lunes, 23 de diciembre de 2019

ARIEL PEÑA: REIVINDICACIONES O MERCADO PERSA. CASO COLOMBIA

Con ocasión de las movilizaciones que  se han realizado  en el país desde  el 21 de noviembre, se le presentaron al gobierno por parte  del Comando Nacional de Paro, 13 puntos, que después se convirtieron en 104, por lo que el cuatrienio no le alcanzaría al actual mandatario de los colombianos para negociar semejante  mercado persa; además  con ello se están dilatando las verdaderas reivindicaciones laborales, sociales y económicas de la población que son apremiantes.  

El problema no es de parte del sindicalismo serio que tiene claro lo que busca en materia de reivindicaciones, las dificultades surgen por la mamerteria con sus diferentes partidos que quieren convertir las protestas en un aquelarre, exigiendo de todo, pretendiendo hacer “la revolución” por decreto,  subrayando que el sindicalismo quien fue el promotor inicial de las movilizaciones a veces se deja manosear de los políticos de la llamada izquierda, que solo les interesa  conquistar la burocracia estatal y por eso usan las protestas ciudadanas para  sus intereses, tomando  la política como una manifestación pública  de sus pasiones privadas, de ahí que en  sana lógica las organizaciones sindicales y sociales deberían tomar distancia de toda esa politiquería izquierdista y tener una agenda independiente.  

En estos tiempos los caminos del movimiento sindical de ninguna manera pueden ser los caminos del proyecto totalitario  marxista leninista, por ello el Comando Nacional Unitario que componen las centrales obreras CGT,CUT,CTC  y las confederaciones de pensionados, deberían replantear su línea de acción frente al Estado, independientemente de la postura política  e ideológica que tengan sus dirigentes,  para no caer en la movilización por la movilización o el paro por el paro, ya que eso desmotiva la protesta ciudadana al no mostrar resultados tangibles.  

Hay que reconocer  que no hubo una conducción acertada de  las fuerzas populares, pues muchas de ellas  obedecen  a   grupos y partidos marxistas, que no les interesa las reivindicaciones sociales y económicas de la población, por ello las protestas que buscaban en  principio soluciones  a situaciones concretas, con los trabajadores, los pensionados y  los estudiantes, entre otros,  al meterle el hocico los politiqueros  de la izquierda, lo que hicieron fue dilatar las exigencias que se le hacían al gobierno, incluyendo temas fuera de contexto, como  la eliminación  del Esmad, las negociaciones con el Eln, los acuerdos de paz, reforma a las Fuerzas Militares, libertad de presos, la salida de Colombia de la OCDE, la terminación de los TLC y toda una miscelánea mamerta que   pasa por el espejismo y la ficción, en donde una  Asamblea Nacional Constituyente le quedaría  pequeña, porque en esa instancia si no fuera monopolizada por  un sector determinado, tendría que haber consensos.   

Todos esos temas políticos partidistas que  colgaron como puntos para negociar con el gobierno, tendrían diferentes escenarios como  el parlamento y  la administración de justicia,  ya que no se puede al calor  de la calle suplantar  la obligación constitucional que tiene las otras  ramas del poder público y, por eso  se  dejan de lado los asuntos, laborales, económicos y sociales  que son    preferentes, lo que demuestra  imprecisiones  en la orientación, pues no se supo percibir  el momento, por eso hay que proponer que  sindicatos y movimientos sociales actúen solos, sin ese  fardo oportunista  de los partidos de la denominada izquierda,  porque se demostró  incapacidad  y eso desmotiva a la población para futuras marchas.  

Se debe hacer por parte de los sindicatos una racionalización, acerca de los sucesos que han acontecido desde noviembre, para no caer en los mismos errores, porque esto es igual, guardadas las proporciones,  a cuando los trabajadores  por medio de un sindicato presentan su pliego de peticiones a una empresa determinada, en donde hay que mostrarle resultados  concretos a los asalariados en materia reivindicativa, ya que de lo contrario surge la desazón.  Rectificar, basándose en el pluralismo, la independencia  y la democracia.  

Es muy bien sabido que al extremismo marxista, no le importan las soluciones de los problemas sociales y económicos del pueblo, como lo hemos visto con la camarilla comunista venezolana, para no ir tan lejos, siendo esa la misma receta que le tienen los mamertos a Colombia o ¿cuál otra? Entonces la movilización popular es para concertar con el gobierno en  asuntos puntales y no  entrar en alucinaciones que distraen a las masas, por eso la lucha por las reivindicaciones no la pueden convertir en un mercado persa, que es lo que está haciendo la gruperia comunista para materializar sus  aviesos planes. 

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaGA 

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