El primero de julio, se cumplieron 100 años de la
fundación de la organización que más crímenes ha cometido en la historia de la
humanidad, que indudablemente es el Partido Comunista de China, y desde luego
los mamertos colombianos están alborozados, haciéndole loas a semejante
engendro genocida (Voz, edición 3083) que supera de lejos en infamias al
nazismo de Hitler.
Pero en occidente por cuestiones del mercado, no se
denuncia lo que ha sido el partido comunista chino, que es un monstruo
apocalíptico, y que además permitió la propagación por el mundo del Covid-19 al
no dar una alerta temprana, lo que ha ocasionado en la actualidad la muerte de
4 millones de personas y 185 millones de contagiadas, llevando a la humanidad a
más pobreza y miseria, siendo desde luego la población colombiana otra víctima
de Pekín, pero a la secta izquierdista marxista con todos sus ropajes no le
interesa ver esa realidad.
Y hay que reiterarlo, el marxismo ha sido el peor
enemigo que ha tenido la especie humana, siendo protagonista de toda esa maldad
el partido comunista chino que es responsable de más de 85 millones de
asesinatos, especialmente durante el gobierno de Mao Tse Tung en la revolución
cultura y la colectivización, siguiendo el mantra acerca de que “la violencia
revolucionaria, hay que ejercerla sobre el enemigo de clase”, lo que demuestra
la catadura genocida del comunismo, al que no se le ha
dado la batalla ideológica como corresponde, sino que los demócratas se han
quedado cortos para enfrentar a semejante tara luciferina.
El Partido comunista de China: tiene 90 millones de
afiliados que no solamente reprimen a las disidencias en el interior del país
asiático, sino que también desarrollan labores internacionales para buscar el
hegemonismo mundial, casi siempre haciendo su trabajo en las relaciones
comerciales con los demás naciones, buscando el “sueño chino”, con el que
pretenden avasallar a la humanidad, y una muestra la estamos viendo con la
pandemia, debido a que en el socialismo con peculiaridades chinas, lo que se
pretende en primer lugar es consolidar eternamente a la camarilla comunista en
el poder, mediante un mercado libre, ante el conocido fracaso de la economía
planificada, que la experimento Pekín durante 28 años, siendo eso un rotundo
fiasco.
De acuerdo a lo anterior hay reiterar que la tumba del
genocida de Mao Tse Tung, no era una guaca con la que se enriqueció China, a la
muerte del “gran timonel” el 6 de septiembre de 1976, sino que fue producto de
la alianza hace 44 años entre el partido comunista chino y las grandes
corporaciones industriales y financieras, utilizando a los trabajadores de
China, lo que les produjo esa riqueza; advirtiendo que ese proyecto
trasnacional era en un principio para los países de Latinoamérica en la década
de los setenta del siglo pasado con el “plan básico”.
Pero las fuerzas alucinadas del marxismo leninismo con
sus idiotas útiles, evitaron que nuestra región hubiera aprovechado esa gran
oportunidad y, usaron el resentimiento como arma por parte de los comunistas
latinoamericanos, que son los responsables de que nuestros países no sean
prósperos y ricos, puesto que por la cercanía con USA ese programa industrial y
comercial hubiera servido para el desarrollo social y humano de la masa
trabajadora y de los pueblos.
Producto de la mano de obra barata en China, el
partido comunista de ese país le ha quitado el pan de la boca a millones de
trabajadores en el mundo, lo que ha traído también flexibilización laboral, y
en paralelo desde Pekín se fortaleció el neoliberalismo que ha perjudicado
principalmente a las naciones más pobres.
Así que sin lugar a dudas el comunismo con sus
diferentes pelambres ha sido una maldición para la humanidad, sin embargo para
muchos marxistas con sus posiciones lunáticas, sin importar el daño que el PCCH
le hace al planeta, lo catalogan como la “vanguardia a nivel mundial” sin
interesarles para nada que el país asiático es de lejos el principal
contaminador de la atmósfera por los gases de efecto invernadero, que ponen en
peligro la vida en el planeta.
A propósito del Paro Nacional en Colombia, que
empobreció aun más a la población por el vandalismo y los actos terroristas,
como si no fuera poco con la peste china; no se observó a la
llamada Primera Línea, quemando banderas de China,
cosa que hubiera sido diferente si el origen de la pandemia fuera en EE.UU, lo
que demuestra el adoctrinamiento político de esas bandas que están basadas en
la lumpenización que es uno de los principios del marxismo cultural, para
acabar con los valores de las sociedades occidentales.
El derribo de las estatuas que son parte de la
tradición nacional, ultraja a la cultura y a la historia; sin embargo a esos
jóvenes impetuosos y afiebrados de la llamada Primera Línea con sus socios los
indígenas, no se les ocurrió por su adoctrinamiento ideológico protestar en
contra de la peor injusticia que se ha cometido con los seres humanos en los
últimos tiempos, como es el origen y la propagación del Covid-19 desde China
por toda la tierra, siendo el único responsable el partido comunista que
gobierna a ese país.
También hay que decirlo: la dictadura más sanguinaria
que se ha conocido en todos los tiempos es la del Partido Comunista de China,
pero tal parece que todavía no se han dado cuenta muchas de las democracias
occidentales, que continúan abiertas a las relaciones económicas con el régimen
de Pekín sin ninguna precaución, como si los crímenes cometidos por esa
camarilla no quedaran en la memoria histórica de los pueblos; porque detrás de
la sonrisa de los jerarcas comunistas chinos, se esconde la perversidad y hay
que recordar el refrán chino que reza:” tienen miel en los labios y ponzoña en
el corazón”.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario