El covid-19, la escasez de gasolina con la podredumbre que la rodea, la hiperinflación y la agonía de los servicios públicos son las realidades que agobian al venezolano, lamentablemente la herramienta social dispuesta para la solución de estas parvedades es la política, inferimos “lamentablemente” porque lo único que está peor que esas 4 realidades es la política… origen de todos nuestros males actuales.
La marca de fabrica del chavismo es la radicalización, la vetusta instrumentación de las ideologías políticas para amalgamar una masa social presumiblemente incondicional, obnubilada, adoctrinada, que le permita alcahuetear sus fechorías, sus errores, sus desmanes. Sin embargo, la destrucción del único ingreso nacional (Pdvsa) por corrupción y desidia, evita el régimen pueda continuar tarifando sus apoyos internos y foráneos, dentro de nuestras fronteras pasó del populismo salvaje de Chávez a la violencia institucional in extremis de Maduro. Aparentemente se comprendió que la única manera de afrontar al chavismo es siendo radical, extremo.
Ello nos arrastra a la realidad de hoy, en el que los principales problemas escapan del control del chavismo. El empeoramiento de nuestros problemas es directamente proporcional a la permanencia en el poder del régimen, día que ocupe en el poder, día en el que todo se agrava.
La cura del covid-19 es ajena a nosotros, nuestra ciencia y tecnología han quedado devastadas, dependemos exclusivamente de los adelantos de la comunidad internacional en materia de salud relacionados con esta pandemia. La escasez de gasolina es otro elemento a agravar, una Pdvsa destruida en una nación en la que solo los cómplices ideológicos del chavismo se atreven invertir y no han podido auxiliar a la otrora tercera petrolera mundial. Sin posibilidades reales de importar, el tema del combustible se agrava aceleradamente.
La hiperinflación producida por la destrucción premeditada del aparato productivo vía imposición de leyes, expropiaciones, controles y racionamientos también empeora, la carencia de divisas, la inyección de dinero sin respaldo y mal habido empuja la inflación sin que se avizore soluciones prontas bajo la misma dirección responsable del desastre. Los servicios públicos no escaparon a la desprofesionalización, partidización y corrupción de todas las empresas prestadoras de servicios, ni electricidad, agua, transporte, salud, educación mejorarán sin que el Estado gire 180 grados su fatídica conducción actual.
Las parlamentarias, si no fueran tan trágicas dieran risa. El chavismo empujó a los venezolanos a elecciones en condiciones mínimas siendo estas las responsables del país en mínimas condiciones que padecemos. En más de 20 años el chavismo no ha reconocido ninguna derrota, termina de recuperando a la fuerza lo que pierde en las urnas, además, desde 2017 el venezolano dijo ¡Basta! a este tipo de elecciones impuras, la abstención golpeó al régimen mucho más fuerte que en 17 años de elecciones donde no se premia, castiga ni generan cambios… estas parlamentarias y toda elección con chavismo en condición de poder usurpado abonan al desastre país.
La política venezolana lleva la misma dirección de los 20 años anteriores, incapaz de producir los cambios/mejoría que amerita la patria urgentemente. Sin embargo, la inestabilidad, la incertidumbre, la gravedad de todo lo malo (que empeora día tras día) permite todo tipo de especulación, de presunción de escenarios pues todo lo que necesita una nación para sustentarse ha sido destruido, la paciencia del venezolano llegó al límite, al igual que el de toda la comunidad internacional afectada por el chavismo y su desapego a la ley, a la democracia.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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