viernes, 5 de julio de 2019

OSCAR ARNAL: PERSECUCIÓN, TORTURA Y MUERTE

“Sentado en una silla de ruedas debido a que no podía sostenerse en pie por los intensos dolores, con el cuerpo repleto de escoriaciones, las uñas con restos de sangre y los ojos morados”, ésa es la última imagen que se tiene en vida del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo tal y como lo afirmó a “The Associated Press” el activista Alonso Medina Roa, miembro del equipo de defensa del militar asesinado, al ser presentado el viernes ante el tribunal militar tercero de control, tras ser secuestrado el 21 de junio por las fuerzas de seguridad. Reseñó Nelson Bocaranda: “informaciones indicarían que el cuerpo presentaba heridas múltiples cortantes en las extremidades inferiores y región glútea, hematomas en cuellos, abdomen y tórax, signos de quemadura, signos de restos de adhesivos en las extremidades y heridas en la boca.” Valeska Pérez de Acosta, esposa del Capitán de la Armada Rafael Acosta Arévalo, dijo que jamás pensó que podrían asesinar a una persona por no estar de acuerdo con Maduro “Sí he visto las torturas, pero jamás imaginé que iban a llegar a esto. Asesinar a una persona por estar en contra del régimen...tanto lo torturaron que lo mataron, sus hijos huérfanos lo recordarán como un héroe siempre apegado a la constitución” confesó. Son más de 200 los casos de torturas documentados y muchos más si se cuenta a los jóvenes vejados por protestar. Esta misma semana en el Táchira le sacaron los ojos a punta de perdigonazos a un muchacho de tan solo 16 años que manifestaba por gas doméstico.

Entre tanto al ingeniero Juan Guaidó lo han acusado de todo, pero no lo meten preso. Para el desgobierno de Maduro, ha usurpado el cargo de presidente, ha instigado a la rebelión, ha conspirado, se ha apropiado de bienes públicos, se le señala como terrorista y hasta de ser responsable del pasado mega-apagón. Mientras tanto, por ejemplo a Edgar Zambrano, el vicepresidente del parlamento, por solo aparecer el día 30 de abril al lado de Guaidó, se lo llevaron detenido, lo secuestraron sin respetar el debido proceso, y lo imputaron de múltiples delitos.

Es sorprendente, que cuando el régimen mantiene en las cárceles a 688 presos políticos, persigue a más de cien diputados, ha imputado a más de una veintena de alcaldes, ha inhabilitado a los principales partidos y líderes opositores y ha cerrado cientos de medios de comunicación, el presidente Guaidó haya salido y entrado al país, y lo esté recorriendo. Nombrando además funcionarios, y hasta embajadores acreditados en el exterior.

¿A qué le teme el régimen? ¿Por qué todos esos atropellos, detenidos, inhabilitados, perseguidos, medios clausurados y Guaidó libre?

Al régimen de facto, lo acobarda la amenaza de los EE.UU. sobre lo que pasaría si el desgobierno toca a Guaidó. Elliot Abraham ha dicho que sería lo último que haría Maduro, dando a entender que con esa acción estaría llegando a su fin. Ante esto el régimen calla, luce desconcertado y contra la pared.

¿Le conviene a Maduro que Guaidó esté libre y recorriendo a Venezuela intensamente? ¡Por supuesto que no! Todos los sondeos revelan que desde la época de Chávez, nadie había tenido el apoyo que tiene en la opinión pública Guaidó. Además en la calle Guaidó le quita autoridad a un desgobierno que lo señala de ser el autor fundamental de la desestabilización, pero que tiembla ante de apresarlo.

Los últimos días son prueba de que la procesión va por dentro. Nuevos militares, ex militares y policías sumados al complot. Lo mismo sucedió contra Pérez Jiménez, Medina o Gallegos, quienes por la presión castrense y civil tuvieron que dejar el poder. El rancho arde, las pruebas de un levantamiento extendido están en los más de 200 militares presos y en la tortura y asesinato del capitán de corbeta Acosta Arévalo. Ya son cinco los muertos en custodia de las fuerzas de seguridad y más de un centenar en las protestas de calle. Es cuestión de tiempo para que inicie un nuevo gobierno, y será de unidad nacional.

Oscar Arnal
@OscarArnal

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