Para acercarnos al conocimiento de la situación actual
del Ecuador ( y de la volatilidad alcanzada en el movimiento pendular electoral
entre las tendencias de izquierda y derecha de la región) creemos oportuno
recordar que éste país se encuentra inmerso en un presente histórico en el
marco de un nuevo siglo que acelera el cambio civilizatorio mundial el cual,
también influye en la formación de un nuevo orden internacional reflejado de
manera muy particular en Sudamérica donde, todas las repúblicas integrantes
intentan superar su dependencia externa, acarreando una encarnizada
confrontación política sobre el tipo de modelo democrático aplicado en la
región.
En tal sentido, se manifiesta una nueva ola de
populismo radical que golpea las bases de sustentación de la democracia formal
y aparece una camarilla adoctrinada complotando la manipulación de las masas
populares para establecer por las vías electorales un socialismo difuso. La
izquierda populista cuando toma el poder evade el “estado de bienestar” (surgido
en la década de 1930 cuando el Estado primero en los Estados Unidos y después
en América Latina asume un rol social protagónico para contrarrestar la gran
depresión del sistema capitalista) , restaura el protagonismo de un
presidencialismo apoyado por el pretorianismo militar, no intenta una reforma
fiscal que beneficie a los sectores populares, aplica una política de
austeridad que golpea al pueblo y todo ello representa un nuevo nivel del
autoritarismo latinoamericano.
Esta situación que busca romper con el sistema
capitalista por la presión popular pretende terminar con el largo tiempo
histórico iniciado en 1492 cuando se inicia la “invención de América” como el
nuevo mundo conquistado por sistema capitalista dominado por colonialismo
europeo cuestión que continua después, en el periodo independiente en el siglo
XIX y entonces el capitalismo independiente se desarrolla de manera desigual y
asimétrica en el norte, en los Estados Unidos donde iguala y pasa el desarrollo
alcanzado en Europa para convierte la primera potencia mundial con un mercado
integrado; mientras en el sur, el capitalismo mantiene el estancamiento y se
produce el subdesarrollo económico parcelado entre los diferentes países atados
a una metrópoli internacional.
Consecuentemente, este desacompasado y diacrónico
proceso histórico entra en un proceso de inflexión en el presente siglo cuando
en mayor medida los movimiento populistas niegan y rechazan la evolución
capitalista en nuestro medio mientras los más sensatos de la sociedad piensan que
este sistema cuya historia natural se imbrico con la evolución sociocultural de
nuestras sociedades tiene y puede continuar siendo con sus modificaciones
rectificaciones atinentes el medio de desarrollo económico.
En el contexto de esta posición se destaca las
recientes elecciones ecuatorianas cuando los votantes optan por el modelo de la
democracia liberal que rescata el ideario fundacional de la república cuando
los próceres inspirados por la idea ilustradas, como
el imperio de la ley y la libertad individual la
concibieron para todos sus hermanos por igual. Ciertamente, este ideario en el
pasado no se cumplió por múltiples factores en especial, por la presencia
dominante del caudillismo personalista en cuya permanencia funesta se abren
paréntesis de figuras destacadas de manera positiva tales como los presidentes
muertos trágicamente durante sus gestiones como José Eloy Alfaro a principios
del siglo pasado cuando intenta establecer el liberalismo chocando con los
poderosos intereses conservadores y/o Jaime Rodos Aguilera quien en 1980 se
presenta como uno de los primeros políticos latinoamericanos que levanta la
tesis del derecho de los pueblos a la “autodeterminación” como autores
protagónicos de una auténtica democracia”.
El absolutismo y la concentración de poder en un solo
hombre que sus críticos para ejemplificar refieren la jactancia del rey
francés, Luis XIV en 1635 cuando decía “el Estado soy yo” alcanza en
Latinoamérica mayor descaro con el caudillo o tirano quien suprime la ley
sucesoria de la divinidad gobernando por la fuerza bruta y en nuestro medio se
convierte en el símbolo de obstrucción para el desarrollo económico al
privilegiar los intereses egoístas y atrasados del feudalismo latifundista.
Ecuador aparece como el símbolo geográfico en el
continente americano donde se unen hemisferios, regiones y en el presente da
muestras de retomar su continuidad histórica que podría servir de referencia a
otros países de la región A principios del presente siglo fue uno de los países
impactado por el fenómeno populista radical durante los gobiernos de Rafael
Correa entre el 2007 2017 llamado de “socialismo del siglo XXI”. En esa
oportunidad se produce un ciclo de impugnación al neoliberalismo impulsada por
políticas sociales distributivas y de transformación democrática pero que en la
práctica terminaron fortaleciendo el sistema populista en detrimento de las
formas democráticas del poder. La desestabilización la produce el “Movimiento
Revolucionario Ciudadano” al servicio de las ambiciones personales de Correa
quien aprovecha su presencia en la presidencia para concentrar poderes, emplea
la magistratura como solio para levantar el culto a su personalidad y
erosionando la ética republicana.
Esta desviación la intenta corregir el presidente
Lenin Moreno del mismo partido y se promueve en la sociedad ecuatoriana un
periodo de autocriticas y de señalamientos de responsabilidades de malversación
publica y en debate nacional aparece la inquietud de buscar un equilibrio
democrático representado por un centro político que permita retomar la senda
del crecimiento a la república del Ecuador. El sacudimiento de la conciencia
nacional motiva el surgimiento de la democracia en si misma aceptando que la
existencia de lo antagónico existía y existirá y que el reto no podía ser otro
de encontrar el centro entre el crecimiento económico y la justicia social,;
entre el Estado y el mercado y en especial entre el ciudadano y la república
Esta aspiración parece conseguirse con la elección a la presidencia de
Guillermo Lasso quien en su discurso de toma de mando señala el inicio de su
acción gubernamental para recuperar el alma democrática de su país y pretende
no fallarle a sus conciudadanos en su pretensión de regresar a los anhelos
originales de grandeza de los próceres forjadores de la republica
rescatando el profundo impuso inicial de nacionalismo
de la independencia e incorporarlo en el presente al proceso positivo de
americanidad que se manifiesta en el continente.
Esta concatenación entre el pasado y el presente representa
una posición del presidente Lasso de asumir una posición de aceptar la
existencia de los antagonismos como un reto que debe encarar desde una
aposición centrista en la esperanza de cosechar una alianza superior.
Enfrentando cuestiones delicadas para el Estado en su relacionamiento
internacional con los factores de control económico, en lo nacional el
deslindamiento de los controles del mercado y para los ciudadanos apremiantes
como el problema de los salarios, el empleo y la deuda externa. En el plano
económico será acompañado con un serio intento de devolver a la política el
prestigio perdido de la magistratura de la presidencia rescatando la ética
republicana para lo cual, como primer paso el presidente al tomar sus funciones
le impone a todos los miembros de su gobierno “normas éticas de comportamiento
gubernamental. Así, Ecuador da su primer paso hacia el rescate y encausamiento
democrático de su historia republicana.
Alejandro Mendible
mendiblealejandro@gmail.com
Caracas – Venezuela
Enviado a nuestros correos por
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Venezuela
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