Es razonable iniciar clases en modalidad
semi-presencial a partir de marzo, como se anuncia. Luego de un año, el país
debe ir retomando mayor dinamismo, tanto en educación como en las demás áreas.
En paralelo, resulta clave comenzar la vacunación masiva de la población. La
dirigencia de gobierno y oposiciones no puede minimizar este compromiso, junto
al más amplio de ir resolviendo la crisis económica. Ya basta. Hay miles de
millones de dólares retenidos en bancos del exterior por la disputa de “los dos
gobiernos”. Ese dinero ha de liberarse para vacunas, medicinas, alimentos y equipos
médicos y de la industria petrolera. Los acuerdos no se deben demorar.
El regreso a las aulas tendría que ser alegre, pero
está marcado por el impacto de la crisis sobre el magisterio, especialmente el
magisterio público. Es muy fuerte trabajar con una remuneración tan baja como
la que ellas y ellos reciben hoy. Se dio un nuevo bono para las y los docentes,
pero su monto no llega a ocho dólares y no sabemos cuál será su frecuencia.
Todo el liderazgo, toda la población, debe unirse reclamando el cese de las
ilegales sanciones externas. No puede ser que por supuestamente “ayudarnos” nos
hundan. Esto vale también para gobierno y oposición G4: por “nuestro bien” nos
destruyen. En el caso de la educación, el daño lo pagaremos durante décadas.
Suponemos que el regreso a las aulas será gradual:
cada alumno empezará yendo uno o dos días por semana, por lapsos no mayores de,
quizás, tres horas. Y compartirá con solo otros quince compañeros en su salón.
El Ministerio del área debe ofrecer orientaciones para la dinámica de estas
clases. Por ejemplo, no son convenientes los trabajos en pequeño grupo, solo
los individuales y los generales, con una persona exponiendo a los demás. Y
nunca han sido beneficiosos los ejercicios rutinarios y las labores basadas en
copia o simple memorización, pero en estas circunstancias mucho menos.
Necesitamos trabajos interesantes y amenos. Y que, en su tiempo limitado, dejen
bastante al alumnado. Por ejemplo: juegos matemáticos (“¿Cuántos triángulos ves
en este dibujo?”), lectura y comentario de bellos cuentos o poesías,
intercambios de vivencias vinculadas al tema del día (“Los ríos que
conocemos”), presentación de “experimentos” hechos en casa, etcétera.
Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
@AuroraLacueva
@Unoticias
Venezuela
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