La semana pasada puede considerarse un perfecto desastre para todos los miembros activos del régimen venezolano, lo ocurrido en los diferentes días y escenarios en los cuales se desarrolló la 74 Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York fue una tormenta perfecta en lo que al ámbito diplomático se refiere.
Para empezar y de un modo que no es usual, pues no es muy común, se desarrolló una reunión encabezada por el mismísimo presidente de EE.UU Donald Trump para tratar lo que sucede en Venezuela, el encuentro realizado en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ocurrió el día miércoles y reunió a 12 presidentes de países latinoamericanos y representantes diplomáticos de otros, con la delegación de Juan Guaidó, líder opositor reconocido, correspondiendo a Julio Borges dar el discurso de apertura para explicar la magnitud de la tragedia que se vive en nuestro país y proponer fórmulas paran continuar ejerciendo presión y buscar prontas soluciones a la crisis venezolana.
Mientras muchos líderes aprovecharon la palestra para destacar los desafíos a los que se enfrenta cada uno de sus países en un mundo casi totalmente conectado por la tecnología, como lo demostró el joven presidente de El Salvador, otros estaban tratando de negar lo evidente, respecto al caso de Venezuela, caso puntual de la señora Rodríguez quién apareció ya casi al final de la jornada para dirigirse a un reducido grupo, pues muchas delegaciones abandonaron el recinto antes de su intervención.
Llamó poderosamente la atención que todos los representantes de Juan Guaidó sostuvieron encuentros y reuniones con diversos asistentes a la cita mundial, mientras que “otros” estuvieron muy limitados, sintiéndose de alguna manera la presión internacional que se cierne sobre el régimen de Nicolás Maduro, con lo que se puede concluir que sin lugar a dudas hubo un revolcón diplomático para quienes tienen al que fuera un gran país en el suelo.
Cabe destacar que estando en pleno desarrollo la Asamblea en las Naciones Unidas, se aplicaron sanciones por parte de la administración Trump a miembros de alto rango militares, policiales y civiles vinculados al chavismo/madurismo, con la salvedad de que dichas medidas se extendieron a los familiares directos de éstos, con lo cual se sigue derrumbando de alguna u otra manera la estructura mediante la cual hablan mal del “Imperio” mientras se la pasan allá e incluso residen en territorio norteamericano, cosas de la revolución bonita como digo yo.
Finalizando la semana vino otro golpe a los rojos rojitos, Naciones Unidas abrió una investigación a Venezuela por los atropellos del régimen de Maduro, es así como el Consejo de Derechos Humanos aprobó la creación de una “misión internacional independiente de determinación de los hechos” cuyo propósito es realizar una indagación a fondo de “las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias y las torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes cometidos desde 2014”, lo que constituye un hecho inédito para un país latinoamericano.
Por su puesto ante lo indicado anteriormente hubo reacción inmediata, en la misma línea de siempre, tocó a la señora Rodríguez señalar que el informe presentado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (DDHH), Michelle Bachelet, sobre la situación de Venezuela, niega la historia y las luchas de los pueblos de América Latina ante las arremetidas imperiales; no dijo nada nuevo y mucho menos aceptó cómo el 98% de los Venezolanos se encuentran sobreviviendo con dos dólares (2$) mensuales de salario por decir lo poco, ya todos saben que “ellos” viven en una realidad paralela a la de los demás.
Ahora bien, lo realmente increíble es que pasan cosas a diario y parece que todo sigue igual, quizás no es así pero la sensación es esa, lo que hace que continúe el éxodo de personas sea por tierra, aire o mar en franca huida de la locura que constituye vivir en un país que se ha transformado en un gran pueblo sin ley.
En conclusión, la semana pasada constituyó un fuerte revés para la “Revolución Bonita” que ya se conoce como una de las más feas del planeta, los ojos del mundo se enfocaron en la crisis de Venezuela durante la Asamblea General de la ONU ni más ni menos; en el organismo internacional no solo se aprobó una comisión multilateral de investigación sino que además presidentes de la región dedicaron su discurso a la crisis generada por la tiranía de Nicolás Maduro con lo que lo dejaron más descubierto aunque pretenda a diario negar la evidencia, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R.
@raguilera68 / @AnalisisPE
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