Es bien conocido por el ser humano que en medio de una crisis hay oportunidades para medrar y transformarse; pues bien, la sociedad venezolana no es la excepción. En las dos últimas décadas por motivos netamente políticos, hemos cambiado forzosamente nuestras preferencias de vida en cuanto a alimentación, economía, salud, estudios, recreación y participación.
Dentro o fuera del país, la cultura pública del venezolano se ha ido transformando debido al condicionamiento impuesto por el adoctrinamiento anti imperialista usado por Hugo Chávez y Nicolás Maduro para mantenerse en el poder. El Estado no ha tenido tal suerte, éste se fue degradando en la medida que ambos mandatarios dejaron de respetar la Constitución, abusaron de la legislación y dividieron la nación entre simpatizantes y opositores.
El mayor costo de la crisis lo asume la oposición, tenemos hoy en día una República en ruinas que no inicia su restablecimiento, porque se ha olvidado que es través de la cooperación y no del enfrentamiento que la política cambia el curso de historia. Me parece inaudito pensar que figuras políticas emblemáticas en Venezuela subestimen el valor de la participación de los partidos políticos en las elecciones Asamblea Nacional el 06 de diciembre, según lo convocado por el CNE.
Ciertamente, las condiciones de participación para los venezolanos que queremos vivir en democracia, han desmejorado paulatinamente de elección en elección; sin embargo, hemos participado y logrado algunos objetivos, que no han sido suficientes, claro está. ¿Porque los defensores de la democracia no están en el poder a pesar de que representan a la mayoría de la población? Yo diría que aparte del ventajismo del régimen, fundamentalmente por la falta de disciplina electoral.
Nuestra ciudadanía es un ejército cívico en cuanto a participación se refiere, pero los partidos no han sabido cuidar y defender los votos en la mayor parte de los comicios.
Estamos en un enjambre electoral producto de la falta de respeto, seriedad y coherencia de las fuerzas políticas opositoras al régimen. Yo recuerdo las marchas multitudinarias en calles y autopistas de todo el país, con banderas de todos los colores; pero no recuerdo un plan concertado para salir del régimen con la firma, el respaldo y el compromiso de todos aquellos que nos han convocado a defender la democracia como una forma de gobierno.
Una República no puede reconstruirse sin la participación de la ciudadanía. Quienes argumentan que no tenemos nuestros derechos garantizados para participar en las elecciones del 06 de diciembre, yo les pregunto ¿Por qué no hemos ido conquistando más y mejores condiciones para participar? Por el mismo motivo que el régimen aún se mantiene en el poder: por el individualismo político habituado a recibir prebendas y protagonismo a través de espectáculos mediáticos, sin tener que compartir verdaderos beneficios con el pueblo.
Finalmente considero que para salir del enjambre electoral bastaría con superar la indignación digital hacia el régimen y enfocarse en la participación y oportunidades que brinda el calendario electoral, si tenemos verdadera vocación para transformar nuestro destino.
Lidis Méndez
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