Marrero es Director del Despacho de la Presidencia
Interina de Guaidó, lo que representa un hombre clave, de plena confianza del
alto gobierno y con participación en los procesos de toma de decisiones, pero
además, tiene un vínculo fraterno con Guaidó, los une una profunda amistad,
Marrero fue quien introdujo a Guaidó en la política. El encarcelamiento de
Marrero es una jugada del régimen que tiene varias aristas, se hace de una
figura muy importante para la presidencia interina, una pieza clave para la negociación…
un rehén pues.
Sin embargo, la jugada es posiblemente la más
peligrosa luego de la “constituyente” hecho éste que marcó el inicio del fin
del chavismo. Con la captura de Marrero la comunidad internacional recibió una
señal ¿La última? se decretó el fin de la vía diplomática amén de un
recrudecimiento de la violencia institucionalizada que caracteriza al régimen
chavista, las reacciones están por anunciarse, pero seguro estamos no será nada
de lo que ya hemos visto, al que a hierro mata a hierro muere decía mi abuelo.
Ahora bien, en esta etapa de la política venezolana
los bandos se estudian, se miden, se testean. Con la “Ayuda Humanitaria” se
midió el nivel de compromiso de la fuerza armada, quienes finalmente decidieron
estar al lado del régimen de Maduro, ello permitió a las fuerzas opositoras
rediseñar las estrategias venideras. Con la detención de Marrero el chavismo
desea medir la reacción de la oposición venezolana y de sus aliados
internacionales, reta a ver hasta dónde es la profundidad de las amenazas
vociferadas.
No sorprende, hasta el momento el régimen solo ha
recibido sanciones personales en su mayoría, los líderes rojos rojitos en
Venezuela tienen libre acceso a los recursos/riquezas de la nación y cuentan
con anillos de seguridad redoblada, en líneas generales, las sanciones solo
están afectando negativamente al pueblo quien tiene que padecer, a parte de las
nefastas consecuencias de 20 años de desastre económico/corrupción chavista,
los efectos de la asfixia económica y financiera al chavismo, por ello, el
régimen huye hacia delante.
Por supuesto, Guaidó es otra cosa, todo dependerá del
cómo se desarrollan los hechos con Marrero, estamos en un punto de inflexión
que de diluirse como hasta el momento (en la política visible) se han diluido
los demás eventos, le permitiría al régimen pensar en echarle prontamente el
guante a Guaidó y a todo su tren ejecutivo interino, o, por el contrario, este
evento pudiera finalmente ser la gota que derrame la paciencia de las fuerzas
opositoras al chavismo y, como se ha dicho en mesas internacionales, todas las
opciones están abiertas.
Reina la incertidumbre, la inestabilidad y el
consecuente comportamiento del régimen chavista, quien a través del férreo
control mediático actúa con total normalidad, claro, los venezolanos saben lo
que ocurre, la realidad es inocultable, pero esa realidad tiene dos décadas y
empeora cada vez más aprisa.
La detención de Marrero es el punto de inflexión donde
partirán en corto plazo las acciones definitivas, lo que se traducirá en:
chavismo para 20 años más o el rescate definitivo de la democracia en
Venezuela… ya no hay para donde agarrar.
Leandro Rodríguez Linárez,
@leandrotango
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