El
deterioro de la calidad de vida de los venezolanos no cesa, y no se ve en el
panorama ninguna esperanza para solucionar, o al menos aliviar la pesada carga
que supone para el ciudadano común lidiar con este deleznable ejercicio de
gobierno, y de oposición.
La actitud
criminal del gobierno de Maduro de rechazar las vacunas donadas por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), y sabotear además la compra de una
porción ofrecida por quienes –también administran- parte de los recursos de la
nación, incautados por los aliados internacionales, dice mucho en términos de
su insensibilidad por el sufrimiento ajeno.
Ciudadanos
de todos los signos y tendencias, luchadores sociales, religiosos, científicos,
y en general toda la sociedad está clamando por la adquisición de las vacunas
que la gente necesita para escapar de la muerte que acecha, y que ya tiene
características de horror.
Muy
importantes los movimientos que se han pronunciado por la necesidad de concitar
el acompañamiento popular a través de campañas mediáticas, y callejeras, para
que el gobierno finalmente acceda a la compra de las vacunas para los
venezolanos.
En este mar
de crueldad y sadismo con el que el gobierno trata a la población, no hay una
oposición robusta que le haga frente, por la sencilla razón de haberles
regalado todo el espectro político al abstenerse en las elecciones
parlamentarias, lo cual, quiere decir que Maduro hace lo que le da la gana, no
solo porque es perverso, sino porque puede; porque no tiene contención.
Creo que es
preciso recordar por un instante la definición de Genocidio: ¨Aniquilación, o
exterminio sistemático y deliberado de un grupo social, por motivos raciales,
políticos, o religiosos¨.
Ya no es
solo el ejercicio gubernamental mediocre y ruin a lo largo de más de dos
décadas, la corrupción a manos llenas, y la destrucción física del país y sus
instituciones; también lo es la crueldad de abandonar a la gente a su suerte, y
encima regodearse públicamente con el hecho de que ellos en el alto gobierno ya
se vacunaron, mientras la gente no tiene ni para comer, mucho menos para
atender casos de emergencia en materia de salud.
Centenares
de nuestros médicos; bioanalistas; odontólogos; farmacéuticos; enfermeros, y
demás personal de la salud mueren a diario, y la propuesta del gobierno es
esperar hasta julio para que sus socios cubanos produzcan su vacuna chimba
(Abdala) sin control de la OMS.
¿Por qué no
la esperan ellos los del gobierno, y proceden a vacunar masivamente a los
venezolanos con las que ya han demostrado eficacia y han sido estudiadas y
aprobadas por los organismos internacionales?
Ahora de lo
que se trata es de salvar la vida de millones de compatriotas que claman por
atención inmediata. Se burlan de otros países, pero en el caso de los EEUU, la
vacunación es masiva, eficaz, y gratuita, que se aplica a diario de manera muy
organizada en parques públicos, y hasta en las cadenas de farmacias. Otros
países como Israel, ya tienen un altísimo porcentaje de la población vacunada,
demostrando éxito en la gestión gubernamental.
Señores del
gobierno, no sigan corriendo la arruga, pues se trata de la vida de millones, y
el dinero con el que se deben adquirir las vacunas es de Venezuela, no les
pertenece a ustedes.
Señores de
la oposición, en vez de estar cambiando siglas para terminar en lo mismo,
organícense para presionar políticamente, y convertirse en una fuerza real, y
autónoma y con ello enfrentar a la irresponsabilidad del gobierno, en pro de la
salud y los grandes problemas que aquejan a los ciudadanos.
La
muerte provocada por el Covid acecha, y no espera. Vacunas para todos YA!
Roman
Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela
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