La virtud
liberal es la razón. El arma, es el respeto a la dignidad humana, que es la
igualdad de los hombres frente a la ley.
Que
Zapatero esté en Venezuela, es parte de esa brisa bolivariana que pretende
llegar de Bogotá a la Patagonia. Nada sucede por casualidad. Lo que nos duele a
quienes creemos en la democracia, la diplomacia y la justicia, es que todos
estos movimientos muy previsibles, ocurran a la vista de un mundo moderno, de
vanguardia y liberal, que no reacciona con la proporcionalidad que demanda
vivir en pleno siglo XXI... era de tecnología, comunicación y DDHH. Ojalá no
terminemos como la rebelión en la granja, gobernados por el cerdo, Napoleón..
La
animalización de la política es de ralea medieval. Desde los tiempos de los
Borgia o los Medici, el hombre de, por y para el poder, exhibió una delgada franja
entre lo racional y lo feroz. Algunos de los consejos más reprochables de El
príncipe de Maquiavelo, son incumplir la palabra dada cuando sea necesario o la
aceptación del uso de la crueldad para ser temido antes de ser amado. Premisas
muy facundas en hombres como Alejandro VI y su hijo César Borgia, a quienes
algunos historiadores, reconocen haber unificado y recuperado la autoridad de
la Iglesia Católica. Pero a qué costo…
Del
renacimiento a la modernidad, del pensamiento feudal y leonino progresivamente
sustituido por la ilustración racional de la revolución francesa, al
pensamiento liberal de vanguardia, alumbra el estado de derecho, la justicia,
el imperativo moral y las libertades fundamentales. Que prevalezcan los
mandamientos del príncipe, como la utilidad del engaño en la política y la
guerra, la crueldad y el terror, sólo resulta aplicable por aquellos que
conciben el poder como dominación medieval y al pueblo, como animales.
George
Orwell en su libro La rebelión en la granja usa la prosa sinuosa y sarcástica
para describir el totalitarismo como expresión de supremacía de “los cerdos
sobre la manada y los seres humanos”. Cuando Howard Jones-dueño de la granja-es
despojado de su propiedad por Snowball y Napoleón, dos lechones que tomaron el
control y el mando, nace un nuevo “modelo de poder”, bajo siete mandamientos:
i.-Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo; ii.-todo lo que camina
sobre cuatro patas, nade, o tenga alas, es amigo; iii.-ningún animal usará
ropa; iv.- ningún animal dormirá en una cama; iv.-ningún animal beberá alcohol;
vi.-ningún animal matará a otro animal; y vii.- todos los animales son
iguales…como en el planeta de los simios.
Es la
animalización de la razón, la deshumanización del ser, la igualación de lo
primitivo, lo barbárico; la institucionalización de la anomia, de la nada, de
la inconsciencia, de lo amoral…El puerco Napoleón no tardó enviar a su
semejante, Snowball, a los perros; incumpliendo la palabra empeñada. Lo
desterró de la granja y terminó haciendo del resto de sus congéneres, versiones
que comenzaron a caminar en sus dos patas traseras y vestir los retazos de
Howard Jones. Al final de la novela, la dictadura de Napoleón y súbditos se
consagra de modo absoluto…
Cuando los
animales preguntan al burro Benjamín (el único que sabía leer), sobre cuál es
el único mandamiento que queda vigente, aquél respondió: Es el VII,
convenientemente modificado. “Todos los animales son iguales, pero algunos
animales son más iguales que otros...”
Sigo con el
príncipe...
Los
príncipes deben tener una doble naturaleza, escribe el florentino, es decir,
saber actuar como hombre y como bestia, lo que en términos formales equivale a
la proposición de saber actuar con las leyes y con la fuerza. Y muy importante.
En territorios anexados, cito “[…] que colabore con los vecinos menos
poderosos, debilite a los poderosos y procure que no entre en el país ningún
príncipe tan poderoso como él” ¿Les luce familiar?
En el
estudio de los ideales de Maquiavelo se ha encontrado el contraste que hace
entre sus dos obras principales obras: i.-Los Discursos sobre la primera década
de Tito Livio y ii.-El Príncipe. En el primero habla del alcance y unificación
del poder. La autoridad hegemónica diríamos hoy, sobre la base de la
liquidación de la cultura originaria y local vs. la imposición de la
legionaria. En el Príncipe Maquiavelo nos habla de la conservación del poder en
sus 4 formas: por virtud, fortuna, perfidia o por la fuerza. A esas
“cualidades’ agrega la astucia, porque “un príncipe debe saber comportarse
tanto como un león como una zorra...” que es el engaño y la falsedad.
Pero el
florentino hace una salvedad. Vio tanta maldad y crueldad en César Borgia y su
padre, que el mismo Maquiavelo sentenció-al decir del historiador español,
Roberto GARCIA Jurado- “los profundos errores que llevaron al hijo de Alejandro
VI, a su caída y perdición”. Los territorios logrados con la fortuna y las
armas de otros no prosperan decíamos. Sólo se conservan aquellos adquiridos con
virtud y armas propias... ¿Les suena la campana?
La virtud
liberal es la razón. El arma, es el respeto a la dignidad humana, que es la
igualdad de los hombres frente a la ley. Ni leones, ni zorras. Tampoco cerdos
iguales que otros. Ellos no saben de constituciones ni de justicia. No saben
leer…
Las bestias
lidian con garantías. Sobrevive el más apto. El ser humano tiene derecho a la
vida y quien lidera es el más noble, el más inteligente, el más virtuoso. No el
cruel. No Napoleón. Por eso cayeron los Borgia, los príncipes más poderosos de
la iglesia medieval.
Téngalo en
cuenta Zapatero. No somos cerdos ni usted es Napoleón. Vuelva a casa...
Orlando Viera-Blanco
ovierablanco@vierablanco.com
@ovierablanco
Venezuela - Canada
https://www.diariolasamericas.com/opinion/zapatero-vuelva-casa-n4222739
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