miércoles, 7 de julio de 2021

RICARDO VALENZUELA: ¿QUE ES EL ESTADO? ¿QUÉ HACE EL ESTADO?

El Estado según Bastiat | Educación para la libertad
 
En tiempos tan confusos como los que vivimos cuando no sabemos por dónde sale o se mete el sol. Cuando hemos confundido tanto la forma y las acciones del Estado, pienso es necesario recordar algunas ideas del gran Federico Bastiat tan bien estructuradas en sus aforismos.
 
“Yo quisiera ofrecer un premio de millones, adornados con flores y listones, a quien pueda dar una buena, simple e inteligente definición de ese término: El Estado ¿Quién es? ¿Qué es lo que hace? ¿Qué es lo que debería hacer? Porque lo único que sabemos se trata de un misterioso personaje infinitamente el más solicitado, atormentado, el más ocupado, aconsejado, culpado, invocado y el más provocador del mundo”.
 
“No tengo el honor de conocerlo, pero, apostaría 10 a 1 que durante meses han estado fabricando utopías; y si ese es el caso, apostaría 10 a 1 que ustedes han cubierto a ese Estado con la responsabilidad de hacerlas realidad. Usted, señora, estoy seguro de que desea desde el fondo de su corazon que cure todas las enfermedades del mundo, y usted no se sentiría vulnerable si el estado le diera la mano. Pero, alas, ese infortunado ser, como el Fígaro, no sabe a quién escuchar o a quien dirigirse. Los cientos de miles lenguas de la prensa y las tribunas al mismo tiempo gritan coordinados”:
 
Organiza el trabajo y los trabajadores
Destruye la mala ambición
Ataca la insolencia y tiranía del capital
Riega todas las praderas
Invade los bosques con el ferrocarril
Cubre de bosques las montañas
Alimenta a los bebés
Instruye a los jóvenes
Presta dinero sin intereses
 
La función del Estado es iluminar, desarrollar, incrementar, espiritualizar, fortificar, santificar el alma de la nación 
 
“Paciencia”, revira el Estado con aire piadoso. “Trataré de satisfacerlos, pero para eso necesito más recursos. He preparado una propuesta para establecer seis impuestos, son nuevos y los más benignos del mundo. Ustedes se darán cuenta cuando vean la gente pagarlos totalmente satisfechos”. Pero, entonces los alaridos, vergüenza. Cualquiera puede hacer todas esas cosas teniendo los recursos. Si no puedes con los que tienes, no eres merecedor de ser llamado Estado. Y lejos de otra de tus nuevas agresiones, demandamos que elimines los impuestos viejos.
 
En medio de este tumulto, y después que el país ha cambiado su estado tres veces por no satisfacer sus demandas, traté de convencerlos que eran contradictorias. Pero ¿Qué estaba yo pensando? Ahora soy un hombre desacreditado, también que soy descorazonado, sin la mínima piedad, un filósofo seco, sin alma, individualista, un burgués. Un economista de las escuelas Inglesas y Americanas. Pero debo pedir perdón. Estuve equivocado, me retracto y me sumo a su esfuerzo sublime y demando nada mejor de lo que ustedes han encontrado, ese benevolente, incansable ser autollamado Estado que tiene pan para todas las bocas, trabajo para todas las manos, bálsamo para el sufrimiento, consejo para los extraviados.
 
Que nos dé solución para todos los problemas, verdades para todas las mentes, distracción para los aburridos, leche para los niños, vino para los ancianos. Que provea para todas nuestras necesidades, visión a los tapados, que adivine nuestros deseos, satisfaga nuestra curiosidad, corrija nuestros errores, enmiende nuestras faltas y que en lo sucesivo nos evite la tediosa necesidad de ver el futuro, de adquirir prudencia, juicio, sagacidad, experiencia, orden, economía, experiencia y amor al trabajo.
 
¿Cómo podría no desearlo? Ahora estoy convencido de lo fácil que puede ser y, sobre todo, yo también quiero tener esa mano de ricos recursos e iluminación que nunca se agotan. Ese médico universal, ese tesoro ilimitado, ese infalible consejero sabio, justo, dispuesto, que ustedes llaman Estado. Y es por lo que he propuesto ese premio para quien encuentre esa rara ave de la divinidad. Pero, después de todo, deberá admitirse que este precioso descubrimiento todavía no se ha hecho, puesto que la gente ha derrocado todo lo que se ha presentado bajo en nombre de Estado, precisamente porque ha fracasado para cumplir las condiciones contradictorias del programa. Y, en este caso, debemos de reconocer que hemos sido engañados por una de las más bizarras ilusiones de la mente humana.
 
El hombre es enemigo del dolor y el sufrimiento. Sin embargo, fue condenado a sufrir la privación si él no toma el dolor del trabajo. Entonces, tiene dos alternativas diabólicas. ¿Que se podría hacer para evitar los dos males? Y se dará cuenta que hay solo una forma; gozar de los frutos de su trabajo”, arreglar sus asuntos de forma que dolor y satisfacción, en lugar de fracaso en cada uno, sean divididos entre el explotador y el explotado, con todo el dolor residiendo con el segundo. Ese fue el principio sobre el cual se basaba la esclavitud y el saqueo en todas sus formas: guerras, violencia, restricciones al comercio, fraudes, monstruosos abusos, pero consistentes con la idea que les dio vida y los acrecentó. Hay que combatir al opresor, pero no se puede calificar de absurdo
 
Muchas cosas se han resuelto, pero hay una que ha permanecido. La tendencia que tiene el hombre para dividir su compleja vida en dos partes, desviando el dolor hacia otros y manteniendo la satisfacción para ellos. El opresor ya no actúa directamente usando su fuerza. No, nuestra conciencia se ha hecho muy molesta. Aún permanecen ambos, opresor y oprimido, pero entre ellos se ha ubicado un intermediario, el Estado, es decir, la misma ley
 
Y ¿Quién es el más apropiado para callar los escrúpulos-y algo aún más importante-dominar la resistencia?  El estado. Entonces, todos nosotros, con cualquier solicitud o pretexto acudimos al Estado para decirle: “No es satisfactoria la proporción entre mi satisfacción y mi trabajo. Me gustaría tomar un poco más de la propiedad de otros para establecer ese equilibrio. Pero, si es difícil ¿me lo podrías hacer más fácil? Dame un préstamo sin intereses usando el capital que le expropias de sus dueños. Me puedes educar a mis hijos. O tal vez un subsidio, una operación monopólica.
 
De esa forma consigue su objetivo y con la conciencia tranquila. La ley hizo el trabajo por él y, de esa forma, tendrá todas las ventajas de los saqueadores sin correr riesgos. De esa forma el Estado que, como la mafia, naciera vendiendo protección, inició su metamorfosis para convertirse en el nuevo amo y el peligro más grande que estará enfrentando la humanidad. Por eso el gran Bastiat lo definió de la siguiente forma: “El estado es ese ficticio ente del cual todo mundo quiere vivir a expensas de alguien más”.         

Ricardo Valenzuela
elchero[CP1] @outlook.com
@elchero
http://refugiolibertariol.blogspot.com
Mexico – Estados Unidos

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