jueves, 19 de marzo de 2020

TAMARA SUJU: LA VENEZUELA DE LOS CASTRO Y DE DÍAZ-CANEL

El régimen de Maduro anunció el pasado lunes la llegada de una “brigada de médicos cubanos especializados en situaciones de desastres y graves epidemias”, que ayudaría a combatir el coronavirus adiestrando a su personal (el cubano instalado en Venezuela) y a los “colegas venezolanos”.  En resumen, se unen al ejército invasor que ya posee el castrocomunismo en nuestro país, en labores de inteligencia, represión, adoctrinamiento y control social.

Sin duda, aunque la gente en Cuba no tenga acceso a los mismos centros hospitalarios que el régimen ofrece para extranjeros, y tampoco tenga asegurada una dieta balanceada, medicinas o productos de aseo personal, este grupo de “expertos” designados por la dictadura cubana justifican, como los demás que ya están en el territorio, las cuotas que la tiranía paga a la Revolución cubana para que siga existiendo.

Mucho se ha escrito sobre la infiltración del régimen cubano en Venezuela, y su injerencia y participación directa en instituciones y organismos del Estado, pero poco se habla del adiestramiento y formación en inteligencia y represión, que realizan a civiles y militares venezolanos dentro y fuera de nuestras fronteras, y cómo esto ha influido en la ejecución de crímenes de lesa humanidad.

A mis manos llegó el pensum de estudio de la Escuela de Operaciones Psicológicas que se encuentra ubicada cerca de la Escuela de Guerra en Fuerte Tiuna, donde se imparte un curso dividido en 3 módulos con duración de un año y dos meses, para oficiales de la FAN, tropa en grado de sargentos y oficiales de inteligencia. El objetivo es que aprendan a manipular a las personas a través de la propaganda política, terapias de choque, manipulación y adiestramiento en comunicaciones.  Durante 7 de los 14 meses que dura este adiestramiento, los “alumnos” son formados por oficiales cubanos e iraníes, recibiendo el enfoque desde estas dos perspectivas y cómo deben aplicarlo a la población civil.

También se imparten cursos en todo el país de lo que denominan «Terapia de choque» a oficiales que son entrenados en técnicas de torturas físicas y psicológicas. Estos cursos son dictados tanto en Venezuela como en Cuba, a civiles y militares que están formando en  inteligencia, miembros de colectivos, oficiales de la FAN, del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y de la División General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).

También la inteligencia cubana realiza comisiones mixtas cada 3 meses con oficiales venezolanos en todas las Regiones de Contrainteligencia Militar (RCIM) del país, para monitorear dichas unidades, llevar métodos de espionaje y seguimiento, y sobre todo, continuar con el adoctrinamiento y la siembra de odio a nuestros oficiales en contra de todo aquel que se opone al régimen de Maduro, como mecanismo de control social y territorial.

Los jóvenes del PSUV, la generación de relevo del chavismo encabezada por Nicolás Maduro Guerra (Nicolasito), recibe formación constante en la isla, adonde acude frecuentemente con grupos de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (JPSUV) y personalmente, junto con Santiago Morón, maneja una estructura de inteligencia paralela, operada desde la Vicepresidencia de la República. Nicolasito ostenta los cargos de director general de delegaciones e instrucciones presidenciales del vicepresidente, jefe del cuerpo de inspectores de la Presidencia de la República y comisionado nacional de ideología de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela.

De esta manera, los cubanos se aseguran una generación fiel, formada por ellos mismos, dispuesta a seguir órdenes para asegurar la continuidad ideológica y represiva en nuestro país. Para los comunistas, el sometimiento de las masas y el control total de la economía puesto al servicio de su estructura represiva es fundamental, y en Venezuela han conseguido las puertas abiertas para poner en práctica su doctrina.

La estructura criminal del chavismo-madurismo, así como aquellos miembros de la FAN que lo permitieron, pasarán a la historia como la vergüenza y traición más grande que haya tenido nuestro país en toda su historia contemporánea. No solo le quitaron a dos generaciones de venezolanos la oportunidad de progresar y vivir en paz, sino que le entregaron la patria a la dictadura más longeva del continente para que los ayudara a permanecer en el poder, acorralando a su gente, persiguiendo, espiando, reprimiendo, torturando y humillando a sus contrarios y provocando el éxodo bíblico de esta época.

La Venezuela de los Castro y de Díaz-Canel, aquella sometida con beneplácito a sus designios, es hoy una minoría incrustada en el poder a fuerza de nuestras riquezas, armas y corrupción. Ambos regímenes dictatoriales deberán enfrentar la justicia de los hombres, y pagar por sus crímenes, tarde o temprano. Esa deberá ser la misión de todos los venezolanos demócratas y decentes que quieren una nueva Venezuela.

Tamara Suju Roa
tamarasuju96@gmail.com
@TAMARA_SUJU
Praga - Chequia

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