jueves, 18 de julio de 2019

MARYCLEN STELLING: LOS DE ABAJO

El reciente dialogo cupular que tuvo lugar en Barbados, se ha desarrollado en un marco político de desgaste de la polarización, aunado a un clima emocional de incredulidad, deslegitimación desesperanza y frustración. El momento político engendra una larga lista de dudas e interrogantes. ¿Quién o quienes capitalizarán tal desgaste? ¿Están dadas las condiciones para un ensanchamiento del centro político? ¿Cuál será el futuro del diálogo? ¿Se impondrá la violencia como salida a la crisis? ¿Se podrá incidir desde la sociedad en los procesos de dialogo?

De la observación ciudadana expectante, se pasa a una etapa de profunda reflexión por la resolución política de los conflictos y de preocupación por la preservación de la paz, en un contexto democrático. La sociedad, principal víctima del conflicto político y de la crisis multidimensional, quiere influir en la orientación, en el contenido de los acuerdos y hasta en los términos de la negociación. Así, desde las bases sociales se despierta el interés por destrabar e incidir en la dinámica del diálogo.

Desde las entrañas de la sociedad, emerge la necesidad de un diálogo “social” por oposición a un dialogo “cupular” entre actores políticos, que necesariamente no representan a “los de abajo”. Conscientes de que el diálogo no se decreta, toma cuerpo en la ciudadanía la necesidad de asumir desde abajo el proceso con miras a reconstruir la convivencia, reconocimiento del otro y lograr la paz. Construir desde el ámbito ciudadano una suerte de red dialogante, que sistematice la necesidad de dialogar y además rescate el protagonismo popular.

Desde un espacio ciudadano que denominamos “microdiálogo”, brota entonces un reto en cuanto a la apropiación, reconducción y redemocratización del dialogo. Expropiado por la ciudadanía el diálogo impuesto desde arriba, se fortalece una suerte de ámbito local despolarizante abierto a nuevos actores, desde donde se podrán administrar disensos y dirimir conflictos. Constituidos en foro del diálogo, la energía se dirigiría a promover un proceso de amplia participación social. Se rescataría el reencuentro y el reconocimiento; la solidaridad, el respeto a las diferencias y la convivencia. En resumen, se fortalecería la democracia participativa, protagónica y dialogante.

Maryclen Stelling
@maryclens

No hay comentarios:

Publicar un comentario