“Situación
de peligro o desastre que requiere una acción inmediata” es la tercera acepción
del término emergencia, así lo señala el Diccionario de la Lengua española, y
precisamente es esa la situación que atraviesa Venezuela, evidente para
cualquier persona razonablemente consciente de su realidad , menos para el
grueso de la dirigencia demócrata nacional, que muy a pesar del gran triunfo
político obtenido con la juramentación de Juan Gerardo Guaidó Márquez como
Presidente de la República de Venezuela, continua incapaz de articular lo
necesario para el restablecimiento pleno del orden constitucional en razón de
la vigencia de una Fuerza Armada Nacional totalmente controlada por una
dictadura socialista de la que es su principal garante.
Ante ello,
resulta incuestionable la necesidad de plantar cara al régimen con una fuerza
militar de superior entidad, capaz sí de disuadir a los uniformados socialistas
sobre la continuidad de ese apoyo armado. Porque a la fecha presente todos los
indicios condenan a la FAN como el más fiel aliado del socialismo en su labor
de exterminio nacional, del todo alejada de la institución esencialmente
profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar
la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio
geográfico, en los términos de la Carta Magna.
Así las
cosas, solo a través del apoyo internacional se logrará la inmediata activación
de una fuerza militar de tales características, siempre bajo la dirección del
Presidente de la República de Venezuela, conforme a la Carta Magna en
específico el capítulo referido a los Estados de Excepción. El no hacerlo
implica cohonestar injustificadamente la continuidad de un genocidio, que haría
del todo estéril la actual avanzada demócrata ¡Ni un paso atrás! Ora y labora.
Ronny Padrón
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci
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