Después de que el número de casos fuera de China, donde se originó, se multiplicara por 13 en dos semanas y en ese periodo los países afectados se triplicaran, la OMS elevó las alarmas.
"Podemos esperar que el número de casos, de fallecimientos y de países afectados aumente" en los próximos días y semanas, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien reconoció estar muy preocupado ante los "alarmantes niveles de inacción".
La declaración es un mensaje de alerta para gobiernos de todo el mundo, un intento de presionar para que se incrementen las medidas de contención del virus, denominado oficialmente SARS-CoV-2.
Coronavirus: la OMS declara pandemia al covid-19
Se trata de la primera vez que una epidemia causada por un coronavirus es considerada como pandemia, que según la OMS se define como "la propagación mundial de una nueva enfermedad".
La propagación del coronavirus en más de cien países ahora califica como una pandemia global, dieron a conocer funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) este miércoles y confirmaron así lo que muchos epidemiólogos han estado diciendo durante semanas.
Hasta ahora, la OMS había evitado utilizar el término
para describir la epidemia que avanzaba de país en país por temor a dar la
impresión de que era imparable y que las naciones se dieran por vencidas en los
esfuerzos por detenerla. La organización informó con anterioridad que ya no
declaraba oficialmente cuando una epidemia alcanzaba proporciones de pandemia y
que más bien prefería declarar emergencias globales de salud pública.
“Pandemia no es una palabra que se use a la ligera o
de manera descuidada”, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra el doctor
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS. “Todos los países pueden aún
cambiar el curso de esta pandemia”, agregó.
Sin embargo, ahora hay evidencia en seis continentes
de transmisión sostenida del virus, que ha infectado a más de 120.000 personas y
matado a más de 4300 y que para la gran mayoría de criterios médicos constituye
una pandemia. La designación en sí misma es principalmente simbólica, pero los
funcionarios de salud pública saben que junto con la palabra el público
escuchará elementos de peligro y riesgo.
Desde que apareció en Wuhan, China a finales de 2019,
los ojos del mundo han estado puestos sobre el coronavirus. Desde entonces, el
virus ha enfermado a decenas de miles de personas en decenas de países y su
rápido avance a través de Asia, el Medio Oriente y Europa ha aumentado los
temores de que haya una pandemia en el horizonte.
La Organización Mundial de la Salud se había referido
al brote como una “epidemia” y no como una “pandemia”. Pero a finales del mes
pasado, aumentó su evaluación del riesgo global de propagación y el riesgo de
impacto del brote de coronavirus de “alto” a “muy alto”.
Absolutamente complementaria con ese obscurantismo
supino del mandatario estadounidense, se presenta su inmoralidad en el manejo
de las relaciones internacionales. Marco en el cual no duda con expresar
opiniones y toma de decisiones, que son abiertamente canallescas. Ha sido así
con relación a Palestina y el apoyo incondicional que le ha dado a la entidad
sionista contra el pueblo palestino, en materias militares, económicas,
concretando aquello que sus antecesores se cuidaron de no hacer: reconocer a al
Quds (Jerusalén) como capital del régimen ocupante israelí en Palestina y
trasladar su embajada de la ciudad de Tel Aviv a la ciudad santa.
Sume a ello el sostén político en todas las instancias
internacionales y la venta multimillonaria de armas a otro de los regímenes
acusado de delitos contra la humanidad: la Casa al Saudí, enfrascada en una
guerra de agresión contra Yemen. Una campaña que ha dejado ya más de 91.000
muertos A las víctimas de los combates, hay que añadir el enorme costo que ha
traído a esta población de 27 millones de habitantes, el hambre y las
enfermedades, entre ellas el cólera, en un país donde, según señaló en un
informe del año 2019, la organización Save the Children, han muerto 84.701
niños por inanición y 3.000 ante el brote de cólera.
En el caso de la ONU, ésta no sólo ha condenado a
Estados, Francia y Gran Bretaña por la venta de armas a la monarquía wahabita,
sino que ha sacado resoluciones (posteriormente retiradas por la presión
económica de Riad) donde se condena los crímenes de niños yemeníes por los
bombardeos de Riad y sus socios. Estos países occidentales son copartícipes y,
por ende, responsables de la guerra de cinco años de Arabia Saudí contra Yemen.
Estas tres potencias, que han respaldado a Arabia Saudí en este lustro tratan
que la agresión se olvide, no haya visibilidad de lo que ahí acontece.
Ya la Organización de Naciones Unidas (ONU) en
septiembre del 2019 catalogó a Estados Unidos, el Reino Unido y Francia como
cómplices de los crímenes de guerra en Yemen por el respaldo dado a la
coalición liderada por Arabia Saudí en los bombardeos contra el pueblo yemení.
La misma entidad internacional señala, que el 80 por ciento de la población
depende de la ayuda internacional para sobrevivir, ello implica que 22 millones
de personas no tienen los elementos mínimos para sobrevivir, en un contexto
internacional donde la pandemia del Covid-19 puede generar aún mayores estragos
y donde las amenazas del uso de este virus, por parte de Arabia saudí, han sido
denunciadas por los líderes de la resistencia yemení.
Tal acusación tiene su lógica en la historia de
estrategias diseñadas y llevadas a cabo por Arabia Saudí y Estados Unidos,
contra aquellos a quienes agrede: uso de armas biológicas, químicas o cualquier
forma destinada a derrotar a quienes resisten sus ataques. El ministro yemení
de Información, Daifulá al - Shami alerta sobre el complot de EE. UU. y Arabia
Saudí, incluyendo en las últimas horas a los Emiratos Árabes Unidos, para
propagar el nuevo coronavirus, denominado el COVID-19, en Yemen y Siria.
“Estados Unidos se esfuerza por propagar el coronavirus en los países que son
su enemigo y no ha podido subyugarlo con la fuerza de las armas, como Yemen y
Siria”, denunció vía Twitter el mencionado funcionario yemení.
Resulta una inmoralidad el actuar de Estados Unidos en
Asia Occidental, donde buscan su dominio y prueba de ello es la política de
presiones contra Irán. En plena pandemia, con la República islámica de Irán,
entre los primeros cinco primeros países, por número de contagiados y muertos,
se le niegue por decisión de Washington o las presiones efectuadas a organismo
internacionales, el acceso a medicamentos, insumos y apoyo internacional, en
base al bloqueo y embargo al que somete a la nación persa y que además presione
al Fondo Monetario Internacional, para no otorgar ayuda financiera. Esto es una
política criminal chantajista, inmoral que debe ser condenada. Son claramente
crímenes de guerra.
Diego Olivera Evia
diegojolivera@gmail.com
@BarometroPrensa
España
https://barometrolatinoamericano.blogspot.com/2021/04/la-inmoralidad-y-el-terrorismo-de-eeuu.html
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