miércoles, 9 de enero de 2019

NELSON J. VILLAVICENCIO, ABSTENCIÓN Y AISLAMIENTO


El título se me hacía muy largo, faltó la palabra incertidumbre. Entre la abstención, el aislamiento y la incertidumbre, así se proyecta el país político en el 2019.

La abstención como configuradora de un sector político del país probablemente migre a uno acorde a los de un año no electoral. Quizás la senda de un nuevo diálogo sea la “nueva” bandera de este sector. Los aisladores por su parte avanzarán significativamente hasta dónde las organizaciones y países principalmente del sistema Americano de Naciones les permita. Esfuerzos notables habrá de hacer este sector ante una América Latina cada vez más segmentada, cuando a diferencia del ciclo de izquierda donde las cercanías eran agrupadas bajo una tríada de liderazgo, el actual ciclo de derechas no es necesariamente unísono a un liderazgo. La percepción que existe sobre el liderazgo del principal país, Brasil, es percibida por méritos propios y tratamiento de la prensa, como uno de tipo inclusive inestable y de malestar a lo interno de las fuerzas armadas de ese país. El timo jurídico velado en la sociedad por las denuncias de corrupción que permitió el triunfo de Bolsonaro puede ser una bomba de tiempo para un escenario político abrupto en ese país.

Estados Unidos, por su parte, exhibe sus fortalezas de controles democráticos internos ante un liderazgo de tipo empresarial que se ha encontrado con la realidad del checks and balance donde el fired no aplica, esta realidad interna apremiará sobre sus prioridades y decisiones políticas.

Los padres de la incertidumbre, los que se disputan entre una nueva constitución y la actual, los que regulan los precios pero al mismo tiempo actualizan el DICOM a todo dar, los que quieren superar el extractivismo y el rentismo, desarrollando el extractivismo de minerales, tienen a los suyos y al país entero en incertidumbre. La supervivencia política en la escena internacional les ha robado el Gobierno y alejado de la toma de decisiones capitales: una profunda redimensión del Estado con foco en un modelo mixto y diverso en la administración de los servicios públicos; una sinceración del modelo económico desde una perspectiva mas humana que política con políticas competitivas y de atracción de IED. 

Todos queremos un Estado con mayor capacidad de gasto y sano endeudamiento, pero queremos que este resultado sea producto de su productividad y no de su impresión monetaria.

Nelson J. Villavicencio
@villachitty

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