandros son casi socios de la autoridad. El pranato es otro Poder Público.
Los servicios colapsarán. Lo normal será que los súbditos quemen la basura en
las calles. 2019 será una muestra apenas de lo que es capaz de hacer el
socialismo a la cubana.
- ¿Y en lo político?
-Esa sí que es difícil. Yo repetiré lo que dijo el
sabio aquel “yo solo sé que no sé nada”. Es imposible saberlo. En Venezuela lo
que sobra es el hablador de paja. Yo, el hombre de la bola de cristal, no lo
soy. Yo solo veo el futuro.
Elides J. Rojas L
elidesr@gmail.com
Twitter: @ejrl
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