El influyente columnista del New York Times, Thomas Friedman, en su reciente libro: “Thank you for being late”, nos dice que la más importante división en lo que él define como el mundo de la post-post Guerra Fría, es entre las regiones del “Mundo del Orden” y las del “Mundo del Desorden”.
Durante la Guerra Fría el enfrentamiento era entre dos sistemas de orden, dominados por dos superpotencias, las líneas básicas de división eran comunismo-capitalismo, totalitarismo-democracia.
De 1989 hasta los inicios del Siglo XXI, fue el momento unipolar norteamericano, el comunismo perdió la guerra, para muchos había llegado el Fin de la Historia (Fukuyama dixit) y pareció que era sólo cuestión de tiempo para que todos los países del mundo se encaminaran por la senda de la fórmula exitosa del capitalismo democrático. El momento unipolar se acabó y resurgió, el tradicional enfrentamiento entre las grandes potencias, EEUU, China y Rusia, pero lo novedoso en el actual sistema internacional es lo que Julian Lindley-French de la National Defense University de Washington define como “desintegracionismo” de Estados fallidos o fracasados. En el pasado, los Estados demasiados poderosos eran vistos como peligrosos para la estabilidad del sistema internacional, hoy en día son los Estados fallidos que constituyen la mayor amenaza a la paz mundial, porque se convierten en centro de operaciones de los grupos terroristas y de la criminalidad organizada. La desintegración de los Estados fallidos en África y en el Medio Oriente está creando grandes áreas del Mundo del Desorden: Siria, Iraq, Libia y buena parte de África, de las cuales salen oleadas masivas y crecientes de refugiados que están empezando a desestabilizar a Europa: Brexit, surgimiento y fortalecimiento de partidos populistas de derecha e izquierda etc. Henry Kissinger en una intervención en el Senado de EEUU en el 2015 dijo: “EEUU no han enfrentado crisis tan diversas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Históricamente la paz se ponía en peligro por la acumulación del poder - la emergencia de un país potencialmente dominante que amenazaba la seguridad de sus vecinos-. En nuestra época, la paz es a menudo amenazada por la desintegración del poder- el colapso de la autoridad en “espacios no gobernados”, que expanden la violencia más allá de sus fronteras y su región”.
Un millón y medio de refugiados en el 2017 hizo entrar en crisis a la rica Europa. Imaginen lo que está sucediendo en América latina con la creciente e imparable ola de refugiados venezolanos. Ya son más de cuatro millones. Venezuela es un Estado semifallido y depredador que además está permitiendo que su territorio sea el centro de operaciones de grupos terroristas como el ELN y las FARC de Iván Márquez. Desde Venezuela se está desestabilizando a la América Latina. El Mundo del Desorden ya está en nuestra región ¿Hasta cuándo Colombia y los demás países afectados aguantarán sin reaccionar? La crisis venezolana ya es una crisis hemisférica y su solución será también, en buena parte, hemisférica.
Nota: A mis lectores informo que, por algunas semanas, no verán mi acostumbrada columna quincenal.
Sadio Garavini Di Turno
@sadiocaracas
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