Ante una elección perdida por el presidente Trump, en enero del 2021 estaríamos atestiguando la toma de protesta del nuevo presidente, Joe Biden, representando a su nuevo partido marxista, para iniciar un verdadero plan revolucionario. Pero, para el inicio del 2022 con el Jesús en la boca estaríamos atestiguando sus horrorosos resultados. En el contexto internacional habría gran algarabía al haber sido capaces para deshacerse de ese troglodita que tuvo la osadía de retarlos, Donald Trump. La ONU y su legión de socialistas serían los más felices al haber desaparecido la amenaza del retiro de EU de esa organización, acompañado de sus billones de dólares con el que cubren la mayor parte de su presupuesto.
Lo mismo estaría sucediendo con las organizaciones herencia de Keynes: FMI, Banco Mundial, la OMC, el sistema monetario fiat y, sin estorbos, continuar operando como la primera línea de ataque del EP. Obviamente, lo mismo estaría sucediendo con otras mini instituciones como la OEA, el BID, la CEPAL que se sumarian a ese orgasmo colectivo internacional por la desaparición de ese iluso soñador que pensó podría aportar algo al mejoramiento del mundo, retando a lo más diabólico de la humanidad frente a sociedades completamente ciegas y faltas de espíritu de lucha.
De esa forma, el mundo entero podría regresar a su popular “Business as Usual”. De inmediato se estarían consolidando y arreciando las guerras presentes y se iniciarían otras siguiendo los mandatos del Complejo Militar-Industrial, el socio más prominente del EP, para provocar la entrada a sus arcas de los trillones de dólares manchados de sangre que les producen esos conflictos. La imprenta del Fed arreciaría sus jornadas sin descanso y a marchas forzadas, para inundar aún más el mundo con sus dólares depreciados favoreciendo a sus verdaderos propietarios. El mundo, también de inmediato experimentaría una euforia como la del borracho con su primer trago en la mañana, sin pensar que algún día deberán enfrentar la horripilante cruda pues consideran tener el inacabable material para mantener ese estado artificial. Se habrá consolidado esa diabólica sociedad entre gobierno y Silicon Valley acelerando la producción de armas silenciosas e invisibles más potentes para el control de la humanidad.
China se habría convertido en el socio más importante de EU, pero ya bien acomodado en el asiento del conductor. Su escandaloso superávit comercial con EU estaría rompiendo récords con toda la complacencia del nuevo gobierno de los Estados Unidos Socialistas de América, y, su acumulación de dólares con el mismo comportamiento estará facilitando su plan de conquista global. Para el 2023, China estaría también ocupando el asiento del conductor en todo América Latina con sus niveles de pobreza nunca vistos. Se habrían también renovado los acuerdos nucleares con Irán comandados por John Kerry y su yerno iraní, para cumplir con lo solicitado por sus Ayatolas en su ruta para convertirse en otra potencia nuclear, ante un estado judío histérico en ese lugar del mundo en espera de una chispa que pudiera detonar la primera guerra nuclear de la historia.
En Europa, los amigos de la libertad y enemigos de la Comunidad de Estados Socialistas Europeos estarían contra la pared nulificados por esas fuerzas. El Mercado Comunal Europeo, rechazado por Margaret Thatcher y Boris Johnson, habrá salido de las penumbras y, neutralizando a enemigos, de nuevo asumir el proceso de socialización del viejo continente facilitado por una sociedad civil que, lejos de rechazarlo, lo estarán recibiendo con los brazos abiertos. Pero, el problema más grave que estarán enfrentando, será una nueva y renovada invasión de musulmanes consecuencia de mantener sus puertas abiertas a sus enemigos que tanto los odian. Y, como el musulmán en la alcaldía de Londres, estarán apoderándose de sus gobiernos haciendo realidad el sueño de Saladino, una conquista europea para moldear el continente a imagen y semejanza de sus países. En algunas regiones, inclusive, estará ya operando su ley Sharía con grandes intervenciones en los sistemas educativos.
EU, para finales del 2023, estará enfrentando una crisis económico-financiera de una magnitud igual o superior a la gran depresión de los años 30. La economía iniciará un agresivo decrecimiento, el desempleo se habrá estacionado en dos dígitos, el endeudamiento, ya inaceptable, se incrementará hipotecando aún más el futuro del país ya sin capacidad de pago. El presidente Biden, por motivos de salud, se habrá retirado y, como estaba comprometido con el EP, estará surgiendo la presidenta Kamala Harris con sus ideas de modificar la composición de la suprema corte de justicia a favor de los socialistas, abrazando con más pasión el Plan Verde, un aumento sideral de impuestos para llegar a gravámenes marginales hasta del 90%. Se habrá establecido su genocida política de abortos hasta los 9 meses. En pocas palabras, le habremos entregado la iglesia a Satanás bien representado por Kamala Harris.
Para el 2024, EU estará a punto de un grave colapso con el beneplácito de los miembros activos del EP que ha sido su plan, un desempleo apuntando a un 20%, un nivel de pobreza que casi se asemejaría a los de sus vecinos del sur, un déficit de presupuesto federales y estatales que no alcanzarán las capacidades de las computadoras para registrarlo. El IRS, el FBI, la CIA y demás organizaciones de inteligencia, habrán regresado a su labor en contra de la sociedad y la constitución a semejanza de la vieja Unión Soviética. Los EU habrán perdido 15 a 20 puntos en el índice de libertad económica. Antifa y BLM se habrán adueñado de otras importantes ciudades continuando sus saqueos y destrucción. Con las fronteras abiertas, se incrementará la invasión musulmana iniciada por Barack Obama, y estarán violentamente presionando para que se legalice su ley Sharía. Con EU ante ese infierno, el PIB mundial se estaría reduciendo de forma alarmante y la pobreza invadiendo todas las regiones de su geografía.
Y el destino de los EU, como en la cinta de Kurt Russell, Escape from New York, cuando la ciudad de Nueva York había sido convertida en una gran prisión donde enviaban a los peores criminales (asesinos, violadores, asaltantes) sin guardias, sin reglas. Un lugar en donde la ley que prevalecía era la violencia y la muerte. Un lugar de una anarquía y desorden similar a lo que sucede en Somalia hoy día. Sin un gobierno constitucional establecido, sin un sistema judicial. Con millones de los prisioneros más débiles como esclavos para trabajar en la producción de alimentos y algunos servicios para los jefes. Y, como siempre sucede, surgiendo los más violentos, asesinos, sin escrúpulos, inmorales, formando una caricatura de organización social donde ellos dictaban el destino de todos los demás. Esa será la nueva cara de EU.
¿Y en México? Seguiremos bailando la quebradita mientras los frijoles se nos queman en la cocina y, de seguro, pensando, “a lo mejor el barbaján de Trump no era tan malo”.
Ricardo Valenzuela
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