domingo, 18 de abril de 2021

ROMÁN IBARRA: YO SOY LA MUERTE

Yo soy la muerte/yo soy la muerte/la muerte soy/yo soy la muerte.Yo soy la muerte/yo soy la muerte/la muerte soy/yo soy la muerte. Tengo en mi alma una pena/ y en mi vida una condena/ que me lastima y me lleva/a saber que estoy solo en el mundo! 

Así es el coro y el primer cuarteto de versos de la famosa y muy pegajosa canción que en el género de la salsa impusiera el Gran Combo de Puerto Rico, pero que hoy en Venezuela se convierte en un ritornello macabro en la consciencia del venezolano común frente a la indolencia y crueldad de un gobernante como Maduro, al impedir que nuestros ciudadanos se vacunen contra el Covid 19.

Puro capricho e intereses mezquinos animan la existencia de un sujeto como él, pero respeto y amor por la sociedad, jamás. 

En un aguaje de ¨demócrata¨ envía a Jorge Rodríguez a dialogar con Fedecamaras en su propia sede, lanzando al mundo la imagen de un gobierno cordial, y dispuesto a la negociación con todos los sectores. 

Pero resulta que la dirección de la cúpula empresarial, en un gesto noble y también pragmático e inteligente puso el balón en el campo del gobierno, al ofrecer la compra de un número significativo de las vacunas contra la pandemia del Covid. 

El razonamiento para cualquiera es simple: antes de que se mueran los trabajadores, y con ellos las empresas que fundaron, los empresarios prefieren hacer la inversión para la adquisición de las vacunas, salvar vidas, y ayudar al país en medio de tanto abandono gubernamental.

Pero oh sorpresa, lo que lucía como un movimiento generoso, solidario y con el cual, el gobierno de Maduro podía lucirse junto al empresariado, se convirtió en una ¨afrenta¨ y en consecuencia la rechazaron con el ardid de que solo el gobierno podía comprar e importar las vacunas. 

Lo cierto es que ni lavan, ni prestan la batea, en vista de que así como rechazaron la propuesta de Fedecamaras, también habían rechazado la donación que hiciera la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para que ingresaran al país varios millones de vacunas del laboratorio AztraSeneca, alegando supuestos efectos secundarios que nadie ha demostrado. 

Con más razón entonces, suponemos que rechazará la propuesta de Guaidó de utilizar dinero de la nación bajo su administración, por la incautación de empresas y recursos que han hecho los aliados internacionales. 

Lo cierto es que en medio de esta tirantez entre el gobierno; los empresarios; los abstencionistas y ex diputados que administran recursos de la nación, está la ciudadanía indefensa y desprovista de la acción gubernamental para acceder a la vacuna, cualquiera que sea, pues como ha dicho el Cardenal Porras: ¨la peor vacuna es la que no se pone¨! 

Es una vergüenza y un dolor muy grande, ver a diario la multiplicación de campañas de GoFundMe, de ciudadanos recurriendo a la caridad pública para tratar de solventar problemas de salud relacionados, no solo con el Covid, sino con cualquier otra dolencia o enfermedad, y hasta para atender asuntos personales de subsistencia. 

Por el amor de Dios, hemos caído muy bajo, a pesar de que el país cuenta con todos los recursos para resolver esos asuntos, y el gobierno insensible e inmoral, se hace el desentendido. Sabe que puede hacerlo porque no tiene contención, gracias a la equivocada abstención, cuyos resultados hoy quedan de bulto. 

Apoyemos la iniciativa de los luchadores sociales y la iglesia católica venezolana para lograr la adquisición y la puesta en práctica de un plan organizado y masivo de vacunación para toda la población, y especialmente para los sectores vulnerables. 


Me imagino a Maduro el macabro cantando desafinado: ¨Yo soy la muerte¨.

 

Roman Ibarra

romanibarra@gmail.com

@romanibarra

Venezuela

1 comentario:

  1. Es como dice, al régimen le importa un bledo la salud colectiva.

    La desatención o rechazo de propuestas provenientes de sector privado y de organismos internacionales trasunta el desinterés gubernamental en bienestar colectivo

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