Dijimos antes, que “…la aparición y diseminación del corona virus desde China para el mundo, dado el poder estratégico que ha alcanzado el coloso y no bien ponderado coloso asiático, ha levantado suspicacias desde todos los frentes que se manejan en la geopolítica, una de ellas, la especulación sobre el verdadero origen del virus y la realidad fundamental sobre su surgimiento, que sin querer o queriendo ha levantado la tal vez mayo especulación y temor en el universo, dado el espectro originario como también todos los visos especulativos que se gestaron y vienen confundiendo a la población mundial, que cree a ciegas los resultados de la ciencia prodigiosa, que nos ha dado esperanza en lo que todos hemos creído…”
Hoy volvemos con el tema; no para insistir en la misma estrategia de origen del virus pandémico, sino para referir a modo de discusión, lo que creemos pudiera ser la motivación de origen del virus.
Así, suponemos lo que pudo haber sido el intento, pero que no creemos haya sido el propósito real. Nos referimos a la teoría malthusiana, que dicho sea de paso, siempre ha sido atacada por su irracionalidad, dado el progreso desarrollista del ser humano, que a todo problema encuentra soluciones práctica factibles, que han logrado superar las suposiciones teóricas que han contenido posibilidades insuperables por la humanidad.
Hace más de dos siglos, el economista inglés Thomas Robert Malthus (1766-1834), a quien se le considera el primero en estudiar el aumento de la población mundial, intuyó el conflicto entre la tendencia a multiplicarse y las limitaciones físicas de la Tierra, y expresó su famosa teoría de que la población tiende a aumentar en progresión geométrica, mientras las subsistencias solo lo hacen en progresión aritmética.
Al respecto, en su teoría, Malthus visualizó el problema como fundamental para el ser humano, y en su ensayo sobre: el “Principio de la Población”, publicado inicialmente en 1789 y posteriormente aumentado en 1803, sostenía que ésta crecía en progresión geométrica, mientras que la producción de alimentos tendía a hacerlo en progresión aritmética. Esto traería consigo en un momento determinado de la historia; una gran deficiencia de recursos necesarios para la alimentación, por lo que se haría necesario un control de la natalidad, en lo que llamó “Limitación Moral”.
Indiscutiblemente, es necesaria la revisión de la tesis de Malthus, y del llamado Neo-malthusianismo más reciente con “Los Límites al Crecimiento”, del “Club de Roma”, que expone: “…este problema demográfico no es exclusivamente de orden cuantitativo en razón del crecimiento exponencial de la humanidad, sino que es también cualitativo por la alta concentración poblacional en espacios geográficos reducidos de alta densidad (ciudades); y por los limitados recursos naturales que posee el planeta, dado su carácter finito”.
Percepción que se agrava cuando opina que: “…para mitad del siglo XXI se puede presentar una crisis demográfica por insuficiencia de recursos naturales y por deterioro del medio ambiente, si continúa el actual crecimiento exponencial infinito de la población, en un planeta con recursos naturales finitos y con unos ecosistemas frágiles, deteriorados progresivamente por una contaminación ambiental también creciente…es imprescindible la reestructuración del orden económico internacional, la tecnificación agrícola del mundo subdesarrollado, frenar la concentración urbana en las metrópolis evitando la aparición de las megápolis de miseria y adoptar políticas de planificación demográfica en algunos países de gran crecimiento poblacional y de escasos recursos naturales”.
Por ello pensamos, que puede ser una desviación estratégica impensada, que en lugar de mantener el equilibrio poblacional, ha creado un monstruo sanitario más grave que la misma pandemia.
Ahora pensamos que ¡Hay que darle vuelta a la estrategia!
Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
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