Luego de la visita de la alta comisionada de los Derechos Humanos a Venezuela, la tiranía de Maduro ha arreciado sus ataques contra los venezolanos de la única manera que sabe actuar: con odio y crueldad.
Una nueva venganza y castigo a los venezolanos que con razón protestamos y pedimos en su momento la presencia de la alta funcionaria para corroborar la violación sistemática de los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos, se ha hecho presente en la conducta irracional de Maduro y su gente.
Las conductas bárbaras de los asesinos (cubanos y venezolanos) que custodian las cárceles civiles y militares de nuestro país, y también de los esbirros (GNB-PNB-Colectivos) que intentan acallar la protesta social con el uso desproporcionado de la fuerza, como ocurrió con el asesinato por torturas del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo estando en custodia del Estado, y la desfiguración y pérdida permanente de la visión del joven tachirense Rufo Chacón, por disparos directo al rostro con perdigones.
Los atropellos cometidos contra nuestros diputados con la violación de su fuero parlamentario; la desproporción en la calificación de crímenes no cometidos contra Juan Requesens; el asesinato de Geraldine Chacón; el ¨suicidio¨ de Fernando Albán; el asesinato vil contra Oscar Pérez, y su grupo, a pesar de que intentaban negociar su rendición; el caso de Franklin Brito y el sin fin de muertos, presos y heridos en las protestas de los últimos años, dan cuenta del carácter criminal del régimen.
Ya se conoce el texto del informe final de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, la señora Bachelet, y en nuestra opinión es demoledor para el régimen; con el lenguaje diplomático que corresponde, pero certero en las recomendaciones que hace.
Previo a este informe de la señora Bachelet, la repulsa y condena por los atroces crímenes llevados a cabo por la tiranía venezolana, se había hecho universal. Los parlamentos, gobiernos, y personalidades de la cultura; la política, y religiones diversas de distintas regiones del mundo alzaron su voz para reclamar semejante atropello.
Frente a estas constataciones de crueldad y odio, ya comienzan a escucharse las voces que reclaman desde sectores extremistas –otra vez-, romper cualquier conversación con los miembros del régimen, porque con ¨criminales no se negocia¨, es decir, volver al esquema de la antipolítica como si el solo deseo de sacarlo del poder fuera suficiente para lograrlo.
El Presidente Guaidó ha condenado abiertamente estos atropellos, pero no debe ausentarse de la eventual negociación. Debe mantenerse firme reclamando frente al mundo la conducta criminal de Maduro. Presionar conforme a lo acontecido, y persistir en la necesidad de negociar una salida política, bajo la supervisión internacional, para unas elecciones libres y que el pueblo venezolano decida su futuro y el tipo de gobierno que desea y necesita.
Del mismo modo, hay que empezar ya a buscar mecanismos para la recuperación económica del país, y derrotar la pobreza atroz de nuestra gente en estos últimos 20 años de comunismo.
Volvemos a insistir en que no va a haber ninguna invasión, ni actuación militar de potencia alguna para resolver la crisis, por lo que debemos recurrir a las soluciones políticas, y evitar que la emigración masiva se convierta en un problema grave de carácter social en los países vecinos.
Tenemos que realizar elecciones en un lapso prudencial, con nuevo CNE; la depuración del Registro Electoral Permanente (REP); observación internacional; la participación de todos los venezolanos dentro y fuera del país; la liberación de todos los presos políticos, y probablemente un gobierno de transición, plural y representativo de todos los sectores para garantizar la paz y la democracia.
Román Ibarra
@romanibarra
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