sábado, 28 de noviembre de 2020

ROMÁN IBARRA, ADIOS NOVIEMBRE

Se va noviembre, y entramos al último mes del año 2020, probablemente el más duro y difícil de los últimos tiempos.

Golpeados mundialmente por una pandemia, sin solución todavía, aunque la ciencia ya ha mostrado estudios y resultados que podrían en breve ayudar a mitigar significativamente sus efectos deletéreos.

Para los venezolanos en particular, este 2020 –sin duda- ha sido el peor de nuestras vidas, habida cuenta de que nuestra real ¨pandemia¨, no es exactamente el Coronavirus, sino el extraño fenómeno de tener por desgracia, y de manera simultánea, el peor gobierno del mundo, y una de las peores oposiciones de que se tenga memoria.

El manejo criminal de la economía a lo largo de estos 21 años ininterrumpidos en el poder, ha convertido a los venezolanos en general en los seres más pobres de la tierra. Si, más que Somalia; Gambia; Sudán del Sur, o Haití en nuestro hemisferio, por la razón de que nosotros –a diferencia de los nombrados- tuvimos la ocasión de conocer y disfrutar de la democracia civil en el lapso de 1958 a 1998, a diferencia de ellos. Sistema de libertades que permitió el avance y desarrollo del país, y de un importante número de compatriotas.

Habían condiciones para estudiar en general; para trabajar; había inversión del Estado, y del sector privado nacional e internacional en áreas sensibles como el petróleo; petroquímica; agroindustria; industrias básicas de Guayana; zona industrial de Valencia; zona industrial Guarenas-Guatire; construcción; transporte; salud, y educación desde preescolar, hasta el nivel universitario.

Era un escenario de confrontación política, como no, pero en un ambiente donde reinaba la paz social, gracias a los acuerdos tripartitos (Estado-Empresarios-Dirigencia de los Trabajadores), una vez derrotados y pacificados los movimientos sediciosos que intentaban dar al traste con el joven sistema democrático, auspiciado por intereses internacionales.

Desde 1999, cuando llegaron los bárbaros al poder, y a pesar de la inmensa riqueza de la que el país ha dispuesto producto fundamentalmente de la renta petrolera, todo ha sido retroceso; vergüenza; corrupción; miseria y muerte.

Destruyeron al sector privado de la economía; maniataron a la clase trabajadora; prostituyeron al sector universitario, primero cercándolo con el déficit presupuestario, y luego corrompiendo a las autoridades de algunas universidades. Expulsaron del país a más de cinco millones de ciudadanos que luchan por mejorar su calidad de vida en el extranjero, no siempre comprendidos, y algunas veces maltratados. Asesinaron al sector salud, y estafaron al pueblo que les entregó su confianza y fe, mientras ellos y sus socios nacionales e internacionales se enriquecen de manera asquerosa.

Desdibujaron la vida del venezolano, y encima destruyeron físicamente el país, y arrasaron sus riquezas materiales; somos una ruina como nación.

Y en el otro lado, esto es la oposición; luego de retomar el camino electoral como muestra de coherencia democrática, nos llegó un respiro con los triunfos de 2007, y especialmente el de 2015, con la elección de la AN el 6D. Sin embargo, esos esfuerzos se perdieron en la irracionalidad y el inmediatismo.

Incapaces de negociar salidas electorales mediante la presión política interna e internacional, aprovechando la fuerza mayoritaria en la AN, optaron por la vía rápida de la ¨guerra¨ imposible con evidentes fracasos, y descrédito, pero engreídos sin hacer mea culpa, ni autocrítica. Al contrario, ahora pretenden dirigirnos desde el exterior. Total desvarío!

Los problemas reales del venezolano: empleo; salarios dignos; salud; transporte; luz; agua; gas; gasolina, fueron dejados a un lado, y en su lugar abren camino libre para que Maduro se lo coja todo con la abstención propuesta.

Nada bien pinta el final de 2020, y mucho menos el venidero 2021 para los venezolanos. Atrapados en medio de la balacera de gobierno, y oposición.

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

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